Ése está peor que yo
Diana Robledo Flores
En fechas recientes el gobernador Rubén Moreira realizó declaraciones poco afortunadas para responder al Presidente Felipe Calderón, quien escribió en su cuenta de twitter: “Deplorable la fuga del penal estatal de Piedras Negras. Debe corregirse la vulnerabilidad de instituciones de justicia estatales”, (como si las federales fueran un ejemplo a seguir). El gobernador señaló que no es tan grave la fuga de 132, 129, perdón 131 reos, (con eso de que cambian las cifras uno ya no sabe) del penal estatal de Piedras Negras, Coahuila, sino que es más grave la guerra contra el narcotráfico que emprendió el gobierno federal, de la cual han resultado más de 70 mil muertos, claro sin contar los extraoficiales o aquellos que todavía no encuentran sus cuerpos, además de la desaparición de miles de personas.
Lo cierto es que estas cifras son escalofriantes, y son consecuencia de la mala o nula estrategia que utilizó el Presidente para enfrentar la inseguridad y la violencia que impera en nuestro país, pero el hecho de que estén pasando cosas graves en todo el país no justifica que en Coahuila pasen cosas “menos graves”, que al cabo el país está hecho un desmadre.
Claro, ¿qué tiene de escandaloso que haya ocurrido en Coahuila la segunda fuga de reos más grande del país?, ¿qué tiene de grave que los reos fugados sean en su mayoría del orden federal, ligados al narco y violentos?, y por supuesto, ¿qué tiene de grave que los reos se hayan fugado por la puerta principal?
Tal vez el gobernador debería aceptar la responsabilidad de esta fuga y remediar las deficiencias del sistema penitenciario, bien haría ver la violencia y corrupción que priva en las cárceles estatales, y no estaría de más enjuiciar a los que permiten que estos hechos sucedan: los corruptos e ineptos servidores públicos que están al frente de las instituciones.
No cabe duda que el Gobernador aplicó la frase que muchos utilizamos para justificar nuestros errores o para evadir responsabilidades, no hay como voltear a ver al prójimo y pensar: “Ése está peor que yo”...
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