Alcalde sin brújula
José María Mena Rentería.
La construcción de la carretera Matamoros-La Partida, y la edificación de 1,500 viviendas lo anunció recientemente el alcalde Guillermo del Real Castañeda. Según agregó, ambas iniciativas generarán empleo y “una derrama económica importante”.
Si de esa carretera se trata, no puede pasarse por alto que su reconstrucción fue durante la administración municipal encabezada por el doctor Felipe Medina Cervantes, que ante propios y extraños solía presumirla como distintiva de su gobierno.
Apenas 5 o 6 años después, según el alcalde Guillermo del Real Castañeda, esa arteria será “construída”. El por qué de llevarla a cabo por segunda ocasión es algo que el edil ha omitido informar a sus gobernados. ¿Por qué se reconstruye? ¿Es que la “obra cumbre” ayer tan cacareada no fue tal?
Los contribuyentes tienen derecho a ser informados. Sobre todo cuando la pretensión es invertir recursos del Fondo Metropolitano en algo que ya se hizo. En Matamoros, hay en lo social, imperiosas prioridades. Por ejemplo, intentar abatir la miseria que castiga a la población rural del llamado Cuadro Bajo, núcleo poblacional carente de empleo e ignorado por los integrantes del cabildo que al cobrar sueldos de más de 20 mil pesos mensuales se han convertido en “adalides” de la desigualdad social.
La existencia de una dirección de Desarrollo Rural a nivel municipal ha significado erogación de recursos salidos del erario para pagar sueldos de “funcionarios” parásitos, según permite establecerlo su proclividad al decúbito ventral.
Año con año, campesinos que aún trabajan la tierra no tienen más opción que endeudarse con agiotistas que los exprimen hasta la médula. Matamoros es un municipio productor de melón por excelencia, pero para que así sea en nada han influído sus autoridades, cuya única relación con la gente suele ser la de mal pisar las comunidades ejidales en descarada búsqueda de votos.
La generación de empleo a la que alude el actual alcalde, involucra la construcción de 1,500 viviendas en un área vecina al ejido San Miguel. Para el caso, los representantes del municipio han tolerado hasta hoy, que ésa y otras áreas del rumbo “conserven” su condición de predios rústicos pese a que pasaron a ser propiedad privada de inversionistas a los que nadie exige que cumplan -como contribuyentes- con sus obligaciones.
¿Resultado? Penuria en la captación del impuesto predial que por otra parte poco está incentivada en Matamoros, a cuyas autoridades distingue su dependencia de las participaciones enviadas mes a mes por el Gobierno del Estado, mientras siguen “vigentes” departamentos como el Catastro municipal que cuesta sin generar resultados.
Mil 500 viviendas, una vez ocupadas, requerirán de un volumen de agua importante para que sus moradores puedan tener acceso a una vida salubre. ¿De dónde van a proveersela si no hay?
Lo que sí se tiene -en bancarrota- es un Sistema Municipal de Agua y Saneamiento, (SIMAS), que de tal sólo tiene el nombre, pues “dispone” de 4 pozos de bombeo profundo que medio funcionan ubicados a 25 kilómetros de distancia, en la ladera oriente de la sierra de Las Noas. A grado tal, que los habitantes de la cabecera municipal quedan, un día sí y otro también, sometidos a la falta de agua mientras mes a mes autoridades y funcionarios del municipio imploran a la Comisión Federal de Electricidad, que no “corte” la energía eléctrica que alimenta la precaria infraestructura hidráulica del Simas-Matamoros, paramunicipal que a la fecha le adeuda a la CFE más de 20 millones de pesos.
Desabasto
El desabasto de agua en Matamoros se agrava. Por su parte, la Comisión Nacional del Agua (CNA), solicitó la construcción de una planta tratadora en las inmediaciones del ejido Coyote, mientras a punto de secarse están 2 de los 4 pozos perforados en la sierra de Las Noas y que medio abastecen la cabecera municipal y comunidades rurales cercanas.
La Ley de Aguas Nacionales determina que las poblaciones de más de 2 mil 500 habitantes deben contar con planta tratadora, sin embargo Matamoros, carente de recursos, va aún al margen de esa ley. La de inversiones es otra “sequía” que se padece. La falta de instalación de empresas se debe a la indisponibilidad de agua.
Capítulo aparte
Para la venta de bebidas embriagantes el municipio de Matamoros es tierra fértil, tanto que en el pasado cercano las autoridades incentivaron esa actividad mientras hasta hoy todo sigue igual y no hay autoridad que intervenga.
Tal acontecer está vigente desde principios de 2009, año en que los fundamentos legales del Código Municipal para el estado de Coahuila de Zaragoza fueron -desde 2008- letra muerta para los miembros del cabildo entonces en funciones.
Tal “ceguera” sirvió para validar el trámite de expedición de licencias de alcoholes para 29 establecimientos de ese giro. La Ley de Ingresos de 2008 señala que el pago correspondiente debe ser de 78 mil 829 pesos, y para el de cambio de propietario, de 39 mil 414 pesos; sin embargo, los 29 solicitantes, que deberían haber pagado un millón 143 mil 20 pesos por concepto de impuestos, pagaron sólo 9 mil 188 pesos cada uno: Un total de 266 mil 452 pesos. Así, el “descuento” resultante fue de 876 mil 568 pesos 50 centavos. A tal caso, sin más, “se le echó tierra”. Durante la administración en turno, no se ha investigado ese caso de violación del Código Municipal y de omisión deliberada en el pago de impuestos. Las autoridades en turno han incurrido en omisión deliberada.
El cambio de propietario para licencias expedidas con antelación fue para las numeradas 9, 10, 11, 14, 16, 17, 18, 24, 28, 29, 30, 31, 33, 34, 35, 36, 41, 48, 49, 58, 64, 65, 66, 67, 68, 69, 83, 84, y 106. Beneficiarios resultaron Rodolfo Banda Meza, Rodolfo Banda Araiz, Brasilia Araiz Martínez, Carmen Araiz Martínez, Minerva Reyes García y las empresas Cervecería Cuauhtémoc y Comerdis del Norte.
Lo que sí hay en Matamoros es complicidad, carencia de recursos y un alcalde…sin brújula.
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