Sitios arqueológicos

Rufino Rodríguez Garza.

Sin duda alguna la localización de petroglifos y pinturas ha sido una de las experiencias más interesantes que he vivido: desde la expectativa del viaje a diversos lugares del estado hasta el momento de enfrentarse con el silencio de la piedra que ha guardado a través del tiempo esas manifestaciones del arte.

Dentro del campo de la arqueología, sin duda encontramos que uno de los trabajos más apasionantes es la busqueda de petroglifos, pinturas, geoglifos hechos por el hombre antiguo de Coahuila.

Nuestro estado es una potencia mundial en estas manifestaciones arqueológicas. Aquí se cuentan los sitios por centenas. Lo que no es abundante son los estudios y ensayos del Arte Rupestre o Gráfica Rupestre.

La Escuela de Ciencias Sociales (Historia) de la Universidad Autónoma de Coahuila, organizó un seminario que llamó “Los Secretos del Desierto, arte y cultura indígena del norte”, foro donde se presentaron los avances teóricos de las investigaciones más recientes en estos temas, aunque con experiencias de otros lugares de México. Y que bueno porque también fué foro para la presentación de un libro, ese sí sobre el arte rupestre de Coahuila.

Como persona interesada en las manifestaciones rupestres, me he dado a la tarea de explorar parte del amplio territorio de Coahuila para documentar las manifestaciones prehispánicas del pasado indígena que se localiza en estas áridas tierras del norte de México. Si bien las cuestiones teóricas no se me dan, si quiero aprovechar este medio, que mes con mes me proporciona un espacio donde publicar, para mostrar algunos sitios que están por estudiarse y que de no hacerse en el corto tiempo corren el riesgo de desaparecer por el avance de la “civilización”, que al pavimentar caminos o abrir tierras al cultivo destruye los pocos vestigios del pasado indígena aún sin los debidos registros de ubicación, dibujos, fotos, videos, etc.

En general, en el norte del estado destacan las pinturas y tumbas. En cambio en el sur-sureste llaman la atención los petroglifos, pinturas y algunos geoglifos. Abundan las manifestaciónes gráficas grabadas en los municipios de Parras, San Pedro de las Colonias, General Cepeda y Ramos Arizpe. En estas localidades se observan grabados “normales” y grabados incisos así llamados por Aveleyra. En el norte del estado no se grabó por la sencilla razón de que la morfología de la roca no lo permitió. La piedra caliza, de una dureza superior a 5 en la escala de Moss, y la rugocidad de la misma simplemente no permitió que se dejaran estos mensajes. En cambio fué muy socorrido en la pintura, y sin temor a equivocarme (sin que se trate de competencia) podemos afirmar que después de las pinturas monumentales de California, las del norte de Coahuila, en el municipio de Zaragoza, son de las más espectaculares de México. Aquí, en la localidad de San Vicente, algunas pinturas de chamanes llegan a los 2 metros de altura. Varios de ellos se les aprecian armas (lanzas), atlatls y tocados.

En cambio en el sur-sureste, en sitios de los municipios antes mencionados, se caracteriza por la abundancia de los petrograbados, de kilómetros en varias localidades, donde ininterrumpidamente los nativos fueron grabando sus indescifrables motivos a lo largo de miles de años. También el sur del estado es rico en manifestaciones de pinturas, quizá no tan espectaculares como las del Tío Tacho y San Vicente, pero son de llamar la atención las pinturas de San Felipe, las del valle de El Pelillal y Chupadero. Otro motivo aún pendiente es el de los geoglifos que aunque pocos, si representan materia de estudio. Algunas de estas manifestaciones las podemos observar en los alrededores del Cañón de Lucas y otros en los llanos de la Sierra Verde.

Coahuila es de las regiones de México donde junto con San Luis Potosí, se dió fuertemente la industria lítica, aunque saqueada, se puede estudiar, aprovechando las colecciones de los museos y las colecciones privadas. El INAH sabe de algunos coleccionistas que pueden permitir sus acervos para el estudio profesional de estos materiales.

Sitio La Batea.- También conocido como el Km. 42 de la Carretera 57, en este lugar seguramente, allá por los años 50 del pasado siglo, cuando se construyó la carretera llamada Central, se perdieron cientos de grabados al abrir el paso de la carretera. Este lugar es de suma importacia pues hay motivos abstractos, naturistas y algo de fauna. Aquí se localiza el emplazamiento con más representaciones de la herramienta llamada atlatl, artiluguio que servía para eficientar el uso de la lanza o azagayas. Gracias a las frecuentes visitas pudimos agregar al catálogo de motivos el de 4 lugares con pinturas, 3 en el lado oriente y uno del lado poniente. En los años sesentas, gracias al Profr. Carlos Cárdenas, se incluyeron algunas fotos del lugar, en los libros de texto gratuito de 5to. año de primaria. Gracias al investigador C. Grant, nos enteramos de que las representaciones de atlatls de Coso Range en California, USA, son en gran parte iguales a las del Puerto La Batea. En la fauna grabada encontramos representaciones de borrego cimarrón.

El Pelillal.- Ésta es otra zona arqueológica pendiente de estudio y se compone de una regular cantidad de valles, lomas, cañadas, crestas y llanos en los que abundan las representaciones rupestres ya sea como grabados, pinturas, chimeneas y geoglifos. Aunque este sitio a sido visitado por Leticia Gonzalez Arratia, W. Breen Murray, Herb Eling jr., y Mauricio Sánchez entre otros, no se ha concretado ningún proyecto, y el avance de tierras nuevas al cultivo, o ahora fraccionamientos campestres, ponen en riesgo los vestigios arqueológicos del rumbo. De esta zona podemos mencionar localidades como Presa Pantalones, Cañón de la Falsa, Cañón de la Puerta Grande, Cañón de San José, Sierra Verde, Cañón del Pitahayal, Arroyo Piedritas, El Borrado y otros sitios de interés.