# Yo soy 132 ¿Cuál es tu bandera?
Flor Estela Rentería Medina
La movilización # Yo soy 132, es desde el 11 de mayo una constante en las redes sociales y en los medios tradicionales de comunicación. Prácticamente no ha habido articulista mexicano que haya escapado a la tentación de opinar sobre dicho “fenómeno”; dibujándolo desde su muy particular óptica, desde un elogio desproporcionado, hasta la crítica o la descalificación; ofreciendo tantas versiones e interpretaciones que a la fecha reina entre la ciudadanía la gran confusión. #Yo soy 132, a ello ha contribuido.
Originalmente los estudiantes levantaron la bandera anti Peña, luego; desdiciéndose proclamaron el apartidismo. Apareció la bandera de la democratización de los medios; en otros escenarios, se declararon pro AMLO, y no ha faltado quienes alzaran la banderola del anti PRI; en síntesis, en lo que parecía un movimiento de unidad, se ha instalado el desacuerdo y la desorientación.
Sorprende la apasionada participación juvenil. Adquiere mayores dimensiones por ser tiempo electoral y porque la ha capitalizado el candidato de las izquierdas. Lo anterior ha avivado discusiones en los medios de comunicación y en el seno familiar. En la sobremesa, surge la cuestión: ¿ante tantas “banderas” desplegadas, quiénes son realmente #Yo soy 132”?, porque; para muchos resulta inexplicable que jóvenes de una universidad privada hayan querido encabezar el movimiento, y en la lógica de que, no teniendo ninguna ¨necesidad económica”, surge la incógnita de la razón que los impulsa a asumir la postura manifiesta.
Cierto, hasta hace algunos años, los estudiantes de las universidades privadas, gozaban de holgada condición económica, la cual les permitía alejarse de la problemática social. Tenían la certeza que su carrera o el éxito familiar les garantizaría permanencia en esos estratos sociales; sin embargo; esa presunción es un mito; ha quedado en el pasado. Hoy, tanto los jóvenes de universidades privadas, como de las públicas, son víctimas de la crisis económica más aguda en la historia contemporánea de nuestro país, pues un alto porcentaje de estudiantes de escuelas particulares, ha vivido el deterioro de su forma de vida familiar; en ocasiones sus padres han tenido que vender sus pertenencias para que ellos continúen en la escuela; o bien, contraen deudas impagables para saldar las colegiaturas. No son pocos los casos que ante la imposibilidad de continuar sus estudios en universidades de paga, tienen que emigrar a otras, o en el peor de los casos, dejar de estudiar. Se aúna a esta pérdida del poder adquisitivo, el clima de violencia e inseguridad que ha arrebatado a las familias mexicanas más de diez años de tranquilidad social.
Desde esta perspectiva, me pregunto, ¿por qué los estudiantes en movilización, no empuñan la bandera de más oportunidades de desarrollo, de empleo, de becas de estudio; la exigencia que la educación sea realmente el medio de movilidad social, como lo fue para muchas y muchos de nosotros? ¿Por qué no empuñan la bandera por una nueva estrategia contra la violencia y la inseguridad? Ojalá que el momento electoral que vivimos no se apodere también de los anhelos propios de su juventud, que no les aniquile las banderas de la justicia social; porque ser joven y no levantar banderas de esta naturaleza, no solamente resulta inexplicable, sino que nos da motivo de preguntar ¿Quién verdaderamente eres, #Yo soy 132? |