De buenas intenciones están tapizados
los panteones

El prometer no empobrece, el cumplir es lo que
engrandece al hombre y en su honor lo hace rico.
Plutarco (El Viejo).

Fidencio Treviño Maldonado.

La entrada de Enrique Peña Nieto a la presidencia del país, es otra etapa más en la vida nacional de la república, es más de lo mismo, es la pintura del pasado que dice presente y aunque sea a colores es la vieja película la que se sigue rodando. El dogma que ambula en la mayoría de los funcionarios que ahora forman el nuevo gabinete está vigente y se apuesta a que no va a cambiar.

Para el caso daré uno o dos ejemplos que ni siquiera merecen el maleficio de la duda o el beneficio de las circunstancias, Emilio Chuayffet como secretario de la SEP, y antes chile de todos los moles, quien sin duda fue puesto en la SEP por su cercanía con la profesora Gordillo más que por tener conocimientos de lo que es una formación académica o su función labrada en el magisterio, de hecho todas las baterías son enfocadas hacia el SNTE y no hacia el bienestar de la educación, ya que la reforma educativa suena a campanadas del retorico y añoso PRI de López Portillo o de Luis Echevarría, al menos así está de entrada.

Otro cartucho quemado del gabinete presidencial es Ulises Ruiz quien dejó temblando el Estado de Oaxaca y fue sin duda el máximo inquisidor de los profesores en ese Estado sureño, robó a manos llenas y ahora se le premia con el programa de leche LICONSA, producto que el gobierno vende, no regala y de ahí que nadie dude que este señor ex gobernador haga o sólo siga ya con permiso o charola, robando en lo que LICONSA ha sido un pingue negocio y no un simple programa populista, aunque cumple cabalmente las dos funciones, en más de lo mismo en este país del nunca jamás.

Así podemos enumerar a cientos de ellos, la misma coahuilense, Rosario Robles ahora más PRIista que el mismo PRI en la Secretaría de Desarrollo Social, sólo falta que regrese al argentino Carlos Ahumada a que le ayude y diga cómo gastar la lana. Y de entrada ya está el aumento para el llamado "salario mínimo” que ni siquiera llega al 4% para que el obrero y la clase jodida siga peor o igual de fregada, la utopía envuelta en el surrealismo, primero la reforma laboral y ahora el discriminado e infausto aumento salarial decretado por bien pagados legisladores.

En fin no se ve por donde, pero ni modo dicen los que saben de esto que así es la democracia y que con buenas intenciones que tengan los que mandan se arregla todo, por lo pronto otro gasolinazo y a la voz de ya se espera una alza en la energía eléctrica, tiempo aire en celulares y en varios productos, incluyendo impuestos para la gente de industrias y comercios medianos, es decir aquello que tanto criticaron los PRIistas ahora ellos lo están haciendo y hasta mejorando.

No al gasolinazo, decían los letreros en cada oficina del PRI en todo el país. No a la tenencia, insistían y ahí está implantada, sólo en algunos Estados no se cobra y casualidad o no, son Estados gobernados por otros partidos ajenos al PRI. El crimen sigue en todo su apogeo y para muestra en los pocos días que Peña Nieto se fajó la banda presidencial, van 386 muertos en el país (jueves 20 de diciembre 2012) sólo en la comarca lagunera (Coahuila/ Durango) van 68 sin contar los de Saltillo y Piedras Negras en Coahuila.

Desde luego no es culpa de los PRIistas y menos del actual Presidente Peña Nieto, como tampoco son remanentes de Calderón, lo que sí es seguro es que son consecuencia del desastre catastrófico que nuestra sociedad en todos los niveles a vivido por la misma clase política que gobierna para unos y desgobierna para los demás, desde luego la impunidad e inmunidad que se le sigue dando a los bandidos de cuello blanco, cientos de ex gobernadores con deudas millonarias, y si comenzara Peña Nieto metiendo al bote a esas ratas entonces si le creeremos.

Así que para los miles de funcionarios que entran en la nueva bancada que comienza a mandar las buenas intenciones y los gordos sueldos están en sus manos y bocas, para ellos el salario mínimo no existe, mientras para las decenas de millones de mexicanos que se parten el lomo, que ambulan en los oscuros callejones de la sobrevivencia, para ellos está cargar el país en hombros. Aunque se duda de que Peña Nieto y sus asesores concreten las buenas intenciones, promesas de campaña, ojalá cumplan cuando menos con el 2% de lo prometido, es decir de cien promesas cuando menos dos que se cumplan, esto no sólo el que escribe lo duda, sino también otros 99 millones de mexicanos y mexicanas.