Viesca, otrora vergel




José María Mena Rentería.

A finales de los años 50 del siglo XX, Viesca era un vergel; abundantes su floresta y fuentes de aguas termales, surgidas de la serranía circundante y que debido a la sobre explotación quedarían en recuerdo. “Juan Guerra”, era el más famoso; edén de los laguneros.

En la otrora villa de San José y Santiago del Álamo el agua se fue y no volvió. Actualmente los viesquenses son atendidos, en términos de abasto del líquido, de la noria del ejido “Venustiano Carranza”, sitio, antaño, de la Hacienda de Santa Anna de los Hornos, al sur oriente de la Comarca Lagunera de Coahuila.

Hacia el norte, por el rumbo de Finisterre, ejido del municipio de Francisco I. Madero, escenario fue hacia la misma época, del “avance” subterráneo de sales arsenicales afloradas vía extracción indiscriminada de agua del subsuelo para irrigación agrícola.

La “mancha” advertida, entonces remota, llegó de tiempo atrás al área conurbada de ambos lados del río Nazas, donde los laguneros “viven” y padecen los efectos de una salinidad que en el organismo humano desencadena todo tipo de padecimientos.

Es bajo Torreón, Gómez Palacio y Ciudad Lerdo, que yace la última “burbuja” de agua dulce disponible, pero también vulnerada por la sobre explotación del recurso

Demencialmente, se mantiene dicha sobre explotación comenzada regionalmente hacia finales de los años 30 de la pasada centuria, precisamente, en el municipio de Francisco I. Madero, Coahuila. Más de 3 mil pozos perforados en la región hablan a las claras de cómo sólo unos cuántos se han favorecido, y enriquecido, con un recurso cuya existencia, ya limitada, está en peligro de venir a menos drásticamente, para las generaciones futuras.

En marzo de 2013 llega la celebración del “Día Mundial del Agua”, “conmemorada” en La Laguna de Coahuila y Durango con una sobre explotación, que rebasa más de medio siglo y que se mantiene mientras todo silencio son las voces oficiales, que visualizan dicho problema en lo urbano y no en su origen; el agro, en tanto con un 80 por ciento o más del volumen del líquido extraído se irrigan forrajes y atienden necesidades de vacunos. Las conclusiones son suyas, amable lector.