El contenido de esta página requiere una versión más reciente de Adobe Flash Player.

Obtener Adobe Flash Player

Febrero 14, 2011
FEBRERO 2011, No. 263

Mis sexenios (35)
José Guadalupe Robledo Guerrero.

A la mitad del “gobierno” de Eliseo
El año 1990 se inicia con una nueva aspiración política de Flores Tapia: La Alcaldía de Saltillo. Algún pendejo cortesano le hizo creer al ex gobernador que tenía posibilidades de retornar a la función pública, además le dijo que tenía muchas simpatías entre los saltillenses y que si la quería, la ganaba. Sin duda ese cortesano fue Luis Horacio Salinas Aguilera, a quien poco le importaba poner a su “amigo” Flores Tapia al alcance de sus enemigos, para que le recordaran las acusaciones que le habían hecho en 1981, apenas nueve años atrás. Cuando se conoció la aspiración florestapista, algunos comenzaron a recordarle que había dejado el gobierno de Coahuila por “enriquecimiento inexplicable”. Pero poco duró el circo, OFT pronto abandonó su quimera. La realidad era que el PARM (Partido Auténtico de la Revolución Mexicana) le había ofrecido la candidatura al ex gobernador, y para hacer ruido, Flores Tapia lo había dado a conocer a través de una entrevista que le hizo Jesús Martínez del Castillo para El Periódico...

Por mi parte, a sabiendas de que convalidaría las intrigas de los cortesanos mendocistas, entrevisté al diputado federal Rogelio Montemayor Seguy, para continuar con una serie de entrevistas que tenía programadas para El Periódico... Montemayor conocedor y partícipe del neoliberalismo salinista abordó los temas del momento: “La renegociación de la deuda resolvió un problema que era insostenible para el país”. “Con todos los ajustes, el total de la deuda es de 80 mil millones de dólares”. “Casi el 40 % del ahorro nacional era para darle servicio a la deuda”. “La sociedad ya no quiere posturas partidistas, sino solución a los problemas”. “Algunos legisladores votan como partido y no como representantes populares”.

A partir de esa entrevista, Montemayor y yo iniciamos una cordial y respetuosa relación política-periodística. Para Montemayor era claro en ese momento que su principal opositor a la gubernatura sería Mendoza Berrueto, y por lo que a mi concernía, Eliseo y los mendocistas se habían convertido en mis principales hostigadores porque criticaba su corrupción e incapacidad. Lo cierto es que cada día se hacía más claro que Montemayor sería el relevo de Mendoza Berrueto, ya fuera por destitución o porque terminaba su periodo constitucional. RMS era el amigo del Presidente Salinas de Gortari.

En ese entonces, Mendoza Berrueto mostraba un inusitado interés por Sierra Mojada. Se rumoraba que el motivo de esa atención gubernamental eran los rentables negocios que Eliseo tenía en Sierra Mojada y Ocampo. Según esto, EMB era propietario de concesiones mineras en aquella región que había conseguido en sus anteriores chambas de Subsecretario, las cuales estaban a nombre de terceras personas, entre las que destacaba Gustavo Villarreal y su hermano Alberto, el primero era encargado estatal del Desarrollo Fronterizo, y uno de los socios del gobernador en otros lucrativos negocios.

Según se decía, esas minas producían diversos metales y minerales, entre ellos: hierro, carbón, plomo, y derivados de plata, oro y zinc que abastecían a diversas empresas públicas y privadas como Ahmsa y Sicartsa. Para beneficiar a estos negocios, Eliseo insistía en que durante su sexenio dotaría a esa parte de Coahuila de carreteras y caminos, argumentando que esa infraestructura beneficiaría a los ejidatarios.

Para entonces, Mendoza Berrueto era propietario de una cabaña amueblada que le habían regalado en un complejo turístico rural en Ocampo. Por las filtraciones de información también se sabía que EMB era dueño de un rancho ganadero en Múzquiz que se había equipado con la participación de algunas dependencias estatales: El director de Productividad Rural, Jorge Galo Medina, lo había dotado de perforaciones, tanques de almacenamiento de agua alimentados por pozos, electricidad, desmontes, canales y bordos de contención en los arroyos.

También el director del Instituto Estatal de la Vivienda, Abraham Cepeda, contribuyó con su cuota, regalándole sementales y proporcionándole información técnica sobre los pies de cría que se adquirían en Colorado, EUA. Otros funcionarios le proporcionaron asesoría sobre pastizales, maquinaria y planificación de pastas ganaderas y corrales. Al director de SAPAC, Francisco de la Peña, le correspondió la tarea de perforar una parte de los pozos de la propiedad.

