Deuda de municipios, Estados y federación

Augusto Hugo Peña Delgadillo.

La Secretaría de Hacienda e instituciones federales “Se Alarman” por la deuda de municipios y Estados y ocultan el endeuda- miento de la federación. Lo hacen porque este gobierno no para en mientes para engañar al pueblo y, cosa grave es, que con fondos del erario, -léase, del pueblo- pagan el engaño a medios vendidos y entregados a la feria del robo y la prevaricación existente en el calderonato procaz. Me refiero a Televisa, TV Azteca y a no pocas empresas de radio y periódicos.

La deuda de todos los municipios de México, suman decenas de millones de pesos; los estados adeudan menos de 300 mil millones de pesos y el gobierno federal debe -interna y externamente- más de 5 billones de pesos. Esta última cifra es impagable. Por ello, se están vendiendo empresas… PEMEX, la CFE y la minería nacionales.

Un crédito que adquirió Felipe Calderón por 73 mil millones de dólares, ahí está disponible y sin uso, con un costo al erario, equivalente a dos veces la deuda de Coahuila, sólo por intereses. Es secreto de Estado tramposo. No informan al pueblo de dicho pago, el que pudiese ser menor de lo estimado. Calderón y Ernesto Cordero, el ahora precandidato a la Presidencia, dijeron -como pretexto- que el préstamo era para blindar a México de probables crisis internacionales por la debacle financiera europea. Esto es falso. Las reservas nacionales en dólares son de 141 mil millones de dólares…

¿Para qué queremos tener guardados 73 mil millones de dólares más, sin necesitarlos y pagando entre 35 mil y 66 mil millones de pesos anuales de intereses?... Sospecho que las comisiones a particulares del empréstito innecesario, fueron a dar en parte a haciendas particulares, al PAN, y a algunos bolsillos como los de Calderón y cómplices.

Esta aventura seudo política emprendida a base de chapuzas, reparos y tumbos, que han provocado, amén del endeudamiento desmesuradamente pavoroso y una sustancial caída en la recaudación fiscal por consentir a la oligarquía que lo llevó a Los Pinos, un baño de sangre que requiere de inmediato -por la salud de la nación- pararse en seco, para retomar el rumbo conciliatorio entre los mexicanos.

Felipe Calderón es -nadie lo pondría en duda- un cadáver político, hasta los michoacanos lo vomitan, pero… tiene un enorme poder destructivo que a mi me pone los pelos de punta. Nos militarizó pretextando una guerra contra el crimen organizado, pero fue para, en primera instancia y por “sugerencias” de Washington, hacer viable su ilegítimo ingreso a Los Pinos y, para endeudarnos a tal punto que sea “razonable” la entrega de PEMEX, de la minería y de la CFE a particulares nacionales y extranjeros, como lo está haciendo.

Cuando haya culminado o puesto en su punto la entrega de nuestros energéticos y riquezas, la paz retornará. Esa es, premisa estadounidense y talante de quien cree y dice que nos gobierna. O, ¿usted que opina, apreciable lector?