Todos contra todos
Los conocedores de la política coahuilense aseguran que actualmente se libra una batalla campal entre los principales funcionarios del gobierno del estado, pleito que ya ha permeado a los otros dos niveles de gobierno: el municipal y el federal, y por supuesto a la política estatal.
Aunque a decir verdad, este tipo de enfrentamientos siempre han sido comunes en las instituciones gubernamentales, pues cada funcionario quiere figurar ante el tomador de decisiones, y hace lo posible para que lo vea, “para estar en el ánimo del patrón”, y conseguir mayores encomiendas.
Sin embargo, lo que está sucediendo en el gobierno coahuilense tiene otro origen: la inclusión. Rubén Moreira Valdez fue incluyente cuando conformó su gabinete, de tal forma que tuvieron cabida personajes de todos los grupos, principalmente de los ex gobernadores.
Rubén, buscando la unidad de los grupos políticos de su partido en torno a su gobierno, integró a su equipo a braulistas, delasfuentistas, mendocistas, montemayoristas, enriquistas, humbertistas, y a su gente. También le dio chambas a dos ex gobernadores: Rogelio Montemayor y Eliseo Mendoza, ambos contrarios entre si.
Incluso, en el gobierno rubenista, también se incluyó a miembros de otros grupos, como el del Raúl Sifuentes Guerrero, a quien ahora se le identifica con el lopezobradorismo lagunero. Pero Rubén amplió su inclusión y aceptó a otros recomendados: Se dice que Chema Fraustro y Óscar Pimentel fueron mandados por Elba Esther Gordillo, a Javier Guerrero lo envió Beatriz Paredes, y Rubén Aguilar fue recomendado por Vicente Fox.
La gran mayoría de estos personajes tienen lealtad a su establo, o mejor dicho responden a los intereses de su grupo, y a las estrategias de sus líderes o jefes. Una de estas estrategias es consolidarse en el estado en las posiciones de poder que más convenga a su crecimiento y desarrollo. Las alcaldías que serán renovadas el próximo año, son en este momento su objetivo. Pero el meta final de todos los grupos, es la gubernatura.
Ya desde ahora, y aprovechando ese raro movimiento realizado el Primero de julio por Humberto Moreira, en donde amenazó con retornar a la política y mostró rechazo a la institucionalidad, al convocar a apoderarse del PRI estatal. Los oportunistas se prepararon para pescar en río revuelto, y comenzaron a mover las aguas.
Todos los grupos políticos de Coahuila se sienten con derecho a disputar no sólo las alcaldías de sus municipios, sino el gobierno del Estado, incluso desde ahora, algunos no tienen prejucios de buscar sus aspiraciones electorales a través de otros partidos, si el PRI no les da la candidatura. Allí están el PANAL, el PRD el Verde Ecologista dispuestos a recibir a los priistas, más aún si éstos les aseguran el triunfo o una buena votación.
La batalla campal al interior del gobierno estatal, que está en la etapa de las patadas bajo la mesa, tiene su origen en la inclusión de todos los grupos priistas en el equipo gubernamental de Rubén Moreira. Los grupos se culpan mutuamente de los errores, se bloquean, se obstaculizan, y finalmente quien pierde es el estado y el Gobierno de Todos. Pero también es cierto que si esto continúa, Rubén tendrá que dar un fuerte manotazo en la mesa, para que todos se conduzcan con institucionalidad y orden...
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