Teletón, el gran negocio de Televisa
(Piden caridad para deducir impuestos)
En todos los tiempos y sociedades, ha habido gente que, por enfermedad o accidente, no puede valerse por si misma, y para sobre vivir, necesita apoyo de los demás.
La capacidad del hombre de sentir compasión por los sufrimientos de otros, ayudarlos y protegerlos en sus desgracias es fundamental para la supervivencia de la especie, y motivo de gratitud y admiración social. Según el diccionario, “hacer caridad “es “hacer algo de buena fe y sin esperar recompensa”. La caridad es considerada como una acción loable. Noble y generosa. Buda, Cristo, Mahoma y otros líderes religiosos han promovido la caridad como una virtud fundamental. Según la religión católica para estar bien con Dios se debe ayudar a los pobres y los indigentes. Las obras de misericordia que todo cristiano debe hacer son visitar al enfermo, dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo.
Por desgracia, nunca han faltado vivales que explotan la buena fe y compasión ajena, y hacen de la caridad un negocio muy lucrativo. En las sociedades más crueles, el negocio de la explotación de la compasión ha estado en el origen de horrores y estafas más cínicas. En la edad media, para inspirar piedad, a algunos niños los deformaban, mutilaban o sacaban los ojos. En la india y otros lugares lo siguen haciendo.
Quienes explotan la caridad son considerados unos truhanes desalmados. Uno de los grandes villanos de la literatura inglesa es Fagin (de la novela Oliver Twist) un canalla que obligaba a los niños a mendigar y robar para él.
En México, siempre ha habido vivales que explotan la compasión como un negocio muy lucrativo. En El periquillo sarniento, Lizardi cuenta que: “fueron llegando los vagabundos, todos dados al diablo. Conforme iban entrando arrimaban unos sus muletas y andaban muy bien con sus dos pies; otros se enderezaban y todos dejaban en la puerta del cuartito sus enfermedades y males”.
En México, en la era neoliberal todo se privatiza, se hace negocio ¡hasta la caridad! Algunas grandes empresas mexicanas han emprendido “campañas de caridad” como “Un kilo de ayuda”, “el redondeo”, y todos son negocios muy lucrativos. Pero el mayor negocio de la caridad privada mexicana es el Teletón.
Hace años, Televisa creó Fundación Televisa que, supuestamente, realiza distintas acciones de asistencia social. La más importante es el Teletón, un show en vivo de dos días de trasmisión ininterrumpida para recaudar fondos para construir hospitales y centros de rehabilitación para gente desvalida. En el Teletón, comunicadores, actores y demás famosos alternan con gente que ha sufrido enfermedades o accidentes que les han dejado mutilaciones, deformaciones….
En el “magno evento de caridad”, Televisa le pide a sus televidentes que den dinero para ayudar a los desvalidos. Pero, ¿por qué televisa nos pide dinero a nosotros para hacer sus obras de caridad? Si la multimillonaria Televisa quiere hacer obras de caridad ¿Por qué no lo hace con su dinero? Porque la caridad de Televisa no es para dar dinero, sino para ganarlo.
Según el artículo 31 de la Ley Impuestos Sobre la Renta, las empresas pueden deducir de sus impuestos todo el dinero que den para la construcción de obras que debería hacer el gobierno, como hospitales y centros de rehabilitación. Así, el dinero que gente -de buena fe- le dona a Televisa para una causa supuestamente “noble y altruista”, Televisa lo descuenta de sus impuestos.
El Teletón es un negocio porque la gente no deduce de sus impuestos lo que dona al Teletón, pero televisa si descuenta de sus impuestos las de las donaciones ajenas; docenas de miles de ciudadanos donan pequeñas (o grandes) cantidades al teletón creyendo que hacen un acto de caridad. Así, Televisa concentra millones de pesos en donaciones.
Con el dinero que aportan los ciudadanos, Televisa le hace a Fundación Teletón en una sola aportación a nombre de Televisa. Luego, Fundación Teletón le entrega un recibo deducible de impuestos que Televisa le entrega a la Secretaría de Hacienda, y Hacienda le descuenta esa cantidad a los impuestos de la empresa, lo que implica una ganancia neta para la empresa.
El Teletón prácticamente nunca le da a los ciudadanos recibos para deducir sus donaciones, obtener esos recibos es engorroso, y a casi nadie se le ocurre pedirlos como que da pena lucrar con lo que uno aportó para una “caridad”. Pero a Televisa no le da pena ganar dinero a costa de las donaciones de otros.
El Teletón es un gran negocio en el que Televisa usa toda su tecnología, su experiencia en manipular los sentimientos de los televidentes y su poder de penetración para conseguir, mediante un show, la compasión por los desvalidos, con la finalidad de que la gente, mayoritariamente el pueblo pobre, le pague sus impuestos y la enriquezca más.
¿Y qué diferencia hay que los hospitales y centros de rehabilitación sean de Televisa o del gobierno? Que las instituciones altruistas de la empresa privada se manejan sin transparencia: no rinde cuentas, hacen lo que quieren y dan servicio sólo a quien quieren.
Lo peor del Teletón es que televisa lo usa para darse baños de pureza, para promoverse como una empresa caritativa. Hacer obras de caridad es loable, pero recaudar dinero con pretexto caritativos y luego usarlo para pagar sus impuestos ¿no es una estafa? La verdad dígame, ¿qué diferencia hay entre Televisa y los que explotan a los desvalidos para lucrar con el dolor ajeno?
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