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Abril 18, 2010
Abril 2010, No. 253

Evo Morales en México

“A mí solo me mataréis, pero mañana volveré y seré millones.”
Tupàc Katari


Alejandro Robledo Flores.
Esas fueron las últimas palabras que Túpac Katari les dijo a sus verdugos en 1781 antes de ser descuartizado por orden del colonialismo español como castigo por haberse levantado en armas, con una guerrilla indígena, contra la tiranía española, y en defensa de la libertad y dignidad de los indígenas y pueblos originarios del entonces llamado Alto Perú. Sus extremidades fueron enviadas a los rincones del territorio para ser expuestas como castigo a los indígenas que imitaran su ejemplo en esta región del continente, cuyos pueblos han padecido por siglos esclavitud, saqueos y genocidios.

A decir de la mayoría de bolivianos la promesa de Tupác Katari se cumplió en el año de 2006 cuando Evo Morales, indígena aymara, llegó a la Presidencia de Bolivia. De pastor de llamas, Evo pasó a ser miembro de un sindicato de campesinos cocaleros, luego dirigente, diputado y líder del Movimiento al Socialismo (MAS) que luego lo postuló como Presidente.

Evo Morales estuvo en México hace casi 2 meses con motivo de la cumbre de Río celebrada en Cancún. Estuvo antes en la Ciudad de México donde convivió con indígenas, colectivos sociales, simpatizantes y algunos políticos oportunistas. Colocó una ofrenda en el Hemiciclo a Juárez en muestra de su admiración al indígena zapoteco que como Presidente de México defendió nuestro país de los invasores extranjeros, hizo respetar la República y abolió los privilegios de uno de los principales enemigos históricos de los pueblos latinoamericanos: la iglesia católica. Posteriormente recibió las llaves de la Ciudad de manos de Marcelo Ebrard, Jefe de Gobierno del Distrito Federal.

Finalmente Evo Morales reunió en un mitin celebrado en Coyocàn a mas de 10 mil personas que nos congregamos para ver al hermano aymara que ha transformado radicalmente su país andino de 64 por ciento de población indígena, transformación que se puede constatar en los índices de desarrollo humano, crecimiento económico y consagración de los derechos de todos los bolivianos, sin distingo de origen. “De ser un país indigno y mendigo, ahora somos un país que dignifica a todos sus habitantes”, señalo Evo.

Esto fue posible por la nueva constitución, pluriètnica, incluyente e igualitaria que Evo impulsó con leyes de participación, entre las cuales se encuentran el referéndum, plebiscito y la revocación del mandato, con las cuales el pueblo boliviano tiene el Poder Popular. Tan avanzada es la Constitución de Bolivia que consagra los derechos de la naturaleza, de nuestra madre tierra: la Pachamama.

En esta concentración, Evo habló de su lucha y de la necesidad de construir opciones de gobierno que no dependan de los mandatos de Estados Unidos, señalando que: “Hay enfrentar a la derecha y conservar nuestro anhelo de liberación. La unidad dentro de los movimientos sociales es necesaria. También debemos avanzar sin el imperio, sin controles, chantajes, tutela e intentos de golpes de Estado, Washington ha modificado sus estrategias de intervención en el continente, ahora dividen a los movimientos sociales, enfrenta a los regímenes, y ah instalado más las bases militares en Perú, Colombia, Panamá, pero no podemos defendernos con guerra, sino con la conciencia de nuestros pueblos”.

Una joven indígena mexicana que intervino en el evento le pregunto al mandatario boliviano “¿Cómo nos defendemos los indígenas y los movimientos, como nos hacemos escuchar y respetar?”. Evo contestó determinante: “Deben pasar de la resistencia a la lucha por el Poder. Eso hicimos en Bolivia: primero identificamos al enemigo histórico: la oligarquía que nos explotaba, luego nos organizamos y concientizamos, y finalmente nos unimos para luchar por el poder político. Antes nuestra lucha era solo comunal y sindical, después fue política”.

Evo recordó que el inicio fue difícil “Empezamos en 1995 con la unidad del movimiento indígena campesino, se sumaron pocos intelectuales, profesionales y obreros, pues no creían que el movimiento indígena pudiera gestar un movimiento político con principios y un gran proyecto de liberación. Al principio ganamos solo 4 diputados, pocos, pero avanzamos, cuesta mucho y parece imposible, sin embargo cuando hay compromiso con el pueblo, un gran sentimiento por la patria, y luchamos por la igualdad, la dignidad y por nuestra soberanía, eso nos da la fuerza para seguir”.

Recordó a la reacción de su país “La derecha, los neoliberales, la clase dominante, los vendepatrias, nos decían que la política del campesino e indígena era de hacha y machete, pala y pico, solo trabajo, no teníamos derecho a hacer política, era absurdo, somos la mayoría, y cuando planteábamos transformaciones profundas, cuestionando al Estado colonial, nos acusaban de subversivos, de terroristas.”

Evo dejó claro que el objetivo es construir un futuro más justo: “El capitalismo no es solución para la humanidad, pronto veremos en Latinoamérica al Socialismo Comunitario, estoy convencido de eso”. Evo hizo patente su solidaridad con los revolucionarios mexicanos “que luchan por la patria que vio nacer a Benito Juárez y a Emiliano Zapata”.

Hoy Bolivia es un Estado Plurinacional que reconoce a sus 36 pueblos originarios, donde ondea la Whipala, la bandera multicolor que representa la diversidad de las naciones indígenas, y se proponen seguir construyendo un país más justo y democrático, más libre y autosuficiente.

Evo nos dijo a los mexicanos la clave de cómo hicieron para nunca perder su convicción de luchar que le dio impulso a su movimiento, aún en los años que parecía que fracasarían: “Nunca dejamos de luchar, porque nunca dejamos de soñar con otra Bolivia posible”, con otro mundo posible…

alexrobledof@hotmail.com
twitter: @alexrobledof