Lo que reflejan las encuestas
Alejandro Robledo Flores.
Coahuila está en un proceso electoral para elegir gobernador, las campañas inician el 16 de mayo, y el 3 de julio es el día de la votación. En este tenor, diversas empresas encuestadoras nacionales y medios locales han realizado y publicado numerosos estudios de opinión sobre las preferencias electorales de los precandidatos a gobernador.
El denominador común de todas las encuestas es que colocan a la cabeza de las preferencias electorales al precandidato del PRI Rubén Moreira Valdez y en lejano segundo lugar a Guillermo Anaya Llamas del PAN. La diferencia entre ambos es abismal, según las encuestas hay hasta 60 puntos de diferencia entre los precandidatos.
Ante la adversa situación en la que se encuentra Guillermo Anaya, él y su partido han optado por desestimar las encuestas, alegando que están “manipuladas”. La negación de las encuestas es un recurso que tiene muy practicado el PAN en el Estado, pues su desventaja electoral ha sido una constante durante los últimos años.
¿Bajo qué argumento (además de que no les favorecen) desestima el PAN las encuestas? Anaya y su equipo de campaña descalifican las encuestas por dos razones: para confundir al electorado, cosa que no han logrado. Y la otra, no admitir que su estrategia de confrontación y campaña negra no ha funcionado y que se les ha revertido, pues la mayoría de la sociedad coahuilense rechaza este tipo de campañas negativas.
Todas las encuestas coinciden en que Rubén Moreira lleva una amplia ventaja sobre Guillermo Anaya. Veàmos algunas del presente año (en orden Rubén Moreira - Guillermo Anaya):
La encuesta del diario La Voz del 20 de enero da a Rubén Moreira 70% de preferencias electorales a 11.4% de Guillermo Anaya. La de Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) del 8 de febrero da 66.4% a 11.3% . Mitofsky en su encuesta del 9 de febrero da 65.2% a 19.2%. El 27 de febrero Berumen y Asociados dan 71.3% frente a 11.7%. Diario La Voz el 7 de marzo señala un 69.4% 19.3% . Demotecnia de Maria de las Heras en su encuesta del 14 de marzo da 74% frente a 20%. El 5 de abril Mitofsky el resultado fue de 68.4% contra 18.7%. El estudio del 14 de abril de GCE señala un 73.9% a 14.3%.
Una de las últimas encuestas dada a conocer por los medios es la del 2 de mayo de Mitofsky, publicada por Vanguardia, donde señala que Rubén Moreira tiene un 67% de intención del voto, contra 15% de Guillermo Anaya. Una diferencia demasiado amplia, a un mes y medio de la elección.
Es cierto que las encuestas son, como dicen los encuestadores, -una fotografía de la competencia- y reflejan las preferencias al momento de que se realizan, pero también es cierto que las tendencias para esta elección son constantes y coinciden con los resultados de los más recientes procesos electorales en el Estado.
Las últimas tres elecciones en Coahuila son un referente de lo que ahora reflejan las encuestas, pues la diferencia de votación entre PRI y PAN ha sido muy amplia.
En la elección de diputados locales en 2008 los resultados fueron PRI 63.37% de la votación y 18.35% del PAN. En la elección de diputados federales en 2009, el resultado fue PRI 61.27% y PAN 20.58% . Y en la elección del mismo año para elegir ayuntamientos el resultado también favoreció al PRI con 59.94%, frente a 24.83% que obtuvo el PAN.
Estos han sido los resultados recientes, y que alguien sepa no ha sucedido ningún “milagro” con el que Guillermo Anaya y su partido puedan remontar la desventaja. Todo lo contrario, por la falta de trabajo y mal manejo político de Anaya y el PAN, al interior de ese partido ha habido conflictos que han generado escisiones de grupos y renuncias de cuadros y militantes en todo el Estado.
Además su base social es cada vez mas reducida; no han articulado propuestas de solución a los problemas sociales; se han dedicado a la confrontación dejando el debate de ideas de lado. Anaya prácticamente pasó desapercibido en su labor como senador. Lo anterior aunado a la desaprobación, de la mayoría de la sociedad, de la gestión del Presidente Calderón, y por los pobres resultados que han dado los funcionarios y representantes panistas.
Guillermo Anaya y el PAN apostaron a una campaña negra y a ataques para suplir el trabajo que debieron hacer en años. Siguen en el error contumaz con la misma estrategia de ataques ante la difícil, casi imposible tarea de remontar la elección.
Bien dicen que en política no hay milagros, y que sin trabajo político no hay estrategia electoral que funcione… |