Los proyectos turísticos de Boquillas del Carmen y el parque Big Ben también rendirían beneficios a la familia gobernante, pues el gran contratista del sexenio era Emilio Mendoza Berrueto, casualmente hermano de Eliseo, quien retornó del sureste mexicano para hacerse cargo de las obras para el turismo: carreteras, caminos, casas, calles, hoteles, drenaje y urbanización. Éstos y otros rumores se diseminaban sin recato en los corrillos políticos y fueron la materia prima que alimentó la información confidencial que publicamos en El Periódico... y que nos ganó la animadversión gubernamental.

Por esos días, luego de un largo proceso de desgaste político, Arturo Berrueto González dejaba la presidencia del PRI coahuilense, y lo sustituía el panista director del programa estatal “Trabajemos Juntos” y sempiterno Rector de la UANE, Higinio González Calderón, “político” del establo de Javier López del Bosque, derechista y subordinado a los intereses de los propietarios del Grupo Industrial Saltillo. El nombramiento de Higino como Presidente del priismo de Coahuila se vio como una concesión de Eliseo para congraciarse con los dirigentes empresariales de Saltillo.

Arturo Berrueto González, el otrora más influyente personaje de la política coahuilense vio declinar su estrella ante la indiscutible cercanía del favorito del gobernador: “El Tesorito de Eliseo” Jesús García López. Como resultado de ese movimiento político, Higinio González Calderón recibíó las felicitaciones de los disciplinados priistas el 26 de febrero de 1990 como nuevo Presidente del CDE del PRI coahuilense. A Higinio le correspondería dirigir el proceso de la selección y elección de los 38 Alcaldes de Coahuila en las elecciones intermedias del sexenio mendocista.

Con la destitución de Arturo Berrueto, “El Tesorito de Eliseo” había logrado una victoria más, no había perdido ninguna pues era el más poderoso funcionario estatal. En un corto comentario que se publicó en El Periódico..., el periodista Miguel Ángel Kaiseros dibuja la situación de esta manera:

“Para quienes conocen de política, en Coahuila no hay un hombre con más poder que Jesús García López. El poderoso caballero es secretario de Finanzas del Estado y financiero de otros proyectos según investigaciones serias y técnicamente bien ejecutadas. Para sentar sus reales, Jesús García López echó mano de sus habilidades dignas de Fouché. Hizo a un lado a quienes le hacían contrapeso cerca del gobernador Mendoza Berrueto. Así tronó a: Humberto Gaona Silva de Prensa del Estado; a Roberto Orozco Melo de la Secretaría Particular; a Francisco Aguirre Fuentes de la administración del DIF; a Arturo Berrueto González de la dirección del PRI estatal; y a Ramiro Flores Arizpe de la Procuraduría de Justicia, entre otros. Todos los caídos tienen un común denominador: se enfrentaron con el tesorero del Estado. Después de esa brillante faena, Jesús García López es conocido como El Sastrecillo Valiente, porque a todos los funcionarios “les tomó la medida”. Esa era la realidad que objetivamente veía Miguel Ángel Kaiseros.

Cercanos a las elecciones y ante tanto desmadre e indolencia del mendocismo, los jerarcas católicos como siempre comenzaron a realizar sus críticas cíclicas en contra del PRI, para conseguir mayores canongías. Debido a esos señalamientos entrevisté al obispo de Saltillo, Francisco Villalobos Padilla. En esta entrevista ya no hubo los exabruptos clericales como los que aparecieron la primera vez que entrevisté al obispo, esta vez fue más civilizada la charla. A pesar de que en el rostro del jerarca católico se dibujaba el malestar que le provocaban mis preguntas, las contestó con tono altanero.

Según las respuesta de Francisco Villalobos Padilla: “No tienen fundamento quienes juzgan que la iglesia va en pos de privilegios”. “La iglesia es una realidad de influencia moral, sería una necedad desconocerla”. “El derecho de la educación es de los padres de familia, no del Estado”. “El derecho de votar es fundamental, si se restringe a los sacerdotes es atentatorio”. “El código canónico nos prohibe presentarnos como candidatos a puestos públicos”.

A mediados de marzo de 1990, visitó Coahuila mi amigo Julio Hernández López, hoy destacado editorialista del periódico La Jornada y en ese entonces secretario adjunto de Programas Especiales del CEN del PRI y dirigente del Movimiento para el Cambio Democrático del PRI. Como era de esperarse, Julio fue desairado por el panista Presidente del priismo coahuilense, y salvo algunos priistas como Sergio Guadalupe Reséndiz Boone y la lideresa María Herrera que le dieron calor a sus pronunciamientos de cambio, nada más ocurrió digno de mencionarlo.

