¡AGUA! ¡AGUA!




José María Mena Rentería

Agua es actual reclamo de miles de habitantes del municipio de Torreón, carentes del líquido elemento en sectores urbanos donde la disponibilidad del recurso registra escasez, o falta.

En el interín a funcionarios como los del sistema municipal de agua y alcantarillado de la localidad no faltan recursos. Incluso los externados irresponsablemente para achacar la padecida falta de agua al robo de cableado o piezas de los equipos de bombeo que se operan.

Ciertamente, latrocinios hay y habrá, pero nunca en la proporción que los mencionados “servidores públicos” externan al presentar dicho panorama a un nivel que tendría que catalogarse de catastrofista.

Escasez o falta de agua en el área urbana ha habido no solamente durante el año en curso, sino también la habida en los anteriores. El Simas, como paraestatal, lo que ha dejado perfectamente establecido es su inoperancia y una estrechez como la que en algún momento impidió que los trabajadores de dicha dependencia saliesen a trabajar, varados, por que no se contaba con materiales indispensables para que laborasen.

Chata, invariablemente, ha sido en lo oficial, la práctica de achacar culpas con afán de “quitarse” responsabilidades. Tal empeño es de descerebrados sobre protectores de su salario, sin consideración para con la ciudadanía.

¿Servirá de algo? Obvio, no. Y eso sin contar con que lo señalado a nivel Simas en cuestión de los robos “sufridos” es relegar a la altura del betún de los zapatos, al gobierno local y a la Dirección de Seguridad Pública Municipal y sus elementos, por inercia exhibidos como inútiles.

Mientras tanto, lo que el Simas no informa es la profundidad a que alumbran agua los pozos que opera. Tampoco en qué condiciones se encuentran. Jamás se refieren al sobre abatimiento real del acuífero. El monto de nómina referente a empleados de nivel medio para arriba nunca han hecho del conocimiento público.

Por los días que corren tienen la culpa los “amantes de lo ajeno”. El día de mañana otros serán lo “responsables”. La certeza pues es que así, se propicia el naufragio del Simas, derivado de los tirones de los aprontados incapaces de sostener sus riendas.