publicación Online
 
 
  ir a pagina principal regresar    
Febrero 2011
Edición No. 276
ir a ediciones anteriores  

Añoranza de una patria

Augusto Hugo Peña Delgadillo.

Desde niño aprendí a convivir con hijos de libaneses y franceses, me percaté que ello, me hizo percibir algo que con el tiempo asimilé y me enriqueció como experiencia. Ya adulto, por afectividad, cultura y negocios lo hice con gente de muchos orígenes y países. Por mi carácter -lo sé- me mimeticé a árabes; cristianos, judíos y musulmanes; a hispanos islamizados, franceses, estadounidenses, judíos europeos y a otros más de diferentes nacionalidades, credos y costumbres. Esto me hizo percibir la impertinencia política de modificar el artículo 82 que fue lo que permitió a Vicente Fox llegar a Presidente de México.

Escribí de esa inconveniencia y de nada sirvió. El presidente del Congreso de Coahuila, alegó que no veía problemas con la modificación a la Constitución Política, ya que otras naciones no tenían ese candado que obstruyese políticamente, llegar a la presidencia a hijos de extranjeros. Después, el diputado, siendo ya Magistrado de una corte, me mostró su arrepentimiento por haber votado a favor del cambio, pero el huevo de la serpiente ya estaba incubándose en México.

Hoy 5 de febrero, ¿qué conmemoramos los mexicanos si no es el contenido de nuestra Carta Magna? Y en lugar de festejar, deberíamos revolcarnos de rabia y llorar, porque la clase política mexicana, sobre todo la del PRI y el PAN, han violado una y cientos de veces la Constitución con el único fin de llevar agua a su molino, en busca de beneficios, incluso pecuniarios para unos cuantos, en detrimento de la mayoría y para entregar la patria a poderes extranjeros y a la oligarquía nacional.

Me referiré hoy solo a la amputación del 82 constitucional que se modificó en el texto que contemplaba que: “Los hijos de extranjeros no podían contender en los comicios para la Presidencia de la República” y se modificó en el sentido de que: Se podía: “Al hijo de un(a) extranjero(a) y un(a) connacional, permitir competir políticamente para asumir la presidencia.

Este cambio fue hecho a la medida de Vicente Fox y ya vimos que pasó, nos entregó como reses, al capital extranjero y a los oligarcas, poniendo en riesgo, la seguridad, economía y paz social, e incluso, la soberanía nacional.

El hijo de extranjero, siempre añorará la patria de su padre o madre, aunque no la conozca y ello debe hacernos reflexionar sobre la importancia de modificar la Carta Magna, ya que la mayoría de los cambios constitucionales tienen dedicatoria para algunos beneficiarios, muchos de ellos, grandes empresarios, trasnacionales e incluso para tratados internacionales como el que apátridas gobernantes pactaron el TLC México-Israel, cuestión que nos ha costado sangre, perdidas pecuniarias cuantiosas, soberanía nacional y, un alineamiento procaz a prácticas racistas y genocidas.

Muchos me entenderán por qué ¿Quién no tiene a un familiar viviendo y trabajando en EEUU? A ellos pidámosle consultas y comprenderemos que la modificación al 82 constitucional fue un pacto perverso entre políticos nefastos, nefandos y nefarios, para lograr que Vicente Fox pudiese ser Presidente de México y, ese es el principio del quid de la debacle que padecemos. O, ¿usted qué opina apreciable lector?

 
ah.pd@hotmail.com
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
carton noviembre 09 Noviembre 09 Rufino