A Julio Hernández López lo había conocido 16 años antes en 1974 en San Luis Potosí, cuando retorné a mi estado natal a constituir una veintena de sindicatos obreros. Julio era en ese entonces estudiante de Derecho y líder estudiantil de la Federación de Estudiantes de la Universidad pública potosina. Hijo de ferrocarrileros era congruente con su origen de clase, de él recibieron los sindicalistas obreros un invaluable apoyo en sus luchas laborales.

Sus inquietudes de cambio lo llevaron a enfrentarse con la nomenklatura priista, hasta que después de una huelga de hambre que realizó para hacerse escuchar, optó por renunciar al PRI ante la sordera de sus compañeros de partido. Desde entonces Julio Hernández abandonó su partido y se enroló en las actividades periodísticas de La Jornada.

Por mi parte no desaproveché la oportunidad de entrevistar a Julio Hernández para El Periódico..., sus respuesta fueron premonistas de la situación que se avecinaba: “Las próximas elecciones federales serán de alto riesgo para el PRI”. “Si las bases no luchan por el cambio, éste sólo será una simulación”. “En ocasiones los delegados del partido sirven al gobernador y no al CEN del PRI”. “Debemos dejar de ser cómplices de los excesos del poder”. “Si no se hace caso, debemos levantar la voz para que nos escuchen”.

Pero en Coahuila no sólo Julio Hernández López era ignorado y segregado, también la mayoría de los periodistas coahuilenses recibían el mismo trato. El director de Prensa del gobierno estatal, Gerardo Hernández González, diariamente hacía lo suyo, logrando enemistar cada vez a más periodistas con el gobierno eliseísta. La fatuidad y la prepotencia de Gerardo era el pan de cada día en su gestión. Aunque los motivos del arribo de Gerardo Hernández a esa importante función era un enigma, muchos suponían que Flores Tapia algo le había ayudado para conseguir el puesto, ya que Gerardo presumía ser compadre del ex gobernador.

De todos modos, sea cual fuere la realidad, Gerardo Hernández González y su concuño Javier Dávila Herrera que se había colado a la dirección de Prensa, comenzaron a exhibir bonanza en su economía familiar. Igual que en todos los sexenio, la compra de residencias era el deporte favorito de los beneficiarios de la corrupción. Fue por esos días que Gerardo Hernández estrenó casa. Pero así como residencias, los mendocistas también compraban terrenos, joyas y autos.

El 23 de marzo, la comunidad del Instituto Down de Saltillo le dio un reconocimiento al Presidente de la Fundación Cultural de Coahuila, Armando de la Peña Rodríguez, por su desinteresado apoyo. En esa sencilla ceremonia, Armando tomó la palabra y recordó cuando meses antes habían acudido con el gobernador Mendoza Berrueto para solicitarle el aval para la compra de una casa que daría albergue al Instituto Down. El aval les fue negado con el argumento de la crisis económica por la que atravesaba el gobierno estatal.

Sin embargo, Armando de la Peña señaló que días después de la negativa gubernamental, Mendoza Berrueto había apoyado incondicionalmente la construcción de una obra que para él era prioritaria: el autódromo, en donde su hijo adoptivo practicaría su hobby de nuevo rico: correr autos. En su discurso, Armando hizo énfasis en que para el gobernador era más importante crear un lugar para que los juniors se distrajeran corriendo autos costosos, que apoyar a decenas de niños que requerían de ayuda profesional para superar sus problemas cerebrales.

Armando también hizo mención de la costosa clínica, en donde el ex gobernador José de las Fuentes Rodríguez “El Diablo” invirtió más de 20 mil millones de pesos, para que su hija y su yerno ejercieran la medicina privada. “No es posible -dijo Armando- que estas cosas pasen en Coahuila, y nadie haga algo para evitar que nos sigan robando”.

Armando de la Peña era en ese momento un amigo cercano de Rogelio Montemayor Seguy, y se decía que si RMS llegaba a la gubernatura, Armando sería el encargado del Icocult, pero de la Peña Rodríguez sucumbió ante el canto de las sirenas de Eliseo, y aceptó -antes de tiempo- la dirección del Icocult. Los chismes de pueblo a que tanto están acostumbrados los saltilleros harían el resto, acarreándole una enemistad con la esposa de Montemayor, Lucrecia Solano. Pero esa es otra historia que ya abordaremos cuando llegué el momento de mencionarla.

