El éxito de la política: participación democrática, justicia social y gobierno
Luis Fernando Hernández González.
Los partidos políticos y sus candidatos en 45 días a lo más, estarán ofertando al público sus proyectos, planes, programas y objetivos de gestión gubernamental, así como de propuesta de gobierno para hacer de Coahuila una entidad de avanzada y de metas modernas a corto y mediano plazo, su objetivo fundamental -por razón de esta definición- es la búsqueda indiscutible de estimular con una perspectiva de largo alcance, una visión que presente las alternativas necesarias para lograr un mayor y mejor bienestar en la vida de nuestro pueblo.
A eso y no a otra cosa convoca y llama la política en este importante proceso electoral, como base fundamental del servicio público y gubernamental, al ser la búsqueda de respuesta a las demandas del pueblo y de la comunidad, oportunidad que tienen en este caso tanto electores como aspirantes a cargos de orden público, unos de sufragar para elegir al aspirante que se identifique con su confianza y los otros para asumir el compromiso de dar respuesta a las necesidades planteadas.
Es así como se da una unión simbiótica entre las demandas populares que plantean los ciudadanos y la identificación política de la cual se hacen cargo los aspirantes y candidatos al hacer suyos los quehaceres de gestión gubernamental, con el establecimiento de políticas públicas sensibles y accesibles a la gente, dando fuerza y fortaleza a objetivos, misiones y metas con lo que debe de constituirse una administración pública eficaz y moderna, cercana al sentir de la población y a sus necesidades.
Es por ello que a esta distancia se puede asegurar, amable lector, que por ello votarán los electores dando su respaldo, al tener claro y comprobar de manera eficaz que es el impulso y energía del pueblo lo que hace eslabonar compromisos y responsabilidades de orden social, par de elementos que traducidos al ámbito administrativo, son los programas de variada naturaleza que se instituyen en Coahuila para las personas de distintas edades; de igual manera que en los planes de desarrollo comunitario y urbanístico que demandan los sitios públicos al buscar un destino más productivo en nuestra tierra.
Las apreciaciones modernas conllevan a un comportamiento justo y definido entre lo que es la gestión gubernamental y las responsabilidades administrativas de cualquier nivel de gobierno, toda vez que bajo este esquema se dan por establecidos los fundamentos legales que comprende el derecho para su ejercicio y práctica en atención a las prioridades de la comunidad.
Queda a la vez, bajo estos criterios modernos, una vez más la amplia participación ciudadana en la discusión y concertación de las acciones al ser el eje primordial de toda actividad pública que le es inherente, al constituirse en fuente de legitimación de la gestión gubernamental y por consecuencia de su autoridad.
De ahí el por qué el lanzamiento perceptivo de las políticas públicas que ponga en práctica la autoridad en sus diversos niveles, deberán corresponder no sólo a criterios de las personas, sino también apreciar el desarrollo y vocación a la que se haga referencia en sus distintos sitios geográficos, así se constata en los trabajos realizados en las áreas metropolitanas que se dan en el Estado.
La teoría política y el actuar gubernamental elementos que dan forma a la praxis de nuestros días, obligan necesariamente acudir al diagnóstico, a la evaluación, a la planeación y a la administración, al ser éstas las herramientas indispensables para la gestión de recursos financieros, lo mismo que la medición cuantitativa y cualitativa del impacto social que la autoridad pretenda.
Todo ello, se puede agregar como una fundamentada conclusión, que el éxito de la política estriba en la participación democrática, la justicia social y la gestión gubernamental que den sentido a la transformación suplementaria, operaciones que la sociedad espera en cada uno de los periodos de renovación de poderes, al generar expectativas superiores de mejoramiento en el bienestar, la calidad de vida y el desarrollo de todos quienes la integran.
Agregue usted que esto sólo se da cuando se ponen en práctica cada uno de los sentidos que nos distinguen como seres humanos y que constituyen nuestra total ensibilidad como son: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto.
Elementos todos ellos, puestos al servicio del interés general, que es a la vez en los que se constituye el oficio político de quien se preste a realizar esta importante actividad al servicio de los demás.
Los presidentes Benito Juárez García y Lázaro Cárdenas del Río, son la mejor muestra de conducta, sencillez y apreciación en el proceder con responsabilidad, sigamos su ejemplo.
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