Del Príncipe y Paco Stanley a Amador Narcia, en proveeduría de drogas a los artistas de Televisa

Augusto Hugo Peña Delgadillo.

¿Cómo entender un caso de tráfico de drogas en el que fueron detenidos 18 mexicanos en Nicaragua, los que viajaban en camionetas con logotipos de TELEVISA y 9.2 millones de dólares (119 millones pesos) en efectivo?... Para usted, apreciable lector y para la mayoría de los que leen la prensa y ven los noticieros en la TV, está en chino, porque ¿quién puede creer que una empresa “De tanto prestigio” como TELEVISA pueda estar inmiscuida en la chamba de la delincuencia organizada? Y sin embargo, de alguna manera lo está, y no pocos altos funcionarios, tanto de la PGR como de la Procuraduría del Departamento del D. F., también. Me explico:

En diciembre de 1974, la policía al mando del General Arturo (El Negro) Durazo, detuvo a un delincuente apodado por sus compinches, como el Príncipe, traía consigo, poco más de dos kilos de cocaína. No lo consignaron en varias semanas ni lo encerraron en ergástula alguna, lo amarraron con cadenas a los mingitorios de los agentes de la procuraduría que se encuentra en lo que era antes San Juan de Letrán, hoy eje central. Lo hicieron para “ablandarlo” torturándolo Pian Pianito a base de salpicadas, hasta que soltó TODA la sopa, luego lo consignaron y en las actas aparecía que sólo traía 800 gramos de un polvo que al parecer era cocaína. La policía se robó más de un kilo 200 gramos de coca y la vendieron a los clientes del Príncipe.

En la declaración ministerial, el Príncipe “empinó” (así se le dice a denunció, en los medios gansteriles) a toda su clientela, todos ellos, miembros de la Asociación Nacional de Artistas y empleados de TELEVISA. Paco Stanley, Enrique Guzmán y 70 y más, conocidísimos artistas de Cine y TV, fueron señalados en sus declaraciones. Nadie, jamás, los interrogó, porque las Procuradurías ya lo sabían, sin tenerlo asentado en actas. Como los motores necesitan gasolina para funcionar, los artistas -lo dicen ellos- requieren de mota y coca para salir a escena, simpáticos, alivianados y guapos, entonces… ya caído el Príncipe ¿Quién podrá alivianarlos?... la tarea recayó sobre Paco Stanley y, al ser abatido a tiros, en el Estanque de las Ranas -seguramente por malos entendidos con la persona equivocada- alguien lo sustituyó en la proveeduría de “pastura” para “el ganado bravo” del medio artístico. Hoy, con la detención, hace 4 meses, de 18 mexicanos en Nicaragua, podemos entender que ya no es una persona la que provee de droga al medio artístico, sino un equipo multimillonario, lo que nos indica que el negocio, de 1975 al 2012, va prosperando.

Por lo pronto -como siempre sucede en México- ya se exoneró a TELEVISA y sólo resta verificar si los múltiples telefonemas de Raquel Alatorre Correa, la jefa de la banda de narcotraficantes, a Amador Narcia, alto funcionario de la televisora y amigo de Emilio Azcárraga Milmo, son auténticas. Lo único seguro es que el directivo de TELEVISA, Amador Narcia, de un momento a otro será exonerado, después liberarán a “las mulas” encargadas del trasiego. Preguntémonos ¿Se ha combatido el narcotráfico en los 36 años transcurridos entre la detención del Príncipe en la ciudad de México y el encarcelamiento de estos 18 mexicanos en Nicaragua? Claro es que no.

El consumo creció cien veces y el tráfico y las ganancias en igual porcentaje, entonces ¿sirvió de algo la guerra personalísima emprendida por Calderón? Por supuesto que sí, para sembrar de cadáveres y bañar de sangre nuestras calles; para desordenar en todos los órdenes a nuestro país y para enrarecer nuestro presente, condenándonos a un futuro incierto por la militarización que nos impusieron, y hacer de nuestra cotidianeidad un estado permanente de excepción, dejando al punto nuestro país, para un golpe de Estado, por quítame estas pajas. O, ¿usted qué opina apreciable lector?