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Febrero 2011
Edición No. 276
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“El petate del muerto”

Adolfo Olmedo Muñoz.

Siempre he respetado el valor de las voces populares que concentran una gran sabiduría, y que conocemos como refranes populares, con los que pudiéramos intentar en esta ocasión visualizar el escenario actual de la política, para lo cual me gustaría iniciar con aquel dicho que dice: “Para que la cuña apriete, ha de ser del mismo palo”.

Si usted amable lector es sicalíptico y “la tomó por otro lado”. Lamento desilusionarle por ahora, pues únicamente me estoy refiriendo a una cuestión de género. Me voy a referir a dos personajes aparentemente del mismo sexo y a las que pudiéramos ubicar: en la grilla oficial a una de ellas y la otra en la “grilla privada”, donde algunos gigantescos parásitos de nuestro sistema han medrado desde hace muchos años. Si no que le pregunten al líder nacional de los comerciantes (eufemísticamente llamados “canacos”).

En el primer caso me estoy refiriendo a Elba Esther Gordillo, que como dice el refrán: “De lejos lo parece, pero de cerca ni duda cabe”. Está mal hecha por todos lados, aunque paradójicamente podría ejemplificarse también como la esfera perfecta, según el criterio que quedó asentado en el diccionario del insigne dirigente ad vitam aeternam del PUP (Partido Único de Pen…), pues la susodicha, analógicamente, es corrupta por cualquier ángulo que se le mire.

El segundo caso esta inspirado en la señora Isabel Miranda de Wallace, cuyo pragmatismo permaneció durante varios años -y muchos atentados-, lejos de la contaminación de la corrupción que amancilla a nuestro país.

Distinguida fémina de quien no quisiéramos decir que está por “dar su mal paso” a la tentación de “jugar” en la política “profesional”, al aceptar ser la candidata oficial por parte del partido de la “acción nacional”, para luchar por la jefatura del Distrito Federal.

Ambas jugarán un papel interesante en los próximos meses de este llamado “año electoral”, con la única diferencia de que una estará acaso de entrada por salida, dependiendo de su fragilidad moral o no, mientras que la otra sigue metiendo y sacando a sus marionetas; de carpa en carpa, sin importar la supuesta ideología o credo político (si es que lo tienen) los partidos a los que se ha incrustado, “unido”, uncido, acoplado, emparejado, acogido… por la parte de atrás casi siempre.

Ambas tendrán que verse las caras -directa o indirectamente- dentro de muy poco tiempo en el juego electoral, por lo menos ahora en el ámbito del Distrito Federal pero seguramente las “patadas” que de ahí surjan, tendrán eco a nivel nacional. Cada una con sus cartas, pero por parte de “la maestra”, como dice la canción: “sólo cartas marcadas deja ver”.
Esta seudo crónica de un “pleito anunciado”, no tiene fundamento en el prejuicio de los posibles celos políticos, para posicionarse de mejor manera en las filas del blanquiazul, en el caso de la señora Miranda, o más jugosas tajadas por la venta de votos del magisterio hacia el PAN, no.

Sin saber lo que el destino le deparaba, doña Isabel le dio con el guante a la mejilla de la Elba Esther cuando a principios de agosto del 2010, durante la primera sesión de participaciones en lo que se llamó “Diálogo por la Seguridad, Evaluación y Fortalecimiento”, (Se supone en favor de la seguridad nacional, pues se convocó a raíz del asesinato del candidato priísta al gobierno de Tamaulipas), doña Isabel pronunció un discurso en el que exhibió -una vez más- la traición al país por parte de los maestros aglutinados en el SNTE, y por ende, a su momificada dirigente, a quienes acusó de “tener secuestrado” al país.

“Creo que México esta secuestrado por un sindicato que poco reporta; somos el penúltimo lugar en el reporte mundial de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico), y creo, agregó a continuación, que no es una buena combinación tener tanta violencia y tener tanta “impreparación” entre los alumnos”.

La señora estaba aludiendo, como en ocasiones anteriores se había sugerido, que problemas sociales, y entre ellos la falta de preparación, engendran males sociales de tanta gravedad como la llamada delincuencia organizada.

La falta de preparación genera, desempleo, sumisión, dependencia, discriminación y desunión de una patria, fragmentada en intereses sectarios y de castas y la hace rehén de vivales, de dentro y de fuera del país.

Isabel Miranda, calificada entonces como “activista”. Tendrá que seguirlo siendo, ahora desde las “trincheras” de la política, lo cual no estará nada fácil. No tengo la certeza de que podrá ganar la elección para la jefatura de la capital del país, pero si lo lograra, tendría que ir cargando una gran alimaña en el lomo.

Si no es que ya le pusieron precio a su derrota antes de llegar a las urnas. La pandilla sindical del magisterio suele ser tan depredadora como la que escogió Calderón para armar su guerrita. ¿Le sacó a enfrentarse a la comandante Gordillo? O ¿Es consecuencia del pacto de votos a cambio de mucho dinero, posiciones e impunidad política? Lo cierto es que Calderón prefirió echarse “un tiro” con los mafiosos de los estupefacientes que con el sindicato de los otros mafiosos, los de la hueva; ¿o debemos escribir: Güeva?

Sólo esperamos que en la señora Miranda, no termine por encajar otro dicho que reza: “El que entre coyotes anda, a aullar se enseña”. Por lo que toca a la dirigente del SNTE, está en un juego indirecto, pues nadie desconoce que es ella la que maniobra todos lo hilos de las marionetas que conforman el “Panal”, que recientemente anunció sus “desesponsales” con el PRI.

Para muchos, el PRI se deshizo de una sabandija, muy a tiempo antes de que le volvieran a “robar” votos. Pronto andarán, sindicato, “partido” y “maestra”, en el dilema de ver en donde encaja su condición entre los dichos: “Como perro sin dueño” o como “Burro sin mecate”.

Por lo pronto podemos decir que, tanto el anuncio de la “afiliación” de la señora Miranda al PAN, como el anuncio de una “ruptura”, supuestamente del SNTE con el PRI, no son más que “petatazos” (como se usa en el juego de barajas) o bien, dicho de otra manera: “querer asustar con el petate del muerto”.

“Con cuidado aparcero, que eso es querer tiznar al carbonero” les diría un romántico de las frases célebres. Sin embargo yo creo que no faltarán militantes “duros” del “tricolor” que les digan: “Las calaveras me pelan los dientes”.

Cuestión de dichos. Y como dijera Cantinflas: “he dicho”. Y “al que no le guste el fuste, que lo tire y monte en pelo”.

 
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