Nuevo funcionario

José María Mena Rentería.

Las dotes administrativas que se le atribuyen para que ponga en juego Rodolfo Banda Meza, gerente -recién designado- del Sistema Municipal de Agua Potable y Saneamiento, (Simas) de Matamoros, Coahuila, que arrastra un pasivo histórico de 17 millones de pesos.

Independientemente de las acciones que dicho funcionario determine para que el Simas sanee sus finanzas, recordar cabe que fueron métodos “políticos” de antaño los que incidieron para llevar a la para municipal al filo del barranco de la insolvencia.

Raúl Onofre Contreras como alcalde, fue el último que como reyezuelo tribal designó gerente del Simas; Primero, en la persona de Servando Zárate Muñoz, y segundo, “a favor” de Servando Chavarría, sus peones incondicionales para lo que se ofreciese.

Antaño, idéntico durante décadas fue tal proceder administración tras administración; tiempos en que la “condonación” de pagos al Simas a cambio de adhesiones “políticas”, y de votos, estuvo invariablemente a la orden del día. Tal fue el origen del pasivo por 17 millones de pesos que al actual gerente de esa dependencia se apresta a resolver.

Antes, obviamente hubo consecuencias como las que aún atormentan: Cítese pues un promedio de 60 mil habitantes del área urbana de Matamoros expuestos durante años un día sí y otro también, a la sed y a la insalubridad, vía suministro “católico” de agua, aportado a cuentas gotas, ya que ocurre “cuando Dios quiere”, como de verano a verano lo sufre la población de la vecina ciudad.

El capítulo drenaje se cuece aparte: En Matamoros la mayor parte de las redes que medio funcionan -de tubería de barro de 4 pulgadas- fueron instaladas hacia la década de los años 60 del siglo pasado. Posteriormente lo realizado en materia de drenaje ha sido aplicación de “parches calientes”, a lo que obliga la penuria que estrangula las exhaustas finanzas del Simas.

Predecesores de Rodolfo Banda Meza en la gerencia aludida fueron Rogelio Ayup Arguijo, que en pro de un mejor acontecer del Simas hizo lo que pudo. Siguió Jesús González González, enviado a la guerra sin fusil. El turno ahora es de Rodolfo Banda Meza, por algunos considerado buen administrador.