Marihuana, la medicina prohibida
El tema de la legalización de la marihuana cobró relevancia en México luego de que, a principios de agosto, la Cámara de Diputados de Uruguay aprobara el proyecto de legalizar la producción, comercialización y consumo de la satanizada planta. Si la Cámara de Senadores ratifica dicha aprobación, Uruguay se convertirá en el primer país en legalizar la cannabis.
A partir de ese hecho, la discusión en México apareció profusamente en las redes cibernéticas y en poca medida en los medios de comunicación, mostrando una gran ignorancia sobre el tema, sobre todo de los gratuitos opositores a la legalización de la marihuana, que repiten a diestra y siniestra los mitos que ha diseminado durante décadas el gobierno estadounidense, en cuyo país se consume el 75 por ciento de todas las drogas que se producen en el mundo, y cuya supuesta lucha contra el narcotráfico se reduce sólo a perseguir a los adictos y “puchadores”, dejando en paz a los poderosos capos.
Independientemente de los mitos que se arguyen a favor o en contra de la legalización de la marihuana, y al margen de que su aprobación sea para que la cannabis se produzca, comercialice y se consuma recreativamente, lo cierto es que la marihuana no debería ser prohibida medicinalmente, pues es una noble planta que a muchos especialistas de sus virtudes medicinales les parece mágica por sus eficaces y rápidos resultados en el tratamiento de algunas enfermedades y dolencias humanas.
Es incuestionable la eficacia y rapidez con que actúa la cannabis para aliviar muchos dolores y malestares como: la migraña, dolor crónico, prurito, glaucoma, quimioterapia del cáncer, epilepsia, cólicos y calambres menstruales, dolores del parto, esclerosis múltiple, depresión, paraplejía y cuadriplejía, sida, insomio, pérdida del apetito, asma, incluso se ha probado con éxito en otros malestares como la disfunción erectil y la frigidez, y como tratamiento sustituto para combatir las adicciones a las drogas duras como la cocaína, la heroína, el crack, y otras drogas sintéticas de gran poder adictivo.
La marihuana ha sido objeto de numerosos estudios e investigaciones científicas en instituto médicos y universidades de gran prestigio como la de Harvard. Precisamente dos profesores de la Facultad de Medicina de esta universidad: Lester Grinspoon y James B. Bakalar, escribieron uno de los libros más serios y reputados sobre el tema: Marihuana La medicina prohibida que fue editado en inglés por la Yale University en 1993, y en español por la editora Paidós en 1997.
Por tal razón insistimos, que la discusión sobre la legalización de la marihuana para fines recreativos debe ser un debate ciudadano, informado y serio, sin mitos ni satanizaciones, para que ningún gobernante se apropie de la decisión que debe ser de todos. Ese debate debe hacerse con información, conocimiento de causa y sin mayores prisas. Finalmente los fumadores recreativos no tienen problema para conseguir sus dosis.
Pero lo que no debe retardarse, es la aprobación de la cannabis para fines terapéuticos, como medicina para los pacientes de algunas enfermedades y dolencias, que mucho elevarían su calidad de vida combatiendo sus malestares físicos de una manera eficaz, rápida, barata y sin riesgo de adicción ni reacciones secundarias, además sería para los pacientes una alternativa real para enfrentar el encarecimiento de medicinas y médicos. La marihuana es además una planta textil, que produce aceite y hace pensar...
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