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Diciembre 2012
Edición No. 286
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El peligroso dogma de los Derechos Humanos

Apolinar Rodríguez Rocha.


¿Qué sucede? ¿Por qué de pronto una explosiva corriente de seudo humanistas impulsan los Derechos Humanos?

Es de cultura general sabido en la memoria histórica universal, la religión, principalmente el catolicismo, ha ejercido sobre los hombres y poderes mundanos de los gobernantes un poder innegable, omnímodo, al grado de llegar la Iglesia Católica en la edad media a poner y quitar reyes y príncipes. Al separarse la iglesia del poder público, a quien se reservó el poder material sobre los hombres y el poder coactivo o mundano; y la iglesia reservándose la autoridad moral sobre las almas (voluntades) perdió poder sobre los hombres, como consecuencia de la guerra de las investiduras en Europa.

Tal división de poderes entre los dos entes instituciones más poderosos del mundo, Iglesia (el poder religioso) y los señores feudales (Reyes y Príncipes), el Estado, subyace una antinatural división del ser humano, sabido ya que el ser humano no únicamente es un ente físico con cuerpo y mente, sino a la vez es un ente espiritual con necesidad de trascendencia, en esto último reside gran parte de la problemática social posterior. La división de autoridad moral y pública trajo consigo incongruencia entre lo que se creía y lo que se debía hacer, es decir, lo que disponían las normas morales y lo que disponían las normas legales, llegando al grado de prohibir los Estados a las iglesias o religiones que intervinieren en los asuntos públicos y cuestiones políticas.

La intervención de los religiosos en el desarrollo de la sociedad es innegable, por lo menos en Latinoamérica son los responsables de casi todas las independencias de las colonias de las potencias coloniales; Es entendible que la existencia de dos instituciones trascendentes como lo son la iglesia y el Estado, como entes trascendentes a los hombres (sobreviven a los hombres y a su promedio de vida) haya acarreado conflictos de poder.

Una conversación con un militar hace tiempo, reveló que el miedo más grande de los militares es la guerra religiosa, como la musulmana o los kamikazes japoneses, de hombres que sin más interés que satisfacer su fanatismo religioso son capaces de entregar su vida por su Dios, sus creencias y su pueblo; afirman que no hay peor enemigo que los fanáticos religiosos, explico en ello, que el Estado (Universal) (Sistema Universal de Gobierno), que no es en realidad del Estado Nación, sino el conjunto de entes gobernantes del poder público, hayan ideado un mecanismo, el sistema Universal de Derechos Humanos, para hacerse para sí del poder moral sobre los hombres y sobre sus almas, el poder de gobernar su moral (de los ciudadanos) contra el poder de la Iglesia Universal.

Encuentro en ello actualizado lo que citan otros muchos autores respecto al modernismo como el boom del cientifismo “Periodo en el cual se gestó el dogma de encumbrar al hombre como Dios, bajo el lema que la ciencia podría controlar todo y gobernar y dominar el universo, impulsando el abandono de Dios y de las religiones por el cientifismo” al contemplar ello no queda más que observar que el impulso insano a los Derechos Humanos no es más que la reminiscencia del cientifismo, una renovación del positivismo (cientifismo jurídico) que disponía “No hay más derecho que la Ley escrita”;

Así resulta que los llamados derechos humanos no son más que un “dogma Estatal encubierto”, para que los seres humanos abandonen los dogmas religiosos cuyo centro es Dios y lo cambien por los Derechos Humanos donde el centro es el ser humano buscando abandonen las religiones y acojan la moral Estatal, enseñanza a través de la dogmática de los Derechos Humanos buscando para el Estado mayor poder sobre los hombres y mayor sumisión.

Se explica que en México tras conocer los factores que han deteriorado el Estado de Derecho como lo es la crisis moral, cívica, de valores, se opte por asumir (usurpando a las religiones lo que éstas no han podido realizar) la autoridad moral a través de los llamados Derechos Humanos.

Una crítica he de hacer a las religiones: el que no hayan respondido con la enseñanza de los Derechos Humanos Religiosos, pues se han dedicado por siglos ha enseñar sólo obligaciones para con Dios, mas no Derechos Humanos Frente a Dios. No han enarbolado la defensa de la fe frente el peligroso ataque que el Estado realiza a través de la dogmatización de los derechos humanos. Olvidan acaso los católicos, que el principal derecho humano es el ser reconocidos y reconocerse hijos de Dios y por lo mismos seres Dignos dignidad que es propia de los seres humanos.

Por otra parte el propio Estado se engaña a sí mismo, pues se asume por el Estado los poderes que antes en la edad media se encontraban en la iglesia, es decir para el Estado el Poder de gobernar sobre los hombres y sobre sus almas.

No tarda en crearse obispados y autoridades eclesiásticas de Estado en que se ponga como deidad al ser Humano.

Advertencia aparte: los seudo humanistas que enseñan sobre los derechos humanos y no los practican.

¿Libertad de credo, libertad de conciencia?

 

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