Sobrepoblación, escasez de alimentos, calentamiento global, contaminación, bioenfermedades, deforestación, extinción de flora y fauna, enfermedades sin cura, transgénicos y más en todo el mundo.
Calamidades y pandemias que aún no nos hacen tomar conciencia plena para la sobrevivencia de la especie humana en el planeta tierra.
Los valores de la eficiencia y las utilidades han tomado mayor importancia a costa del calor humano.
Las relaciones humanas se han enfriado y su declinación es observable por todos lados.
Es el “enfriamiento global” donde la comunicación es más apresurada e impersonal.
La crisis de estos fenómenos no nos ha tocado sentirla en toda su plenitud y por eso no hemos tenido la necesidad de cambiar nuestros hábitos personales y hacia la comunidad.
Las reuniones internacionales poco impactan y sus acuerdos son superficiales.
Somos escépticos de que los llamados a la cooperación internacional sean verdaderos. Simplemente pensamos que no es nada urgente o que “yo que puedo hacer”.
Nuestra sobrevivencia futura está en entredicho. La especie humana está amenazada.
Muertes y más muertes en un mundo insensible a ellas.