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Abril 2012
Edición No. 278
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La belleza del semidesierto

“La naturaleza está animada por una intención artística que
le permite llegar sin esfuerzo a las más perfectas creaciones”.
Goethe.



Salvador Hernández Vélez.

El lunes 26 de marzo con motivo del 99 aniversario de la promulgación del Plan de Guadalupe por don Venustiano Carranza en contra del usurpador Victoriano Huerta, acudí a la ex Hacienda de Guadalupe. En el camino aprecié el despertar de la naturaleza del semidesierto. En el recorrido de Saltillo a la ex Hacienda ubicada en el municipio de Ramos Arizpe, se observa, que las diferentes plantas del semidesierto están en su mejor momento. Hace un mes se apreciaban sólo tonos grises y tristes a los lados de la carretera. La sequía de más de 18 meses mantiene en una situación de desolación al campo. Debido a las escasas lluvias y de muy baja precipitación era impensable ver resurgir el semidesierto con los esplendores que es capaz de proporcionarnos en las diferentes estaciones del año.

Por estos días, a pesar de las inclemencias del tiempo, el semidesierto, nos regala sorpresas. En el recorrido, tan sólo a cinco días de iniciar la primavera, las albardas (cuyo nombre científico es Fouquieria splendens y en la Laguna su nombre común es ocotillo) lucían en su copa un color anaranjado por su floración. Y en aquellas zonas en donde se concentran cientos de estas especies se aprecia una sábana anaranjada ondeando en medio del semidesierto. Las albardas generalmente se encuentran entre matorrales. El arbusto es espinoso, lo que le permite sobrevivir en condiciones climatológicas adversas. Se desarrolla a pleno sol.

A medida que recorría el trayecto también encontramos izotales, es decir, bosques de Yuccas filiferas, también conocidas como palmas chinas. Se perciben en plena inflorescencia, presumiendo sus hermosos racimos de hojas blancas. Con ellas se elabora una rica sopa de flor de palma. Un bosque de palmas chinas con sus racimos de flores blancas es un espectáculo del cual maravillarse, el desierto sí que tiene sorpresas. En los patios de la ex Hacienda de Guadalupe podemos contemplar los jardines con palmas chinas, se levantan imponentes bajo el inmenso sol, hacen gala de su capacidad para sobrevivir con poca agua en condiciones climáticas extremas propias del desierto: de intenso calor en el día y frío por la noche.

También hay otros arbustos ansiosos de ser admirados en este tiempo, el chaparro prieto es uno de ellos, su nombre científico es Acacia rigidula y pertenece al género de las acacias como el huizache. En el camino fui testigo de un hermoso espectáculo de la floración. En extensas poblaciones, se puede apreciar ahora sus flores blancas integrando una gran sábana blanca, meciéndose con el viento, flotando suavemente, soportada por una gran cantidad de tallos negros. En otras áreas sus flores nos presentan matices, del amarillo al crema. El ambiente en nuestros espacios semidesérticos está inundado además de lo maravilloso del espectáculo, de un delicioso aroma, que ofrecen una atmósfera agradable para quien se atreve a recorrer y apreciar la magia de estas poblaciones de albardas, de palmas chinas y de chaparros prietos.

Y en las circunstancias actuales de incertidumbre, de miedo y de terror por la guerra que Calderón le declaró al narcotráfico, no tenemos tiempo para enfrentarnos con el espíritu de la tierra, o mejor dicho con el vigor del semidesierto. Hemos perdido el hábito de ejercitarnos y enlazarnos en el goce de la naturaleza. En el reencuentro con el espíritu de Venustiano Carranza pude certificar lo que apenas dos semanas antes parecía un yermo, se mostró ante mí en su imponente totalidad y unidad. Me permitió contemplar un desfile de seres maravillosos que creía muertos, ahora se presentan en su esplendor, exhiben la poderosa pulsación de la tierra: sus fuerzas vitales escondidas ahora fluyen incontenibles a través de su floración que se manifiesta en inmensos colores naranjas, cremas, amarillos o blancos.

Este acontecimiento nos expresa que la naturaleza tiene una fuerza vital atesorada, que nos invita a comunicarnos con sus secretos, a apreciar sus manifestaciones en todo su esplendor, a través de la diversidad de formas y la multiplicidad de sus elementos ocultos.

 
jshv0851@gmail.com
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
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