Lo cierto, es que la destitución de Arturo Berrueto González del PRI estatal terminaba con su influencia política, y por lo tanto, con la buena relación que el gobierno mendocista mantenía con los priistas de viejo cuño a los cuales representaba ABG. Alguna vez, cuando Eliseo Mendoza ganó las elecciones para gobernador, le dijo a Arturo Berrueto: “Ahora vamos a cogobernar Coahuila juntos”. Arturo conociendo a su primo Eliseo y los avatares de la política le contestó con gran objetividad, declinando la invitación: “Usted es el gobernador, por usted votaron los coahuilenses”. Bastaron dos años para que Berrueto González comprobara la justeza de sus palabras. Eliseo no era de fiar ni para sus parientes. A Federico Berrueto Pruneda, sobrino de Eliseo, también le iría mal con su familiar.

¿Qué pasó en las alturas políticas? Sólo Arturo Berrueto lo sabe, pero es posible que los jóvenes intrigosos que traía Mendoza Berrueto en su séquito favorito no cesaron en su intento de derribar a ABG, pues a pesar de su prudencia, Arturo Berrueto nunca pudo evitar que lo señalaran como el más influyente político con el gobernador.

Mientras tanto, “El Tesorito de Eliseo”, Jesús García López, era mencionado en todos los principales negocios del sexenio: Maquiladoras y parques industriales en Hermosillo, Sonora; casas de bolsa; empresas de computación; radiodifusora en Veracruz; y el tradicional “jineteo” de los recursos estatales.

Otro de los enrolados en los negocios sexenales fue el director de Sapac, Francisco de la Peña Dávila, a quien a principios de junio lo acusó el PFCRN (Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional) de malversación de recursos, lo que motivó que los partidos opositores exigieran una auditoría a Sapac, para conocer el destino que tuvieron los créditos y demás recursos económicos que manejaba el organismo.

La denuncia la hizo Francisco Navarro Montenegro ante el Congreso de la Unión, y tenía como fundamento una obra de más de tres mil millones de pesos, que no se justificaba en beneficios y que “casualmente” dotaba del servicio de agua a grandes terrenos baldíos que eran propiedad del director de Sapac. Como única defensa, Francisco de la Peña argumentó que el gobernador Mendoza Berrueto supo de antemano que por allí tenía unos terrenos, y de todos modos ordenó que se hiciera la obra. La denuncia pronto calló por razones predecibles. Los cardenistas hicieron como que la virgen les hablaba y no volvieron a mencionar el asunto.

Preparándose para la sustitución que se avecinaba del Alcalde saltillense Eleazar Galindo Vara, Mario Eulalio Gutiérrez dejaba atrás meses de inactividad política para hacerse cargo de la Presidencia del comité municipal del PRI. Mario Eulalio llegó al modesto puesto partidista impuesto por Eliseo Mendoza ante la oposición de Catalina, la hija de María Herrera, que participaba en una de las fórmulas, y un profesor de apellido Salazar que impulsaba el sector campesino. Pese a que Mario Eulalio fue impuesto con ayuda del gobernador, el cómputo final de la elección fue: 590 votos a favor de Mario Eulalio Gutiérrez y 425 sufragios para el profesor Salazar.

Por su parte, el sedicente Rector de la UAC, Remigio Valdez Gamez seguía con su plan de destruir a la universidad pública. La corrupción, la incapacidad, la inmoralidad y el despilfarro se había apoltronado en la UAC. Pese a que Remigio Valdez tenía como principales colaboradores a dos personajes ligados a los propietarios del Grupo Industrial Saltillo (Roberto Arizpe Narro, Secretario General y Francisco Javier Duarte Villegas, Tesorero) las cosas en la UAC no cambiaron, al contrario... Un sólo dato que dio por aquellos días el tesorero universitario muestra por sí mismo la deplorable situación de la “Máxima Casa de Estudios de Coahuila”: Se gastaron 12 mil millones de pesos en gastos generales, mobiliario, equipo y “asignaciones complementarias” y 324 millones en investigación.

Pero en la política estatal las cosas andaban peor. Eliseo ya montado en su nube de poder seguía cometiendo barbaridades. Una de ellas que sucedió a mediados de 1990 fue el desaire que le hizo (por segunda ocasión) a Manuel Bartlett Díaz, Secretario de Educación, cuando vino a Torreón en visita oficial no lo recibió el gobernador, porque prefirió ir a la frontera coahuilense a recibir al actor Ricardo Montalbán, quien estaba invitado a una cena que tenía como objetivo recolectar fondos para el DIF estatal y algunas otras instituciones de beneficiencia pública. Estas cenas siempre se pagan con recursos públicos.

El saqueo mendocista seguía viviendo sus mejores días, también el rumor de que EMB dejaría la gubernatura se había incrementado. Todos aseguraban que Eliseo sería destituido de la gubernatura...

(Continuará).
A la mitad del “gobierno” de Eliseo...

 
robledo_jgr@hotmail.com