Órale ¿otra ley anticorrupción?
Fidencio Treviño Maldonado.
Pues ahora si ya se va a castigar la corrupción, es decir apenas comience el nuevo gobierno y la primera iniciativa de Peña Nieto será una ley anticorrupción, o sea que antes no existía y por eso cada funcionario podía robar a manos llenas, sacar de la cárcel a cualquier hijo de vecino, sobornar a los jueces, pasarse la Constitución por el arco del triunfo, hacer fraude, comprar votos en las elecciones, etc., y ahora con esta ley, desde el más bajo hasta el más alto puesto, incluyendo al Presidente de la República será castigado en caso de que cometa algún acto corrupto, en vulgo lenguaje coloquial “borrón y cuenta nueva”.
La corrupción en el pais ha sido la madre de todos los vicios, imposición institucional, es el arraigo de la tierra, es el imperio de grandes fortunas, es la impunidad e inmunidad, es la presencia absoluta que da el poder, es un mal necesario ya que en este país “Quien no tranza, no avanza” y se ve desde el más rascuache municipio o ejido, hasta el rango más elevado, como son los senadores, gobernadores, diputados, magistrados, jueces, y los mismos Presidentes de la República que nos han gobernado.
Hay -y siempre ha existido- un velo de incertidumbre en la sociedad, en los diferentes sectores del país, cuando toma las riendas un nuevo mandatario en la nación, saca nuevas formas de hablar, cambia hasta el escudo nacional, manda una infinidad de reformas e iniciativas que parecen ser muy acertadas para el pueblo y desde luego al oído y a la vista resultan muy novedosas, sin embargo se perciben y huelen mal, pero no dejan de ser novedades.
Sin embargo, con todo respeto para Peña Nieto y su nueva iniciativa o ley anticorrupción, aun con el maleficio o beneficio de la duda o incertidumbre, desde ahorita es un fracaso, es más ni siquiera prevendrá, muchos menos va a remediar la cascada u tsunami de corrupción en que está inmerso el país.
No nos podemos imaginar a cientos de funcionarios de alto “pedorraje” en el bote por corruptos, por peculado, robo o rapiña. A los nefastos líderes devoradores de los obreros rindiendo cuentas, a los miles de aviadores en PEMEX, en la CFE, en el SNTE y la SEP laborando.
Volver al PRI es regresar al dedazo, a la dictocracia en las elecciones, a la línea que el gobernador dé, a los contratos de obras fantasmas, a la nula información y transparencia a las licitaciones de compañías postizas o de prestanombres, de condonar multas, etc., etc.
“La corrupción somos todos”, fue el lema de José López Portillo en los años ochentas del siglo pasado, y al menos nunca negó que fue corrupto y desde luego implemento el nepotismo, el mismo que vimos y vivimos con Fox.
Es difícil modernizar algo que es antiguo o viejo, que entre costumbres y circunstancias le tocó gobernar por más de 70 años y ahora regresa al poder, más no al mejoramiento social, y si los doce años del PAN dejaron 45 millones de pobres y 12 millones en extrema pobreza, ¿Cuántos millones de pobres y miserables dejaron los 70 años que gobernó el PRI que ahora vuelve a ostentar el poder?
La corrupción la damos entre el aforismo que hace más de tres siglos dijo la musa mexicana Sor Juana Inés de la Cruz: “Peca más el que paga por pecar o la que peca por la paga”, así ya nos podemos imaginar el castigo para el conductor -por citar un ejemplo cotidiano en el país- y para el agente de tránsito por recibir una “mordida”, o sea el clásico “cómo nos arreglamos jefe”, o en las aduanas por donde pasan todo lo que quepa, incluyendo un tren, nomás que no venga atravesado.
¿En estos casos cuál será el castigo, tanto para el que da como el que recibe?, le llaman cohecho y si se castiga a un agente de vialidad porque pide, pues también el conductor que ofrece tendrá su castigo. La cosa está en chino y más en este pais con tradiciones que sale más barato darle su moche al funcionario que lidiar con la burocracia, que entre otras cosas también la burocracia ha sentado sus reales en todos los rublos.
Pero para enero del año 2013 con esa ley anticorrupción vamos a ver cuántos charales y peces gordos caen en las redes de la justicia, porque en las redes de la corrupción estamos metidos “casí” todos, el casi son los bebés menores de 3 años.
Al tiempo, es decir los mexicanos somos muy dados a diferir todo, a esperar que se haga la voluntad de Dios... “pero sólo en los bueyes de mi compadre”, y que a nosotros no nos pase nada y más allá de que en el mundo nos tengan desconfianza y miedo tremendo por aquello de la corrupción. Si no comenzamos con nosotros, a ser mejores ciudadanos y cumplir con las obligaciones, pues esperar que los políticos lo hagan es mucho más difícil....
Cuando veamos a un gobernador, un líder importante o alto funcionario en el bote por corrupto, entonces no cabrá duda de que Peña Nieto va en serio... Al tiempo...
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