Resulta paradójico pues, que esta actitud termine por inmovilizarnos o permanecer indiferentes ante los retos que nos presenta la vida misma.
Presento un ejemplo: En días pasados se celebró en Copenhague la cumbre sobre El cambio climático, asunto que nos atañe a todos, por los innumerables efectos nocivos que ya estamos viviendo… aparentemente los resultados no fueron los que esperábamos o fueron mínimos de acuerdo a nuestras expectativas… como quiera que esto haya sido, poco o nada podríamos haber hecho para que los resultados fueran diferentes, salvo las protestas de diferente índole que se manifestaron en el mundo.
Por ningún motivo, quiero minimizar el valor de todas estas acciones, porque finalmente expresan el sentir de millones de personas, que sin ser expertos se percatan de los daños que desde hace años provocamos a nuestro entorno ecológico.
Un día llegó el protocolo de Kyoto, otros más en reuniones cumbres maratónicas, sin avances significativos, otro más en Dinamarca, el próximo año en México y los siguientes que vendrán, no sé dónde más… podrán pasar muchos años hacia adelante, hasta que un día veamos resultados tangibles, finalmente todos sabemos que esto y muchas cosas más, son parte de un proceso… no sabemos si llegaremos a tiempo o no, pero así están las cosas.
Mientras esto sucede e independientemente de todas las pequeñas acciones que podemos hacer, para de grano en grano de arena formar una playa, que de alguna manera impacte la gran playa mundial... Me permito sugerir una propuesta de reconversión Ecológica Emocional, que ahora si, nos atañe a cada uno de nosotros:
-Ley de la diversidad y riqueza de afectos: Nuestra vida afectiva depende de su diversidad y riqueza
-Ley de la interdependencia afectiva: Todas las formas de vida dependen entre sí. Nadie es emocionalmente autosuficiente.
-Ley de la gestión ecológica de los recursos afectivos: Todos los seres vivos y todos los recursos son limitados. Debemos tener en cuenta el principio de aprovechamiento de la energía psicoecoafectiva o sostenibilidad.
-Ley de la autonomía: Ayúdate a ti mismo y todos te ayudarán
-Ley de la prevención de dependencias: No hagas por los demás aquello que ellos pueden hacer por sí mismos
-Ley del boomerang: Todo lo que haces a los demás, también te lo haces a ti mismo.
-Ley del reconocimiento de la individualidad y la diferencia: No hagas a los demás aquello que quieres para ti, pueden tener gustos diferentes.
-Ley de la moralidad natural: No hagas a los demás aquello que no quieres que te hagan a ti.
-Ley de la auto aplicación previa: No podrás hacer ni dar a los demás aquello que no eres capaz de hacer ni darte a ti mismo.
-Ley de la limpieza relacional: Tenemos la responsabilidad de hacer limpieza de las relaciones que son ficticias, insanas y que dificultan nuestro crecimiento personal.
En la medida que estas pequeñas pero difíciles leyes las hagamos nuestras, el medio ambiente poco a poco se irá desintoxicando… sin dejar de esperar y exigir que otras acciones de mayor envergadura se puedan dar en el menor tiempo posible.
Por último un breve pensamiento que siempre habrá de servirnos:
Si nuestro cuerpo se envenena e intoxica, es muy seguro que a la mente le pase lo mismo y si estas dos cosas se suman y pasan, nuestro espíritu corre el mismo riesgo… empecemos hoy con nosotros mismos!!
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