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Agosto 2012
Edición No. 282
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Secretaría de Cultura de membrete

 

José Luis Carrillo Hernández

¿Qué está pasando en la Secretaría de Cultura? Es la pregunta que se hacen un amplio grupo de artistas y creadores que a ocho meses de sustituir al Icocult y contrario a éste, que habitualmente mes con mes presentaba un grueso cuadernillo con la programación de una gran diversidad de actividades para toda la población en los 38 municipios del estado, la Secretaría de Cultura en cambio ofrece una muy escasa oferta cultural, abarcando o beneficiando a escasos públicos de un gran universo de más de 2,748,391 habitantes según censo del 2010.

Muchas fueron las expectativas que despertó la creación de la Secretaría de Cultura, pues se creía que esto incidiría positivamente en las acciones y servicios que ésta tiene por obligación brindar a la comunidad, a los artistas y creadores, sin embargo esto aun no pasa, al contrario pareciera que el divorcio entre sociedad e institución se ha pronunciado.

La comunidad en su inmensa mayoría está al margen de las pocas acciones que hasta la fecha ha realizado la nueva secretaría, acciones aisladas que no parecen formar parte de un proyecto cultural, pues en la mayoría de estas actividades, la sociedad, los creadores y artistas locales, han estado al margen, se ha privilegiado lo de afuera y pareciera que se desprecia lo nuestro.

Ésto tal vez sucede por la importación de burócratas o promotores culturales no coahuilenses que una vez más -por la mucha saliva que producen- se convierten en los principales beneficiarios, junto con sus amigos, de las nóminas y de las poquedades que para la promoción y divulgación cultural dedica el estado, dejando fuera como siempre a los talentos y los creadores propios, los que deberían de ser -en teoría- al menos lo receptores de los beneficios de este organismo.

Por el contrario, los pocos eventos que la Secretaria de Cultura nos presenta forman parte del trabajo que realiza Conaculta de manera itinerante en todo el país, que son realizados para promocionar a los amigos de los funcionarios en turno y no a los creadores locales, los cuales se sienten agraviados y despojados de oportunidades, por una clase política metida en la cultura y que lo único que hace es reproducir los vicios de sus antecesores.

La comunidad y sus sectores no se sienten ni están incluidos, esta dependencia, hasta hoy, sólo aparenta hacer lo que no hace, o sea promover, divulgar y fortalecer la cultura y el arte, así como garantizar su acceso a todos los sectores de la sociedad, promoviendo los distintos valores y expresiones y garantizando los espacios que requieran para su manifestación y desarrollo.

Los funcionarios y burócratas se justifican con la cantaleta de: no hay dinero, no hay presupuesto, no hay recursos, o bien la veda electoral para así dejar de hacer, finalmente la ignorancia reproduce el sistema y la cultura lo pone en peligro. En este sentido, las instituciones si cumplen cabalmente con su misión: mantener en la ignorancia a la gente. ¡¡¡Qué ironía!!!
En la realidad, el estado de pobreza, marginación, ignorancia y violencia grave que padece la sociedad no parece sensibilizar a la función pública, y lo que debiera ser el eje fundamental y dirección de sus acciones parece ser sólo un tema más en una agenda demagógica y de gatopardismo de renovado membrete, que da pasos para atrás, pues según dicen no hay recursos para hacerlo para delante, ni para un lado ni para otro, y ésto sin agregarle la competencia y el golpeteo sórdido que se da entre los mandos altos y medios de esta ociosa secretaría.

Por eso creemos que la tarea que tiene por delante la titular de esta dependencia, Lic. Sofía García Camil, requiere de una amplio análisis y autocrítica, pues si bien es cierto que su nombramiento a muchos nos pareció atinado, también es cierto que las acciones que regularmente realizaba el Icocult están muy por encima de lo que hasta hoy ha realizado la misma dependencia.

Romper con ese inmovilismo y el cerco que le han formado sus colaboradores, así como una mayor gestión presupuestaria, coordinación y colaboración interinstitucional, además de la participación plural de los artistas y creadores locales, harían que las galerías, escenarios y espacios públicos vuelvan a ser lugares para la cultura.

 
tierra_2013@hotmail.com
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
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