Obviamente que al momento de escribir esta columna los seleccionados ya estarán trabajando en sus oficinas y en algunas vemos gente nueva, jóvenes, funcionarios con experiencia y honestidad probada, uno que otro cartucho quemado, recomendados, otros incrustados con calzador… siento que a todos -como dicen los clásicos- hay que darles el beneficio de la duda.
Por lo pronto hay algunos que estamos seguros que harán un enorme esfuerzo para sacar adelante la nueva administración, hay otros que ya fueron electos y de los cuales tenemos dudas, por su proceder y por la manera en que se han formado, no de su capacidad, que eso es diferente, pero si a esta gente que se le ha dado confianza y fallan, también el alcalde nos estará fallando, pues él es el único responsable de haberlos nombrado.
Que más quisiéramos que todo marche según la estrategia del licenciado Olmos, que tengamos en cada una de las direcciones hombres y mujeres dispuestos a trabajar el tiempo que sea necesario por un proyecto que beneficie al municipio, que los regidores en verdad utilicen los recursos y su trabajo para que todos se conviertan en “los rescatadores” y para apoyar a los que menos tienen; pero sabemos que eso es una utopía, pues hay un dicho mexicano que dice que “árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza” y hay árboles torcidos dentro de este flamante ayuntamiento, pero en fin, espero equivocarme en algunas de mis apreciaciones en lo referente al servicio que algunos flamantes regidores y directores puedan dar y el que no quiera trabajar o no pueda con el cargo, simplemente se vale renunciar; y discúlpenme si en estos momentos no doy nombres de varios de ellos, pero si llegara el momento de escribirlos, lo haré, porque esa es mi función.
Para el alcalde Eduardo Olmos sólo espero que no se haya equivocado, que le vaya bien, pues es un hombre inteligente, con deseo de hacer las cosas bien y desde mi punto de vista, con un amplio porvenir político, pues no sólo posee inteligencia, capacidad, don de gente, posee también personalidad y espíritu de servicio, creo que dependiendo del trabajo que él realice y del respaldo de la gente a la cual le ha dado la confianza, el presidente Lalo Olmos podría convertirse para el PRI en un excelente cuadro para dentro de cuatro años, y si no, al tiempo.
Así pues, más allá de lo que prometieron los políticos en campaña y de lo que deseamos los ciudadanos una vez instalados los nuevos gobernantes, es obvio que el contexto determinará la agenda municipal. A su llegada al Palacio Municipal de Matamoros y Galeana, el nuevo alcalde y su flamante equipo fue recibido por tres determinantes: a) contracción presupuestal, b) incertidumbre económica y c) inercias del pasado reciente.
Sin duda será difícil gobernar bajo estas circunstancias. Sin embargo detrás de cada uno de estos nubarrones se esconden grandes oportunidades. Con ingenio y liderazgo, nuestros nuevos gobernantes podrían aprovechar al tigre que ganaron en la rifa.
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