El Estado de La Laguna


José María Mena Rentería.

Con más de un millón de habitantes, la Comarca Lagunera de Coahuila y Durango, sede de 10 municipios, puede ser elevada al rango de estado.

Tal intención, hace tiempo, anima entre los oriundos de la región que baña el Nazas. La idea data de décadas atrás, sin embargo, el propósito de que el estado de La Laguna surja no ha sido materializado.

Hay quienes están a favor y quienes no. Entre los argumentos emitidos, los que rechazan la idea, señalan que la creación del estado de La Laguna daría pauta a dejar a Coahuila y Durango en desventaja.

Para otros, la creación mencionada, según generalizada consideración, permitiría concentrar en La Laguna el cúmulo del caudal productivo que en todos los órdenes distingue a su área conurbada, y en lo agropecuario, al ámbito rural comarcano, uno de los primeros del país, por ubicarse en su seno la cuenca lechera de mayor importancia en México.

Pros y contras en tal dirección pueden manejarse hasta el infinito, sin embargo, es a los laguneros de Coahuila y Durango a quienes compete determinar la creación del estado de La Laguna, que como iniciativa ha encontrado, reiteradamente, respuesta ciudadana positiva.

Obvio, de por medio hay antagonismos y la desazón de laguneros como los que siempre se han sentido al margen de un trato equitativo por parte de sus respectivos gobiernos estatales en materia de ubicación de la inversión advertible marcadamente en Saltillo y Durango y el respectivo entorno de ambas ciudades.

Para el caso de Torreón, hablar de hospedaje industrial es entrar en un tema plagado de aristas pues según los entendidos es poco e insuficiente, hasta hoy día, lo realizado para atraer instalación de empresas en área como la de Mieleras.

El caso de Gómez Palacio no es diferente con un sector industrial estático, ajeno del todo al dinamismo que puede observarse en materia de la inversión que permite llegada de empresas en la ciudad de Durango.

Si de cambio radical en lo que a instalación de industria se refiere, allí están las ciudades de Saltillo y Durango para advertirlo notorio, continuo y en marcha, mientras, en La Laguna, latente se mantiene el proyecto de crear el que sería el estado 33.