Desafío
-Izquierda y Estigma
-De los “Mex-Marines”
-Colegios o 7 Sabios
Rafael Loret de Mola.
Para algunos(as), la izquierda es poco menos que el signo del demonio y por eso la numeran
666
para estigmatizarla y marginarla de las sociedades con profundo acervo cristiano; quienes la defienden, por su parte, insisten en que la doctrina de Jesucristo, sin los arabescos impuestos por el romano Constantino que se inventó buena parte de la Biblia, es más parecida al socialismo que a cualquier otra doctrina moderna e incluso llegan al grado de insistir en la condición de guerrilleros del Maestro y sus discípulos aunque nada de esto puede probarse con exactitud. Recuérdese que la ciencia, la historia y la religión sostienen un pulso, cerrado y hasta violento, sobre las grandes controversias universales. Por algo será.
No es objetivo de esta columna entrar de lleno en una polémica de esta dimensión; si acaso, nos referiremos a algunos hechos recientes que han quedado como una especie de preámbulo de cuanto nos ha venido sucediendo en los últimos años, sobre todo porque, por provenir de la izquierda aborrecida por quienes cuentan con mayor influencia mediática -los grandes empresarios de la comunicación masiva, por ejemplo-, cuanto pensamiento deviene de esta postura es cuestionado desde el origen e incluso ridiculizado. Vamos a tres casos específicos:
1.- Antes de finalizar la década de los ochenta, el comandante Fidel Castro Ruz, desde su acorralada Cuba y bajo su autocrático mando, difundió que las naciones endeudadas por Wall Street y capitalistas ambiciosos con nexos con el poderoso sector neoyorquino, podían declarar una moratoria conjunta por cuanto de inmoral tenían los empréstitos contraídos por ellas, muchas veces salpicados por el virus ponzoñoso de la corrupción. Indicó que, desde luego, la única manera de evitar una hambruna mundial sería que los acreedores, con sentido humano, siquiera despejaran los intereses perversos y exagerados impuestos a los gobiernos del tercer mundo hipotecando, además, sus recursos estratégicos. Así sucedió con México.
Al término de la administración de José López Portillo, en 1982, en el entorno mexicano, el extinto maestro Ignacio Burgoa Orihuela, uno de los más respetados y queridos académicos de la UNAM, presentó una denuncia penal contra el ex presidente por considerar que los niveles de deuda dejados por él, como lastres inmovilizantes, no eran legales porque, en contra de lo expresado específicamente por la Carta Magna, no se habían destinado a construir infraestructura básica -condición esencial para autorizarlo desde adentro- sino para darle liquidez a un gobierno maltrecho e inoperante. Así alcanzamos la cifra de ochenta mil millones de dólares de deuda externa considerándose, además, que 40 mil millones de dólares habían sido substraídos de los bancos mexicanos para ser trasladados a los del sur estadounidense por
precaución
de adinerados y políticos quienes gozaban, no se ha indagado siquiera por qué, de información oportuna.
En sendos casos, los aludidos reaccionaron: a Castro le dijeron que mejor se ocupara de democratizar a la isla por él gobernada antes de dar lecciones de moral financiera; y a Burgoa, pese a su altísimo reconocimiento, se le observó caduco como para sostener una querella, nada menos, contra un antiguo habitante de Los Pinos, la residencia insondable que blinda a quienes pasan por allí. El tiempo confirmó que sendos personajes tenían razón aun cuando fueran injustamente señalados y difamados en su momento.
2.- Poco después, en 1986, el entonces presidente de Argentina, Raúl Ricardo Alfonsín, intentó, por todos los medios e incluso en la cumbre Iberoamericana celebrada en Acapulco, que sus colegas del cono sur se unieran para hacer frente a la voracidad de los acreedores y de los pretendidos intereses amorales. No era éste, precisamente, un hombre de izquierda pero actuó como tal ante la imposición del norte. Para sorpresa general, quien fungía como mandatario mexicano, Miguel de la Madrid, muerto recientemente sin responder a las interrogantes claves, no sólo declinó la postura de Alfonsín sino se convirtió en cabildero para convencer, a cada gobierno de Sudamérica, de negociar unilateralmente sus deudas con grandes ventajas para los acreedores norteños. Fue esta la hora en la que comenzó el declive de la diplomacia mexicana, tan respetada en otros tiempos, esto es cuando, por encima de las circunstancias volátiles, defendía siempre la Doctrina Estrada a favor de la autodeterminación de los pueblos.
Igualmente, al paso de los años, se demostró que Alfonsín tenía razón; y a su muerte, en 2009, los argentinos reaccionaron colocándole en el nicho de los hombres ilustres y resucitando algunas de sus ideas, entre ellas la de la necesaria amalgama de las naciones hermanas, un tema arrinconado por la derecha en los largos años de entreguismo. Y no me refiero sólo a los mandatos de los panistas Fox y Calderón sino también a los de quienes les antecedieron, Salinas y Zedillo específicamente, abriéndoles el camino. Por ello, claro, nos han hecho garra, cuantas veces han querido, los poderosos consorcios norteamericanos en los que, además y esto es bastante más que una simple especulación, corren por sus entrañas los dineros sucios del narcotráfico para cerrar los círculos.
