Ya ves como el destino todo cobra...
Fidencio Treviño Maldonado.
-Ya lo ves como el destino todo cobra y nada olvida-, así dice la canción del mejor poeta folclórico de México, José Alfredo Jiménez y la factura se pagó, el testamento dice que el legado en Coahuila es aún incierto, así cobró la mega deuda. Sin embargo se tiene que ver que esta misma deuda, la de los miles de millones de pesos que tiene el Estado, en parte es la gente la que también tiene la culpa, porque por motivos, razones o causas no dijo nada cuando recibió la tarjeta de la gente, cuando sus niños se vistieron con los uniformes, cuadernos y zapatos que el gobierno de la gente les regalaba, nadie tuvo el valor de devolver la tarjeta o los uniformes, y ahora esta misma gente no vota por el PAN por convicción o por convencimiento, sino sólo por dar el NO al PRI como revancha o venganza de la deuda tan grande que entre unos cuantos cometieron.
Que los vivos lloren a sus muertos y son los PRIistas los que más por orgullo que por pena o por la derrota en Coahuila andan tumbando cabezas, y eso está bien ya que quien no hace la tarea no merece pasar año, el honor del partido ha sido mancillado.
Hace años en San Pedro sucedió un caso único en Coahuila: Emilio Bichara Wong, ganó las elecciones para presidente municipal de los trinos, ganar no fue nada, el caso es que venció a “El Chapo” Flores, jefe del PRI estatal en ese entonces; a Javier Guerrero, jefe de Finanzas en el Estado y a Raúl Sifuentes, secretario de Gobierno en el periodo de Enrique Martínez y Martínez; es decir venció al PRI y a los tres hombres más importantes de Coahuila después del gobernador, se los llevó el PRD y Emilio entre las patas.
Cuentan las lenguas de serpiente y los oídos de marranos que una vez perdido San Pedro por el PRI y ganado por el PRD con Emilio, ya en Saltillo capital, Enrique Martínez les dio una zurrada de palo de gallinero, entre otras cosas les dijo: Para eso me gustaban pinches gallitos, ni en su corral (San Pedro) pudieron ganar, ni siquiera pisaron una pinche gallina en su gallinero, bola de buenos para nada y malos para todo. Esto y más les dijo en la regañada que les puso... y es que los tres son originarios de San Peter (también son Trinos).
Ahora con la derrota anunciada de tener pocos legisladores en la bancada de Coahuila y el descalabro en la poca cantidad de votos, sin duda más de cinco cabezas van a caer por haber confiado en que Coahuila se llevaba todas las canicas y, pues no, que aparece el muchacho bueno del barrio y se las sacó de la bolsa... Y pues como dice el aforismo francés: El juicio aun está ante el más grande juez, Dios. Buscar culpables y dar con ellos es lo que pueden hacer los encargados de rendir las cuentas al gobernador, que es sin que nadie lo dude el primer PRIista del Estado.
Pronto las bocas de lengua viperina y cuentachiles de mercado, con sus dedos flamígeros culparan a otros, a los grupos antagonistas, porque hay que reconocer que en cada partido los peores enemigos están adentro, no afuera, y si no lo creen esperen unos meses más en Coahuila y verán cómo andan peleando los huesos, la guerra interna entre los mismos partidos por ser ellos, siempre ellos y sólo ellos lo que estén dentro, es decir hasta los perros se enseñarán a aullar como los lobos, eso si una vez acomodados todos en manada a defender, con feroces gruñidos, ladridos y aullidos su feudo. El pueblo al igual que López Obrador que se vaya a “La Chingada” (nombre del rancho en Tabasco), o en su caso que el partido pague la factura de la deuda, dándole en donde más duele, con el desdén del voto, porque no hay que olvidar que así es el destino ...
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