En Wisconsin, USA, el reverendo Lawrence C. Murphy durante años abusó sexualmente de más de 200 niños sordomudos, y pese a que autoridades civiles, obispos y el mismo papa sabían de las agresiones, ninguno hizo nada por evitarlas, imponiendo el castigo merecido. Según el mentiroso papa nazi, Benedicto XVI, cuando se enteró de la situación, no actúo porque según él: Murphy, el sacerdote abusador, ya era un anciano y su salud era precaria.
Según otro de sus iguales, el obispo saltillense Raúl Vera López, haciendose el chistoso señaló que la iglesía creyó que la pederastia era una gripita que se quitaba con el tiempo. Se le olvidó que los curas católicos llevan siglos abusando de niños, niñas y mujeres.