3.- Cuando gobernaba el Distrito Federal, entre 2000 y 2005, y no se había salido de sus casillas, Andrés Manuel López Obrador insistió, de manera reiterada, que no se podría combatir la violencia si antes no se abatían los altos grados de desigualdad social y la depauperación extrema. Y, por ello, trabajó duramente creando pensiones para los ancianos y universidades para los jóvenes rezagados o sin posibilidades de cubrir los altos costos de las colegiaturas de los centros de estudio... administrados por los religiosos con votos de pobreza. Un tremendo contraste que, por supuesto, no dejó muy tranquilos a quienes recibieron el mensaje.
Como respuesta, los empresarios, en su conjunto, dijeron que lo dicho por el jefe del gobierno defeño no era sino demostración de su demagogia y de la utopía que ofuscaba su pensamiento dada la imposibilidad de resolver, de inmediato, el flagelo de la miseria; y urgían a tomar medidas más drásticas... como las que hizo suyas Calderón en el intenso sexenio de la violencia cuya culminación no puede ser peor: ochenta mil tumbas de inocentes por lo que en Estados Unidos se conoce como
daños colaterales
de una guerra sin sentido ni bandera: ni un gramo ha disminuido la
exportación
de drogas hacia el gigante de América a cambio de los cementerios abiertos para acoger a quienes derramaron su sangre sin ninguna razón convincente. Y es de esto, además de otras cosas, de cuanto deberá responder el señor Calderón cuando llegue la hora del juicio definitivo sobre su desastroso paso por la Presidencia, obtenida, además, de manera ilegítima, fraudulenta. Los malos antecedentes confirman hasta donde pueden llegar las consecuencias.
Así que no todo cuanto proviene de la izquierda o tiene tintes socializantes debe ser colocado en el baúl de Satanás y de sus discípulos terrenales. Lo grave, por supuesto, es caer en falacias tales como la de insistir en estructurar una democracia atada al sectarismo, a lo faccioso, como sustento esencial.
Debate
Uno de los aspectos más controvertidos del presente tiende a la actuación de la Secretaría de Marina capaz de actuar a cientos de kilómetros de nuestros litorales por mandato presidencial y ante el creciente temor de que los mandos castrenses estén contaminados. ¿Y los de la Marina no? ¿Bajo qué supuestos se hace la diferenciación? ¿Sólo para proteger al mandatario, arrinconado en Los Pinos hasta diciembre venidero, confrontando a unos y otros para manipularlos al antojo de su secretario de seguridad, Genaro García Luna? ¿Permitirá el presidente electo, Enrique Peña Nieto, tras su asunción próxima, qué la impunidad prevalezca sobre sendos personajes cuya herencia de sangre y muerte no se había visto desde el final de
la bola
en el inicio del siglo pasado? ¿De esto se trata la cronología fatal de México?
Ya hemos dicho, como un símil agobiante, que el publicitado grupo terrorista ETA, a través cuarenta y cinco años de acciones criminales, mató a poco más de ochocientos cincuenta víctimas. En México, en el sexenio de la violencia, la
guerra de Calderón
arroja un saldo que multiplica por cien las cifras de los etarras en el reducido espacio de su lapso gubernamental. Bastante significativo para quienes gustan de las estadísticas como único signo para entender la realidad. Claro, considerando el tiempo transcurrido en uno y otro caso, lo sucedido en México, bajo el ominoso látigo de narcotraficantes y militares -también marinos-, infiltrados por los primeros, no tiene siquiera comparación.
Sólo que en México ya podemos presumir de contar con los
mex-marines
, adscritos a la Secretaría de Marina -con oficinas centrales en la capital de México, alejada de nuestros mares quinientos kilómetros; lo más cercano es el lago de Chapultepec pero de éste no se ocupan ni siquiera para dragarlo-, y con licencia para extender facultades y operativos en donde les venga en gana, lo mismo en el Distrito Federal que en San Luis Potosí en donde, recientemente, capturaron, en un operativo filmado -como en el caso de la francesa Florence Cassez-, al célebre
Talibán
ó
Z-50
, Iván Velásquez Caballero, gracias a los
avisos
de particulares que, por supuesto, no aparecen. Una vez más, la gloria para ellos y el desprecio hacia los mandos castrenses. ¿Y el general secretario, Guillermo Galván? A éste, al parecer, le adulan durante las tardeadas en Los Pinos y con eso tiene.
La Anécdota
¿Mejoramos en el ejercicio de la democracia? Planteo a los lectores una cuestión esencial: antes de que existiera el TRIFE, cuyas decisiones son inapelables, los propios legisladores
electos
se erigían en Colegio Electoral -es decir quinientos interesados, en el consenso último-, para conocer cada caso y votar en consecuencia. Predominaba, sí, el
mayoriteo
priísta y, por supuesto, se daba ocasión a que los opositores ganaran los debates y perdieran las votaciones por consigna superior. De allí se optó por construir el andamiaje del Tribunal Electoral basado en el criterio de
siete sabios
cuyas determinaciones son
inatacables
; esto es, ni siquiera la Suprema Corte de Justicia tiene injerencia en ello.
¿Mejoramos o empeoramos por corregir un expediente favorable a quienes ejercían gobierno?
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Los mayores éxitos, en cuanto a la captura de capos relevantes, han sido de la marina. ¿Entonces el ejército sólo ofrece a sus propios muertos? De esta interrogante nace la querella, muy peligrosa, que espera a Peña Nieto y condena a Calderón. Más que un infortunado incidente de guerra.
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