Los ciudadanos, observadores pasivos
Luis Eduardo Enciso Canales.
“Hay mucho más que decir, pero incluso los hechos más obvios y elementales
deberían darnos mucho que pensar”.
Noam Chomski.
Noam Chomsky lingüista y filósofo estadunidense que por su trabajo y aportaciones en el campo del conocimiento de las estructuras del lenguaje, y su importancia para determinar la conducta de los seres humanos, es reconocido como el lingüista más importante de nuestros tiempos y uno de los pensadores más lucidos del siglo XX, célebre por su postura política progresista, intelectualmente contraria a la política norteamericana, Chomsky elaboró una lista de
10 estrategias de manipulación
a través de los medios, en donde plantea primordialmente que el control social se da por medio de la estrategia de distraer al público de los problemas realmente importantes, alejando a éste de la aplicación de los cambios que sólo deciden las élites políticas y económicas, el objetivo es mantener a los ciudadanos (espectadores) distraídos de los verdaderos problemas sociales, manteniendo a la masa cautivada con temas sin importancia real, impidiendo el ejercicio reflexivo al no dejarle tiempo para pensar al público receptor.
Por otro lado, Giovanni Sartori en el libro Homo Videns. La sociedad teledirigida centra el foco de atención en que es el televisor y la televisión quien modifica en primera instancia la naturaleza de la comunicación, pues transforma al
Homo Sapiens
producto cultural de la palabra y la escritura, en un
Homo Videns
, para el cual la palabra está sustituida por la imagen, esta tesis tiene mucho de fondo de lo que hoy es el resultado de nuestra sociedad, y del cómo llegamos a ser espectadores pasivos intelectualmente, ya que sólo conservamos la imagen y ya no hacemos el acto de reflexionar sobre la realidad que nos acontece.
En dos encuestas más o menos recientes, una sobre la percepción pública de la ciencia y la tecnología realizada por Conacyt/Inegi 2009, y otra sobre hábitos, prácticas y consumo cultural, Conaculta 2010, se puede leer una vez hecha la traducción de los indicadores el fracaso de nuestras
políticas públicas
si es que se les pude llamar así, en las áreas de ciencia y cultura, ni la una ni la otra tocan la vida de la mayoría de los mexicanos. Algunas cifras de estas encuestas dicen que el 83% de las personas en nuestro país confía mucho más en la fe y muy poco en la ciencia y la tecnología, en tanto que más de la mitad de la población piensa que los científicos pueden ser peligrosos, y un cantidad similar piensa que la tecnología es la responsable de originar una manera de vivir artificial y deshumanizada. Una de cada tres personas confía en los números de la suerte mientras que la mitad de personas mayores de 18 años no tienen acceso a una computadora, y sólo uno de cuatro entró a una biblioteca pública en el último año. En lo que la mayoría (92%) de los encuestados coincide es en decir que en México debería haber mucho más gente trabajando en la investigación.
Con la interpretación de estos datos es fácil comprender la prevalencia en nuestro país del pensamiento mágico, la popularidad de los horóscopos, la gran demanda de productos milagrosos, el recurso frecuente de las
limpias
para la solución de problemas y males, ya sean físicos o del alma. La encuesta sobre cultura, por su parte, muestra cifras igual de trágicas: vemos que al 48% de los mexicanos no les interesa la cultura; en consecuencia, 43% nunca ha pisado un museo, 70% no ha leído un libro en el último año, 80% ni siquiera lo compró, y 57% nunca ha entrado a una biblioteca.
La situación actual del país no es sino el reflejo de la enajenación cultural de la que sistemáticamente hemos sido objeto, el Gobierno Federal, el partido en el poder (PAN), el Presidente Felipe Calderón y sus asesores en marketing político y guerra sucia, conocen muy bien esto, es algo que han venido probando desde la elección de federal del 2006 en donde la apuesta y la gran inversión económica fue en el montaje de un gran escenario mediático para destruir al rival en ese momento, Andrés Manuel López Obrador, fuimos observadores pasivos de la primera gran guerra sucia teledirigida, hoy se avecina el 2012 y el poder hegemónico se apresta hacer lo que mejor sabe hacer, la guerra, los objetivos a destruir en esta nueva contienda, son la mancuerna conformada por el profesor coahuilense Humberto Moreira y el mexiquense Enrique Peña Nieto, obviamente por ser los mejor posicionados como la dupla ganadora en esta nueva elección, por eso han querido magnificar un asunto que si se analiza a fondo como lo es la deuda del estado de Coahuila, es cosa menor a los verdaderos y serios problemas que enfrenta la nación producto de un mal gobierno de la república, por favor dejemos de ser perezosos intelectuales y video niños, el país ya creció y demanda hombres y mujeres cabales.
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