¡Ah qué Jericó!
Lilia Rabiela Garcíacano.
Pues si estimados lectores, no sé si es de risa o de preocupación la actitud de nuestro alcalde Jericó Abramo Masso que cada vez más, estoy convencida, quiere pasar a la historia de Saltillo como el alcalde más publicitado y que más obras ha hecho, pero tenemos noticias que esto no es así.
Vamos al fondo, la mayoría de las obras que ha realizado son de “Imagen Urbana”, ya que un día sí y otro también, aparece, aunque sea con muletas, inaugurando plazas públicas y pequeñas obras que publicita a todo lo que el presupuesto da, que si bien ayudan a que Saltillo se vea “bonito”, no son por mucho las que más requiere nuestra querida ciudad, seguramente muchos de sus fans, los cuales ha ganado gracias a estas obras de relumbrón con las que la apariencia siempre son muy bien ganados, dirán que por qué se le critica si hace mucho, ¿pero qué hay detrás de estas “obras”?, ¿cuánto dinero real se ha invertido en ellas?, y ¿cuánto es lo que nos dicen que cuestan?, ¿que bolsillos se están engordando?
Para muestra un botón, resulta ser que se sembraron palmeras en diversos camellones de la ciudad, quizá Jericó quería que su familia recordara -al verlas- las lejanas tierras de donde fueron originarios sus antepasados, pero ¡oh craso error!, estas plantas por mucho no son nativas de esta región, y si consultamos en internet en muchas páginas se habla de que flora regional se compone de pinos, encinos, cedros, etc., para muestra lo que dice Wikipedia: “En las partes altas de la sierra abundan los pinos, pinabetes, encinos y cedros. En las partes bajas hay mezquites, huizaches, yucas, nopales, magueyes, cactus, gobernadoras y lechuguillas. Otras plantas que crecen en el municipio son: orégano, árnica, albahaca, cedro, nogal, fresno, álamo, peyote, biznaga, cenizo, sábila.”
En fin que el negocio de las palmeras ha resultado muy bueno para los bolsillos de quienes las vendieron, pues según se dijo tienen garantía, pero aún así entonces por qué se van a gastar dos millones de pesos en resembrar estas palmas del desierto en un lugar como Saltillo, además de que en varias ocasiones se le ha pedido el nombre del proveedor y no lo da, ¿por qué será?, y por si fuera poco y lo que definitivamente me hace corroborar el viejo dicho que dice “El que nada debe nada teme” fue el hecho de que lo he estado siguiendo a través de twitter vía el “Hashtag” o etiqueta #saltillo y me di cuenta de que varios usuarios que han hecho señalamientos a su administración fueron bloqueados por él mismo, que mal pero lo que a lo mejor sus asesores cibernéticos no le dijeron es que aún y cuando los bloquee pueden seguir haciendo sus comentarios en esa sección y éstos se seguirán viendo, y lo que su asesor de imagen no le dice es que esta actitud habla de la poca madurez de un gobernante que ante la crítica prácticamente quiere “poner oídos sordos” a lo que se le dice y no escucha a la ciudadanía que tiene reales y verdaderos problemas en sus colonias y comunidades como la falta de seguridad, pavimentación o alumbrado público, el pésimo servicio de transporte y los aún miles de taxis piratas que circulan con todo y su pintura amarilla.
Yo sólo le diré a Jericó que las apariencias engañan: obras de relumbrón, bonitas entradas, palmitas, taxis pintados y todo bien bonito, que cursi no, pues no todo está bien bonito, a ver qué dice de la creciente ola de inseguridad, robos a casa habitación, secuestros, balaceras, desempleo, personas en las esquinas limpiando parabrisas y pidiendo ayuda, etc.
Para que una ciudad se convierta en una metropolí de primer nivel no basta parecerlo hay que trabajar duro para serlo.
O usted qué opina.
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