Vivir y convivir
con malditos
Eloy Dewey Castilla.
Como característica del zoo humano de toda la vida, hay de manera universal e inescapable los malditos, perversos, malos, injustos o crueles.
De que los hay, los hay y así hemos convivido a pesar de sus flagelos.
Este concepto se evidencia en el veinte por ciento de la población cuando las circunstancias le son propicias pero dentro de éste, el dos y medio por ciento es el “maldito”.
A pesar de la perversidad suprema, el ser humano ha sobrevivido simplemente por mayoría.
Esto no ha cambiado a lo largo de la historia a pesar de lo hostil de la naturaleza humana contra el propio ser humano. Se conservan los mismos parámetros.
En ocasiones ha sido por los métodos usados para lograr el dominio utilizando métodos crueles o el uso de la violencia para compensar la debilidad.
La malicia que se usa para perjudicar en forma grave a un tercero es una característica.
Van desde los accidentes, enfermedades, quiebras, muertes, totalitarismos dictatoriales, crueldad física y mental, engaños, crímenes, persecuciones, etc., que han estado documentados desde la más remota antigüedad.
Se detecta por su repulsión al progreso de los “buenos”, al oponerse a las acciones positivas o buscar la destrucción más que a la construcción. Simplemente reman en contra mientras la mayoría aspira al curso contrario.
Sus juegos sucios los hacen muchas veces aprovechándose de la candidez y generosidad de sus congéneres. Otras haciendo que parezca algo natural al distorsionar y corromper las reglas de los juegos honestos.
En el juego de la vida, esto es normal, sucede, ha sucedido y seguirá ocurriendo en lo futuro.
Lo importante es saberlo, manteneros alertas constantemente y no claudicar cuando esto se observa, sino seguir adelante progresando.
Que malo que estos seres maliciosos puedan provocar grandes males a muchas personas y en ocasiones por mucho más tiempo del racionalmente permisible por sus propias artimañas..
Vivir y convivir con malditos es cosa seria. Qué bueno que sólo son una pequeña minoría. |