También para Moreira es la
Madre de Todas las Batallas
Jorge Arturo Estrada García.
Lejos del escenario ideal. Se acabaron los rounds de sombra, y las excusas. Humberto Moreira, tiene frente a él, los retos más grandes de su carrera: ganar el Estado de México para Peña Nieto, y Coahuila, para que su hermano Rubén, sea gobernador.
Humberto deberá dividir su atención, recursos y esfuerzos, para ganar la Madre de Todas las Batallas, y además ganar su propia sucesión. Los escenarios políticos se mueven vertiginosamente. Y lo que parecían tareas sencillas, se están complicando. Deberá pelear en varios frentes, y en terreno ajeno.
En el estado de México, deberá enfrentar a la dupla ganadora de Guerrero y Baja California Sur: Marcelo Ebrard y Felipe Calderón. Las elecciones de julio del 2011 se darán en igualdad de recursos económicos y materiales. Contingentes de todo el país trabajarán para derrotar a Humberto Moreira y a Enrique Peña Nieto. Quieren cerrarle el camino de regreso a Los Pinos al PRI.
Moreira, fue contratado como general para hacer ganar al PRI. Desde su llegada, con su estilo extrovertido y bravucón, buscó crear la percepción de invencible, para su partido. Sin embargo, a un mes exacto de su llegada a la operación del tricolor, ya ha presenciado dos fuertes derrotas.
Claro, que ha tratado de deslindarse de los malos resultados, en Guerrero y Baja California. Las derrotas, han sido cargadas a la cuenta, de la todavía dirigente en funciones, Beatriz Paredes. Sin embargo, Moreira y sus ayudantes, han operado intensamente en ambas elecciones, y no pudieron evitar los fracasos.
Humberto, gusta de presumir sus resultados electorales. Y hasta recita, de memoria, los datos de las elecciones en las que ha participado. Considerado como excelente operador electoral, Moreira tendrá ante sí las elecciones del Edomex, las de Coahuila y las de Nayarit, para demostrar que no se equivocaron en contratarlo.
Tras los estrepitosos descalabros del 2010, Enrique Martínez lo llevó al lado de Enrique Peña Nieto, para reforzar al PRI ante la Madre de Todas las Batallas, que se librará en julio del 2011.
Su llegada, a inicios de enero, generó expectativas pero no resultados. Ante los medios, Humberto se comportó, prácticamente, como dirigente del tricolor. Acribilló verbalmente, a los panistas y miembros del gabinete federal. Acaparó, espacios mediáticos y reflectores. Pero, ante las derrotas, se deslindó y apuntó que aún no entra en funciones.
En este momento, la magia ya desapareció. El PAN y el PRD, se han fortalecido en las percepciones. El paso arrollador del PRI hacia Los Pinos, ha sido seriamente debilitado.
Quedó claro, que el arrastre mediático y en las encuestas, de Enrique Peña Nieto, no se puede transferir a otros candidatos. También, ha quedado demostrado, que los encuestadores siguen fallando, a la hora de predecir resultados electorales.
El uso intensivo de maquinarias electorales, por parte de los gobernadores de todos los partidos, y las alianzas del PAN y el PRD, han resultado difíciles de vencer para los priístas.
Humberto Moreira, deberá trabajar a fondo en el Edomex y en Coahuila. Los enormes recursos financieros, en los que tradicionalmente, se apoya Humberto para ganar elecciones, están siendo igualados por las alianzas opositoras. Por lo tanto, se complica más obtener buenos resultados.
Moreira, fue contratado para organizar al ejército priísta y ganar la carrera de Peña Nieto a Los Pinos. Ahora, sin excusas ni evasivas, debe ganar las elecciones en el estado de México y de Coahuila. Se juega en ellas, su carrera política. Ni más, ni menos.
Durante su carrera, Humberto Moreira ha trabajado principalmente para ganar la próxima elección. Para el exgobernador de Coahuila, lo electoral ha sido el eje básico de sus esfuerzos.
Su gobierno fue diseñado como maquinaria electoral. Sus principales colaboradores han sido usados, repetidamente, lo mismo para candidatos, que como reemplazos de quienes compiten en alguna elección.
Sus programas de gobierno fueron diseñados con un fuerte contenido clientelar. La línea divisoria entre partido y gobierno, practica-mente se esfumó. La intensa promoción hacia su administración, lo convirtió en un personaje altamente calificado. Su extensa obra pública, es ampliamente reconocida por los ciudadanos. Su trato cordial y su trabajo, le ganó la estima de los coahuilenses.
Bajo su mandato, el PRI se fortaleció de manera impresionante. La oposición, en la entidad fue sistemáticamente combatida y anulada.
Sin embargo, su salida precipitada a las grandes ligas de la política nacional, dejó importantes problemas sin atender, que amenazan con hacer crisis en los próximos meses.
La inseguridad, secuestros, robos extorsiones, los bajos salarios, el desempleo, la dependencia extrema del sector automotriz, el desorden financiero, el crecimiento exponencial de la deuda y los desvíos, irregularidades y negocitos de los miembros del gabinete, son temas que serán explotados por sus opositores.
En Coahuila, La Laguna se está convir- tiendo literalmente en una zona de guerra y en territorio hostil al moreirismo. Los laguneros se sienten marginados y olvidados por el Gobierno de la Gente. Se quejan de haber recibido un trato desigual al de Saltillo.
Señalan que no se atrajeron inversiones productivas, ni se realizaron las deslumbrantes obras que se hicieron en la capital estatal. Seriamente afectados por los embates de la delincuencia organizada, reclaman la atención de Jorge Torres y rechazan las cifras y excusas que ofrece el fiscal Jesús Torres Charles.
Los laguneros están molestos y podrán desquitarse en las urnas.
Actualmente, el gabinete estatal se percibe sin mando y sin rumbo. Su movimiento es solamente inercial. Ni el gobernador, Jorge Torres, ni el Secretario de Gobierno, David Aguillón, han podido lograr que Javier Villarreal y Torres Charles trabajen con eficiencia.
Acostumbrados a los pretextos, tanto Villarreal como el fiscal, con sus actitudes prepotentes, han enturbiado el ambiente hacia el moreirismo, en plena contienda electoral. Empresarios, alcaldes, comerciantes, proveedores y ciudadanos de todas las regiones de la entidad, son ignorados en sus demandas de pagos de pasivos y de mayor seguridad en las calles.
El candidato del tricolor, Rubén Moreira, lo irá detectando a medida que avance en su proyecto.
Sin formas, ni fondo, los gobernadores se apoderaron del poder en el PRI. El pragmatismo, marca la pauta en el tema electoral. Las contiendas se darán en un marco de guerra sucia, filtraciones y escándalos. Sin reglas, y en Súper Libre.
Los recursos públicos serán utilizados ampliamente por todos los partidos, en las elecciones del 2011. La consigna es derrotar a Enrique Peña Nieto y a Humberto Moreira. El exgobernador de Coahuila, ya tiene adversarios poderosos. Veremos si está a la altura de las expectativas.
Moreira, fue contratado para hacer ganar al PRI y llevar a Peña Nieto a Los Pinos. Ahora, debe ganar las elecciones en el estado de México y de Coahuila. Se juega en ellas, su carrera política.
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