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Edición No. 266 , MAYO 2011
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Circunstancias de los candidatos

Jorge Arturo Estrada García.

Coahuila ya no es el paraíso. Los problemas han crecido y los ciudadanos están molestos. El clima que generen las campañas políticas, decidirá sus resultados. Si las campañas o las circunstancias, tocan la vida y molestan a los ciudadanos, estos podrían decidirse a expresar su opinión votando. Si se sienten afectados o motivados, se harán presentes en las urnas. Si no, el PRI ganará sin problemas la gubernatura.

El PRI apuesta por su aceitada maquinaria. El PAN, por el voto de castigo. Ambos partidos presumirán logros y “resultados”, de sus respectivos gobiernos. El discurso del tricolor pedirá “campañas de propuestas”, el del PAN pedirá terminar con los cacicazgos.
Tanto Rubén Moreira, como Memo Anaya llevan cinco años, por lo menos, construyendo sus proyectos. El de Rubén parece más afinado. Ambos echarán mano de todos los recursos posibles a su alcance para sacar ventaja. Es la lucha por el poder, ni más ni menos.

Rubén trata de consolidar la percepción de ganador contundente y anticipado. El PRI Coahuila es invencible, es la premisa principal de esa estrategia. Anaya, trata de revertirla. En las dos primeras semanas el panista deberá impactar fuerte en el electorado, si quiere vencer a Moreira.

Rubén ha mostrado que es inteligente, culto y preparado, pero no infalible. Anaya ha mostrado menos. Sólo se le percibe como hábil y decidido, hasta el momento.

La estrategia electoral marca que al puntero hay que alcanzarlo subiendo como la espuma. Y si no hay tiempo, pues hay que bajarlo con propaganda negativa. La propaganda negativa debe ser contundente y consistente, para que sea efectiva.
AL PRI le conviene un proceso sin sobresaltos. Al PAN le benefician las estridencias de los escándalos. Y a Coahuila, le urge algo mejor que un simple político en busca de poder.

Esta elección, es muy importante para Coahuila. La entidad vive un proceso de ajuste. Tanto Rubén como Memo, deberán demostrar que están preparados para gobernar la entidad. Gobernar implica impulsar una transformación, una evolución social y económica, y no sólo construir obras en ocurrencias, o gastar miles de millones de pesos del presupuesto sin visión estratégica.

Coahuila está inmersa en la inseguridad, el desempleo, y el desorden financiero en el gobierno. Rubén debe reconocerlo. Y, a partir de ese reconocimiento, comprometerse a corregir el rumbo. Él, no puede mostrarse como continuador de los errores de la administración de su hermano. Esa sería una mala señal para el electorado. Anaya no debe limitarse a señalar los errores, debe convencer de que trae soluciones adecuadas.

En Coahuila, el modelo de desarrollo basado en la oferta de mano de obra barata ya se desgastó, y está cobrando factura. El Gobierno de la Gente, hizo muy poco hacia el futuro, no somos más competitivos en los mercados globales. Construimos una sociedad de obreros y trabajadores con salarios bajos.

La educación en Coahuila es mala en términos cualitativos. Se construyen cientos de espacios educativos, pero no se abona a la calidad. Nuestros jóvenes no se educan para ser competitivos en los mercados globales. Terminan en las minas y en empleos de bajo valor agregado, con salarios y futuro limitados.

Nuestros niños y jóvenes no estarán calificados para ingresar y competir en la era del conocimiento, por los empleos del siglo 21. Somos de los últimos lugares en aprovechamiento en matemáticas y español en México. Y reprobamos las pruebas PISA, que la OCDE pone en nuestro país. Y tenemos a los maestros mejor pagados del país.

La tragedia minera en Sabinas deja como ejemplo lo que sucede en aquella región, en donde las maquiladoras no quieren instalarse, las empresas de Clase Mundial tampoco y a sus habitantes sólo les queda trabajar en los “pocitos” por salarios miserables, arriesgando sus vidas en condiciones extremas y con tecnología del siglo 19.

El joven de 15 años, único sobreviviente de la tragedia, es un símbolo de ello. Él abandonó la secundaria por ganar unos pesos en un trabajo inhumano. Falló el sistema educativo que no lo dotó de mayores habilidades y tampoco lo retuvo. También falló la generación condiciones para que la vida económica de esa región brinde oportunidades para alcanzar una vida digna. Con empleos del siglo 21.

En la Comarca Lagunera, los jóvenes viven una situación similar. Los funcionarios estatales siguen empeñados en buscar fábricas que nunca llegan. Mientras, los jóvenes encuentran sus oportunidades en las filas de la delincuencia. Allá estamos, ante un modelo de descomposición social similar al de Ciudad Juárez, aunque en menor escala.

La otrora próspera región Sureste sigue dependiendo del obsoleto clúster automotriz. Los salarios que se pagan actualmente son similares a los de hace 15 años. Ya tenemos otra vez, empleos de 600 pesos a la semana. Las transnacionales se aprovechan de la necesidad de nuestra fuerza laboral.

En suma, los empleos son escasos, de baja calidad y mal pagados. Humberto debió generara 126 mil empleos en su sexenio y apenas alcanzará los 80 mil. En la crisis se perdieron casi 60 mil, así que la ganancia neta sería de 20 mil, frente a una demanda de 126 mil. 100 mil empleos es el déficit.

La inseguridad flagela las ciudades de Coahuila. En Torreón debió ser federalizada la seguridad, ante la incapacidad de la Fiscalía de Torres Charles y del gobierno municipal de Eduardo Olmos. En Saltillo, las balaceras ya forman parte de las conversaciones de los niños. El alcalde Jericó Abramo vive en una nube, en la que sólo existen Biblioparques, ciclovías, banquetas y kermesses dominicales. Él también, cree que gobernar es gastar millones y millones, publicarlo y repetirlo como merolico.

El nuevo gobernador encontrará un enorme desorden financiero en las arcas del gobierno estatal. 12 mil millones de dólares ejercidos en 6 años no ajustaron. Las obras estatales están paralizadas y se inauguran en pedacitos. Los pagos a proveedores están detenidos. Y el gobierno no tiene liquidez y acumula deudas.

Javier Villarreal llevó a la quiebra a Coahuila, el estado de la Deuda Cero. También Villarreal ideó e impuso, una medida que lleva al gobierno de Coahuila a lucrar con el sudor y las miserables condiciones de trabajo de los mineros de Coahuila. El Gobierno de la Gente cobra comisión a los mineros por cada tonelada de carbón que “ayuda” a vender, a través de un Fideicomiso. Dinero de Sangre, podríamos llamarlo. Dinero de Sangre del que no rinde cuentas públicas.

Así como Guillermo Anaya carga con los pasivos de Felipe Calderón y el gobierno federal. Rubén carga con los desaciertos de Jorge Alanís, Jesús Torres y Javier Villarreal.

Los coahuilenses no queremos más gobiernos malos o regulares. Requerimos un gobernador serio, y comprometido con la población. Toda la población y no sólo algún sector. Requerimos un gobernador con visión de siglo 21, que comprenda los problemas de Coahuila y los solucione.

Necesitamos a alguien que gobierne para la próxima generación y no para la siguiente elección. No queremos un gobernador del PRI o del PAN, requerimos un gobernador de Coahuila. Necesitamos al arquitecto del Coahuila moderno, no al Comandante en jefe de un ejército electoral.

 
jjjeee_04@yahoo.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
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