Un nuevo ciclo
Eloy Dewey Castilla.
Un ciclo de acción empieza, cambia y concluye o inicia, cambia y termina.
La vida, el matrimonio, un negocio, un periodo gubernamental, una función de cine, etc., todos están inscritos como ciclos de acción.
En algún momento empezaron y en otro concluyen.
Cuando algo se crea, es para desarrollarlo y hacerlo crecer a fin de que permanezca en el tiempo en óptimas condiciones por el tiempo más largo. Sería el concepto más sano y lógico.
No es crear cosas por crearlas y dejarlas abandonadas a la buena de Dios. Es ponerle atención y cuidado para que avancen.
Es alguien que hace algo para tener un buen producto.
Tampoco se trata de ser un parador de ciclos o un destructor de lo existente.
Tanto los que inician compulsivamente como los que paran, no denotan un buen estado anímico.
En relación a los ciclos legales gubernamentales de 3, 4 o 6 años, se va con la idea de continuar todo lo que funciona bien, de alterar el curso de acción de algunas cosas que no están dando el resultado esperado o de simplemente cancelar aquello que no ha funcionado o su objetivo ya se cumplió. También de iniciar nuevos ciclos o nuevos proyectos producto del análisis de la escena existente contra lo que debería ser o se visiona como un ideal a lograr.
Estos ciclos de gobierno, inician por mandato de ley con el relevo de una persona en el seguimiento a la “función gubernamental”. El objetivo es el mismo sólo cambia el que dirige o está a cargo de la función. La pericia administrativa y la visión de estado es lo que se ve alterado.
El “ciclo gobierno” continua, el “ciclo temporal legal” es lo nuevo.
Por eso cada ciclo temporal legal representa una esperanza.
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