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Agosto 2011
Edición No. 270
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¿Ciudadanos de
primer mundo?


Eloy Dewey Castilla.

A todo ser humano le gusta vivir con orden, con disciplina apegada a normas conocidas por todos. Les gusta estar enterados de lo que puede y de lo que no debe hacerse para vivir en armonía con sus congéneres.

Para saber si nuestro país se caracteriza por el orden, hay que compararlo con las prácticas cotidianas que los habitantes de otros países llevan a cabo de forma rutinaria.

Por experiencia puedo contarles que lo más sobresaliente que he observado, es que son los mismos ciudadanos de esos países “primer mundistas” los que saltan y reclaman de inmediato al que viola el orden, y por supuesto lo denuncian con la concebida idea que la autoridad les va a hacer caso de inmediato para poner en orden al que viola la norma.
Es un sistema de autoprotección para preservar el orden.

Es una ciudadanía que conoce sus derechos y los ejerce. Que los ha aprendido a conciencia y saben que el progreso de sus países se da en la medida en que se respete el orden establecido.

¿Por qué no se da en nuestro país? Primeramente, somos muy pocos los que tenemos conciencia de los principios de orden y en segundo lugar, no hay credibilidad de que una llamada de atención frene al infractor y menos que la autoridad intervenga.

Es un factor de educación cívica desde la casa, pasando por la escuela, las instituciones y el aparato gubernamental. Es una cruzada para poner un buen ejemplo diariamente empezando por los que representan los más altos cargos en la administración, en las instituciones, los hogares y las escuelas.

En la jerga política, le llaman “voluntad política”.

Si el de mero arriba no pone el ejemplo, no se pueden esperar milagros de los de abajo.
Sería maravilloso que cada padre de familia, cada maestro, cada director de empresa o dueño de negocio, cada cabeza de autoridad, cada director de institución educativa se convenciera y tomara conciencia de la repercusión de sus actos para mejorar nuestro país, poniendo un buen ejemplo en lo que hace y en la congruencia de sus acciones entre lo que dice y en lo que hace.

Vamos aportando cada uno a crear una ciudadanía responsable, que ame el orden como condición al progreso de nuestra patria.

No hay de otra, sólo el ejemplo cotidiano irá sembrando la semilla de lo que debe ser.

contacto@elperiodicodesaltillo.com
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
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