Último año de gobierno:
La historia de siempre
Augusto Hugo Peña Delgadillo.
En México, cada final de sexenio, suceden cosas desagradables y graves para la población en general, sobre todo para los que menos tienen. Devaluaciones, asesinatos de candidatos, la economía prendida con alfileres, expresidentes multimillonarios, fraudes por doquier y empobrecimiento del pueblo y el Estado en todos los órdenes.
En los gobiernos de Echeverría y López Portillo, se fraguó Bajo la mesa, el mal que nos aqueja. Estados Unidos quería en México, gobiernos apátridas, lerdos, sumisos y entreguistas, así llegó Miguel de la Madrid, tecnócrata a quien tildo de Tecnó-Rata, y convencido que la corrupción es menester de gobierno- que cometió el fraude electoral en 1988, y puso a Carlos Salinas en Los Pinos, porque así convenía a EEUU, no al pueblo mexicano.
Salinas, luego de robar como nadie, terminó asesinando a Colosio y mandó a Zedillo a la Presidencia; Zedillo, entreguista mediocre, también se enriqueció a nuestra costa. Con Fox nació la esperanza por el cambio… cambio que empeoró la situación para los mexicanos. Los ricos se hicieron más ricos, los pobres se fueron al caño, hizo el fraude electoral del 2006 y se enriqueció como todos.
2012 es el último año de este gobierno, el peor -según mi apreciación- en toda la historia de México y, FCH no se queda con los brazos cruzados. Hace lo indecible para que el continuismo depredador del que es parte, continúe. Usa él y su partido, la militarización, el miedo generalizado por su guerra ficticia contra los malos y, el ser cleptócrata, le sirve de eje para sus acciones de mal gobierno.
Los mexicanos debemos esperar lo peor para estos meses -Marzo/Julio- en que todo el aparato del gobierno federal, inútil por cierto, se centrará en trampear las elecciones con una campaña sucia en demasía, la que en primer lugar contempla anular ante la opinión pública, la percepción de que AMLO es el más fuerte aspirante a sucederlo y esparcir entre el electorado -vía la COPARMEX, otros segmentos de la iniciativa privada y la rampante oligarquía- la idea de que todos los males nos vienen gracias a los malos gobiernos -los del PRI- anteriores al de Fox y al de Calderón.
Es la historia de siempre, en la que los malos salen ganando y el pueblo, víctima de sus raterías, peculados y desviaciones, con la salvedad de que hoy está en juego la soberanía nacional y la seguridad pública. Dejará Calderón las calles sembradas de cadáveres y desaparecidos, -más de 60 mil- el país endeudado con más de 5.48 billones de pesos; un sistema energético en manos de oligarcas y extranjeros; la salud y educación del sistema, por los suelos; un pueblo mal alimentado y un México dependiente en cuestiones políticas y alimentarias de EEUU, el único país beneficiario de nuestros malos gobiernos. O, ¿usted que opina apreciable lector?
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