El loco
Augusto Hugo Peña Delgadillo.
Me gusta la poesía y por ello, siempre que oía la palabra loco, venía a mi mente la obra de Gibrán Jalil Gibrán, hoy mis archivos mentales al oír o leer la palabra loco, reflejan en mi mente la imagen de Vicente Fox, un presidente de México qué nunca debió serlo; con una prueba sicométrica hubiésemos sabido que era un pobre diablo con aires de estadista, pero en fin, ya nos partió la madre, que le vamos a hacer. Hace días este orate del pueblo de las Poquianchis, dijo, entre tantas imbecilidades que expele, que Benito Juárez estuvo a punto de traicionar la patria porque intentó vender el país, y que él es mejor que el Benemérito de las Américas… ¿será?
Estoy seguro que ni Antonio López de Santa Anna y otros peores como el Chacal Victoriano Huerta entre ellos, fueron más vende patrias que el propio Fox, salvo Carlos Salinas de Gortari y Felipe Calderón, y según lo que estamos viendo en estos últimos 8 meses, Enrique Peña Nieto podría sumárseles. ¿A qué viene al caso que el Loco de San Francisco del Rincón diga que él es mejor que Benito Juárez?... no lo sé a ciencia cierta pero sospecho que en muchos puntos tiene razón. Es más mandilón que Juárez, más poco hombre, más bocón y mentiroso, más ladrón, más pendejo y traidor: traicionó a quienes lo llevaron -infelizmente- a Los Pinos, traicionó a su madre, la que estuvo los últimos años de su vida “Hasta la Madre” de tantas estupideces e incoherencias de su connotado hijo, un Vicente del montón que tan pronto terminó su mandato, se convirtió en un adorador de Carlos Salinas y fan de Enrique Peña Nieto.
No soy psiquiatra ni psicólogo pero por mis locuras, recurrí a psicólogos, psiquiatras y neurólogos, y amén de que no pudieron enderezar mis alucinaciones, sí aprendí mucho de ellos y por lo mismo entiendo la personalidad del loco que me ocupa en este escrito. Aprendí que vendía Coca-Cola, y que en esa empresa campeona de la mercadotecnia, la propaganda lo es todo, y que por medio de ella logró encumbrase escalando peldaño a peldaño sobre los lomos de los más pobres de México; decía una mentira a sabiendas que lo era, pero se atenía a que los medios, TV, prensa y radio lo publicitaban, pagándoles con nuestro dinero, y con ello, el 98% del pueblo de México lo veía y oía, y sólo un 1% o menos de la gente, tenía acceso a sus detractores, los que bien sabían que sus dichos y escritos no tenían ni auditorio ni lectores suficientes. En esto último es en lo que sí era superior a Benito Juárez. ¡Claro!... robando y mintiendo. También hay que abonarle a su haber, que el PRI aprendió de él, no poca cosa. O ¿usted qué opina apreciable lector?
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