Hasta dónde se tolerará la obsesión de López Obrador para descalificar la elección
“El que no está dispuesto a perder todo,
no está preparado para ganar nada”.
Facundo Cabral.
Luis Fernando Hernández González.
El secuestro de la voluntad popular
Para la existencia perfectible de toda democracia, sólo es factible cuando coexistan demócratas que con sus actitudes y voluntad superior garanticen su ejercicio dentro de una sociedad, al incluir en su conjunción un gran contenido de veracidad, claridad, legitimidad y legalidad como ingredientes consubstanciales de la expresión civil de una participación popular.
Comento a usted amigo(a) lo anterior por el hecho de que a un mes de haberse realizado el proceso electoral y definir bajo una contienda perfectamente vigilada por ciudadanos, medios informativos y partidos políticos, para así, encontrar la resultante de quienes habrán de ser las autoridades federales durante el periodo 2012-2018, tanto de Presidente de la República, como de senadores y diputados al Congreso de la Unión, los mismos medios de comunicación se prestan para exhibir nuestra controversia interna de entendimiento, inmadurez cívica y política al privilegiarse aquellos hechos insustanciales de descalificación e inconformidad que dan muestra de incivilidad en nuestro alcance nacional como sociedad.
Al girar mediáticamente entorno al sentir de una persona inmadura emocionalmente, indescifrable en su formación y abstracta en pensamiento, la cual pretende con sus acciones populistas de masas, dar un giro de 180 grados en sentido contrario al procedimiento avalado por cerca de 50 millones de electores que participaron de manera decidida para sufragar por el candidato de su preferencia.
Cuando todos sabemos que la elección fue abrumadora, clara, contundente y transparente, donde existía un partido político (PAN) con toda la fuerza administrativa del estado nacional durante doce años de actuación administrativa federal; como también un candidato PRD-PT- MC que recorrió el país en múltiples ocasiones durante un buen número de años, de perfil chavista populista, especulando en todo momento con la expresión de pobreza, necesidad y miseria generando con ello una frágil e irreal mercadotecnia; un partido (PRI) con una tradición histórica institucional, al mismo que sus adversarios denostaban y descalificaban por sus años en el ejercicio de gobierno, con un candidato franco, comprometido y responsable; uno más de corte científico cuyo partido (PANAL) se contextualiza dentro del área educativa magisterial.
Todo ello, sirvió para posesionar a cada una de las opciones participantes con un porcentaje considerable de los votos contabilizados y así obtener Enrique Peña Nieto una suma de18.7 millones de votos, representando al PRI y al Partido Verde Ecologista, Andrés Manuel López Obrador una cantidad de 15.5 millones de votos representando a los partidos PRD, PT y Movimiento Ciudadano, Josefina Vázquez Mota la cantidad de 12.5 millones de votos representando la PAN, y Gabriel Quadri de la Torre con 1.1 millones de votos representando al PANAL. Con un 63.1 de porcentaje en la participación electoral general de 79 millones de electores del país.
Al ser la autoridad electoral el órgano superior representado por el IFE quien realiza cada una de la operaciones y funciones para una clara, efectiva y transparente elección, es tiempo que aun por distintos motivos y argumentaciones de extrema fragilidad se pretende invalidar todo un procedimiento que está fincado en parámetros de estricto orden.
Los medios informativos señalan en todo momento cada una de las ocurrencias de carácter político a las que recurre como estrategia el señor Andrés Manuel López Obrador, desconociendo como principio y fin los resultados electorales que arrojara el conteo de voto por voto de las urnas electorales.
Su argumentación de rechazo así lo sostiene, pues como bien se sabe fue el descalificar procesos y procedimientos del órgano arbitral integrado por ciudadanos, en cada una de las instancias de organización y aplicación que comprende la misma ley electoral para la realización de este tipo de dictámenes ciudadanos en donde se da la emisión del voto.
La fuerza de su demostración para desconocer los resultados la fincan sus seguidores en el gasto de recursos económicos aplicados en la campaña, no sólo del candidato a Presidente nacional, sino en la suma empleada de una cantidad de utilitarios distribuidos en cada uno de los 300 distritos electorales y entidades del país, en donde los saleros, comales, servilleteros, cilindros, libretas, tortilleros, plumas, encendedores, botones, redes, mini costureros, camisetas, cachuchas, sombreros, abanicos, trípticos, pegotes, además de distintos tipos de tarjetas, monederos electrónicos, son la base que según los demandantes aliados de López Obrador se tiene para comprobar excesos de gasto en la campaña.
Una sola pregunta nos debemos de hacer los ciudadanos mexicanos, ¿no es esto acaso una forma usual de promoción electoral practicada por siempre en todos los partidos políticos de México? o bien, quizá estamos en algo inédito de la compra personal de millones de conciencias.
Seguramente para usted y para mí, esta afirmación de AMLO, resulta un verdadero absurdo tal sugerencia de compra venta.
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