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Abril 18, 2010
Abril 2010, No. 253

Una sorpresiva lección de historia

J. Jesús Santos González.
Con el arribo de Vicente Fox a la Primera Magistratura del país, dio inicio una práctica por desgracia continuada por el actual Presidente de la República, de enviar como sus representantes a las ceremonias del 26 de marzo, a funcionarios ya no de segundo, sino hasta de tercer o cuarto nivel que ha propiciado, desmerezcan en su lucimiento las ceremonias alusivas a la firma del Plan de Guadalupe.

La efectuada este año con motivo del 97 aniversario de dicho acontecimiento no fue la excepción, al enviar el Presidente Felipe Calderón con su representación, al Lic. Juan José Medrano Castillo, Coordinador de Enlace Territorial de la Comisión del Bicentenario del inicio de la Independencia y el Centenario de la Revolución, dependiente de la Secretaría de Gobernación, situación que a los presentes nos hizo recordar los tiempos en que a dicho evento asistían no sólo los más renombrados Secretarios de Estado, los Presidentes de las Cámaras de Diputados y Senadores del Congreso de la Unión, sino también los mismos Presidentes de la República, que con su asistencia refrendaban la importancia histórica que dentro del movimiento armado de 1910, tuvo la firma del Plan de Guadalupe.

En pleno año de la celebración del centenario del inicio de la Revolución Mexicana, la ceremonia del pasado 26 de marzo, era la ocasión propicia para que en voz de su representante, el Gobierno Federal realzara con su mensaje acostumbrado, dicho acontecimiento histórico.

Sin embargo algo inusual ocurrió, pues a contrario de como las reglas protocolarias lo exigían, dicho servidor público no hizo uso de la palabra, y tan pronto terminó la ceremonia desapareció del escenario, dejando tan sólo como testimonio de su visita, una lacónica afirmación a la prensa, de donde además de reconocer la obra del Gobernador del Estado, señaló “que no estaba autorizado para tratar ningún otro tema que no fuera sobre la conmemoración del 97 aniversario de la firma del Plan de Guadalupe”. (Vanguardia. Sábado 27 de marzo del 2010. Pág. 6).

Con independencia de la relevancia del convenio “Mano con Mano” que en el marco de dicha ceremonia suscribió el Gobernador Profr. Humberto Moreira Valdés con los 38 alcaldes del Estado, por el que anunció se destinarán 14 mil 100 millones de pesos en obras de beneficio social, lo en verdad trascendente aconteció cuando el Lic. Javier Villarreal Hernández, Secretario de Finanzas del Estado, en su discurso oficial sostuvo que la Revolución Mexicana, como fenómeno social, está cancelada o interrumpida.

Tal afirmación, sustentada en el lugar donde don Venustiano Carranza con la firma del Plan de Guadalupe legitimó su lucha contra el usurpador Victoriano Huerta, y aún más con motivo de la ceremonia alusiva al 97 aniversario de su suscripción, adquiere una relevancia de definición política que tal vez el propio funcionario ni siquiera imaginó, y que por su trascendencia, destacados y profundos conocedores y estudiosos de nuestro movimiento armado, le están envidiando.

Con el respeto a la cultura histórica que enaltezca su curriculum, o los merecimientos académicos que sobre el tema tenga logrados, sostener que la Revolución Mexicana está cancelada o interrumpida como así lo sostuvo sin mencionar las razones, nos lleva a suponer que tal afirmación tiene todas las características de ser una opinión vertida a la ligera, pues la realidad social que bajo la actual administración vive Coahuila, a las que se refirió el Secretario de Finanzas como marco teórico para sustentar dicho juicio, lógico no son las mismas que prevalecen en el resto del país, razón más que suficiente para que si en Coahuila, -por lo dicho por tal funcionario público- se consideran superadas las condiciones que dieron origen a dicho movimiento armado, en otras entidades, tal vez con más carencias sociales insatisfechas, se consideren en vigor todavía los principios que motivaron el estallido de la Revolución.

De ahí, que si bien es cierto que el impacto de beneficio social anunciado para los municipios con la firma del convenio “Mano con Mano” logró al día siguiente la nota destacada en los medios, no menos verídico es que a pesar que los conceptos del Secretario de Finanzas relacionados con la vigencia de la Revolución Mexicana, pasaron totalmente desapercibidos, estos por su alcance y significado le dieron realce al acto, por significar a través del portavoz oficial del Gobierno del Estado, que en Coahuila, en el año del centenario de su inicio, se festeja ya no una revolución viva y actuante como así muchos lo suponíamos, sino una revolución ya cancelada o interrumpida, objeto sólo de conferencias y museos.

 
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