¡Que tus planes
se hagan realidad!
Eloy Dewey Castilla.
Cualquier plan es mejor que ninguno, pero si no queda explícitamente claro quién y cuándo se harán las cosas, será un niño huérfano.
En un plan estratégico, comúnmente se analiza de entrada el FODA, o sea las fortalezas, oportunidades, debilidades y las amenazas que uno tiene.
Cuando se revisan las fortalezas, vale la pena quedarse no solamente con aquellos aspectos que nos dan la vitalidad y la reciedumbre, sino cómo apalancarse en ellas para detonarlas y ampliarlas en nuestro beneficio. Es darse cuenta de aquello en lo que se es bueno para hacerlo todavía mejor lo cual vendría a fortalecerlas. Encontrar lo valioso para pulirlo más.
Igualmente en las debilidades, encontrarlas y buscar la manera en darles un cambio para pasarlas de algo negativo a algo positivo. Convertirlas en algo valioso que contribuyan al mejor éxito de nuestros planes. Hay debilidades que dándoles el giro correcto pueden ser magníficas aliadas en el éxito de un plan. No eliminarlas sino buscarles su lado para que se sumen al objetivo.
Si todos siguiéramos las mejores prácticas, seríamos iguales a los ojos de los demás, por eso hay que encontrar aquellos aspectos en los que nos diferenciamos, ese extra, ese adicional que nos haga únicos. Algo por lo cual nos prefieran a los demás porque nos distingue.
Si no está presente la pasión con la que se hacen las cosas, el ánimo y la actitud positiva sería difícil de encontrarla para avivar un plan, para darle el sentido a la vida. Tiene que encontrarse aquello que despierta el espíritu de juego, la alegría por el hacer las cosas.
Estas cuatro cosas, nos focalizarían para no distraernos, para no extraviarnos y estar en una zona de confort sin retos por alcanzar. Nos llevaría a luchar día con día para tener hechos positivos al final de una jornada. |