Las verdades a medias del Edil de Matamoros

José María Mena Rentería

Mientras afirma buscar no endeudar más al municipio que gobierna, el alcalde Guillermo del Real Castañeda informó en abril pasado a los medios que el de Matamoros, Coahuila, tiene la posibilidad de disponer de un préstamo bancario de hasta veinte millones de pesos.

En el ínterin, el jefe de la comuna aludió a la deuda que le dejó la anterior administración municipal y que obliga a la que él encabeza, a pagar un millón de pesos mensuales para saldarla.

Lo que el Edil se cuida de mencionar es que para lograrlo tendrán que pasar no menos de veinte años después de que hayan sido pagados 30 millones de pesos más, por concepto de intereses. Así empréstito y réditos habrán alcanzado la cifra de 83 millones de pesos.

Se trata del préstamo por 53 millones de pesos gestionado y obtenido por integrantes del cabildo 2006-2009 que viera como alcalde a Raúl Onofre Contreras y como Edil interino, a Homero Hernández Muñoz.

El empréstito en cuestión lo entregó al municipio Banobras el 18 de diciembre de 2009, a escasos trece días de que la administración en funciones concluyese y nada se informó a la comunidad acerca de la aplicación de los recursos obtenidos en préstamo.

Fue durante el año de 2010 que el gobierno encabezado por Guillermo del Real pudo calibrar, en términos de pago, la dimensión del compromiso “heredado” de la anterior administración que, según informó por aquél entonces la síndica Patricia Candelaria Valenzuela, dejó únicamente seis millones de pesos en caja de la tesorería municipal, etiquetados para el pago de compromisos contraídos por la administración 2006-2009.

La síndica Patricia Candelaria Velenzuela enfatizó ante los medios la imposibilidad de las autoridades en turno para ubicar documentación que justificase la erogación del empréstito de 53 millones de pesos otorgado por Banobras.

Únicamente papelería suelta, escueta e imprecisa en cuanto al uso del dinero, afirmó, fue encontrada, al igual que papelería referente a “pago de indemnizaciones por montos de 300 a 400 mil pesos por persona,  a un número impreciso de ex funcionarios”.

¿Cómo se hicieron esos pagos si no había dinero?, se preguntó entonces Patricia Candelaria Valenzuela. Desde entonces, las  autoridades en turno han guardado silencio e investigación en torno no se ha llevado a cabo, obviamente con consecuencias, porque en el municipio de Matamoros el rubro de asistencia social a una población vulnerada por la falta de empleo en lo urbano y rural, ha sido letra muerta desde 2006.

En lo urbano, la imagen de la cabecera municipal resulta deplorable para cualquiera que observe debido a la perenne carencia de bienes y servicios; alumbrado público, pavimentación, agua y drenaje, principalmente, conjunto de requerimientos invariablemente escatimados a los habitantes del municipio.

Si el objetivo del presidente municipal Guillermo del Real Castañeda es, como afirma, no endeudar al municipio y disminuir la deuda pública… ¿Porqué oculta en términos de esclarecimiento la dejada por integrantes del cabildo 2006-2009?

Las dotes de comerciante que le son reconocidas a Guillermo del Real Castañeda no hay quién las niegue en Matamoros. Lo que se le reprueba es que pretenda esconder las trapacerías de los miembros de la anterior administración más vigentes que nunca en “política” si del ex alcalde Raúl Onofre Contreras se trata, dada su cercanía con el gobernador Rubén Moreira Valdez.

Firme en su “propósito”, el Edil Guillermo del Real Castañeda,  sostiene: “Nosotros haremos todo lo posible para no disponer de otro préstamo. La verdad, yo no le encuentro sentido. Sabemos que sería para hacer obra pública, pero luego el que venga de presidente después de mí va a estar, como yo, batallando con las finanzas, entonces no tiene caso”.

¿Por qué entonces el cabildo en turno abona sin chistar un millón de pesos al mes, a la cuenta de cincuenta y tres millones de pesos -más intereses-, de cuya aplicación nunca fue informado? Tal es la pregunta -hasta hoy día sin respuesta- que el alcalde Guillermo del Real Castañeda -proclive a las verdades a medias- escatima, sin que derecho alguno le asista, a sus gobernados.