Estamos amigo lector en los primeros días de un nuevo año, esperando que los propósitos que nos hemos planteado para este 2010 se cumplan a cabalidad para bien nuestro, de los suyos y para el bien de la sociedad en general.
Este inicio de año nuevo también ha generado una serie de expectativas positivas para la mayoría de los municipios que están estrenando autoridades municipales a pesar de los malos augurios que se tienen, debido principalmente a las alzas en los impuestos y las gasolinas con las que la administración de Felipe Calderón nos recetó y como es obvio tendrán una seria repercusión en todos los bienes, servicios y canasta básica en perjuicio siempre de los que menos tienen, pero eso amigo lector será motivo de otra reflexión.
Las expectativas para los municipios del estado y sus habitantes son muchas, pero en unos son más que en otros por las circunstancias tan especiales en que llegaron a las alcaldías como es el caso de Torreón, en que los votos mayoritarios de los ciudadanos llevaron a la presidencia municipal a Eduardo Olmos Castro, en quien los habitantes de esta siempre pujante ciudad han depositado toda su confianza para que lleve las riendas de este municipio que en los 4 años de la administración panista de José Ángel Pérez se sumió en la peor de sus crisis, empezando por la inseguridad que se vive a diario, a toda hora y por todos los rumbos de la ciudad. En este rubro, la administración saliente dejó mucho que desear ya que no solamente no enfrentó este reto, sino que su policía municipal se vio envuelta en lamentables hechos que consignaron de manera oportuna los medios de comunicación.
Sumando a esto la mala imagen urbana, además de los pleitos que el presidente municipal tuvo con el gobierno del estado por la obra pública que veían como un botín personal que -según ellos- les traduciría en votos para seguir gobernando uno de los polos importantes del estado, añada las condiciones paupérrimas de las calles, avenidas y bulevares de la ciudad que sufrieron del abandono por mucho tiempo, y así amigo lector podemos seguir sumando las calamidades en las que estaban viviendo los ciudadanos de la perla de La Laguna, pero como todo lo que inicia tiene un fin, a partir de este primero de enero de 2010 la esperanza y la expectativa ciudadana encuentra un nuevo personaje en Eduardo Olmos, que ha decir de muchas gentes es la persona indicada para asumir la responsabilidad de gobernar por los próximos 4 años, y que saque a la ciudad de las condiciones lamentables en las que la recibió.
Hoy la expectativa es grande y ya se está viendo un cambio en la ciudad, ya que se está empezando con obras de hermoseamiento urbano, se está llevando a cabo el recarpeteo de las principales vialidades, se anunciaron diversas obras por parte del gobierno del estado, se está anunciando que se crearán fuentes de empleo mediante la llegada de industrias importantes y, sobre todo, que el apoyo que recibirá el nuevo alcalde por parte del gobierno del Profesor Humberto Moreira Valdés será determinante para sacar del marasmo en la que se encuentra la mayor parte de la ciudad.
Es así como la expectativa ciudadana es enorme, como enormes son los retos que tiene el nuevo alcalde, como el de dar mayor seguridad a sus gobernados, pero también es mayor el compromiso que tiene Eduardo Olmos de darle a Torreón lo que se merece y que sus habitantes vuelvan a estar orgullosos de sus orígenes y que vuelvan a sentir muy profundamente el slogan por el que es conocida la Perla de La Laguna: “Juntos vencimos al desierto”, y creo que los torreonenses volverán a vencer las adversidades trabajando mano con mano con sus nuevas autoridades.
En fin amigo lector los nuevos comienzos siempre llenan de ilusión a las personas, en este caso estoy seguro que las expectativas serán cubiertas a cabalidad, hasta la próxima.
