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Julio 2013
Edición No. 293
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isidro lopez villarrealLa concertacesión en Saltillo,
una burla para los votantes



La concertacesión que habíamos pronosticado desde antes de las pasadas elecciones se hizo realidad. Isidro López Villarreal se convierte en Presidente Municipal de Saltillo de la misma forma en que lo hicieron su tío Rosendo Villarreal en 1991 y su hermano Manuel López en 1997: por medio de la concertacesión realizada en la cúpula priista-panista.

Hasta hoy no se sabe dónde se hizo la negociación política para que llegara a la Alcaldía de Saltillo Isidro López. No se sabe si se hizo en la ciudad de México o en la capital de Coahuila, pero lo cierto es que el principal beneficiario de esa derrota electoral priista fue Rubén Moreira Valdez, quien con un solo movimiento, la entrega de la Presidencia Municipal de Saltillo, se dehizo de seis precandidatos al gobierno de Coahuila que a río revuelto aspiraban a suceder a Rubén en el gobierno de Coahuila: “El Diablito” Fernando de las Fuentes Hernández, Jericó Abramo Masso, Ernesto Saro Boardman (perdedor en Ramos Arizpe), Luis Fernando Salazar Fernández, Guillermo Anaya Llamas y Eduardo Olmos Castro.

Rubén Moreira logró un milagro que no se creía posible: imponer en el municipio de Torreón a su favorito Miguel Ángel Riquelme Solís, quien desde ahora se convierte en uno de los precandidatos oficiales del gobierno de Coahuila, para sustituir dentro de cuatro años al actual gobernador.

El lugar en que se haya realizado la concertacesión poco importa, lo importante es que dicha negociación se burló cinicamente de los electores priistas, quienes no sabían que antes de las elecciones sus dirigentes habían definido la victoria del 7 de julio en favor del candidato panista Isidro López Villarreal, quien -por su parte- hizo creer que había recibido una señal del cielo para que participara en política, buscando cambiar a Saltillo.

El cinismo enmarcó la ejecución de la concertacesión, ni siquiera respetaron uno de los principales cánones de la política electorera mexicana, el cual señala que cuando se abate el abstencionismo y sale la gente a votar, invariablemente pierde el PRI. Según esto, porque se logra convencer a la clase media que salga a votar, y siempre vota en contra del PRI. Esta vez fue lo contrario, pues se incrementó el abstencionismo, en cuyo caso era verdaderamente imposible que ganará el PAN en Saltillo.

Para que la concertacesión les saliera bien, ni “El Diablito” ni Chilo hicieron campaña, y se cuidaron en ordenarle a su equipo cercano que no hiciera ningún tipo de campaña negra, pues finalmente ambos eran amigos, tanto que uno se tiraría el clavado a la lona, para que el otro ganara la pelea, cuyo desenlace se había pactado con anterioridad. Así de fácil.

¿Qué sucedió para que la concertacesión se realizara sin ningún contratiempo? Según los conocedores del sistema electorero de Coahuila pudieron haber pasado estas dos posibilidades: o inmovilizaron parte de la estructura priista, para que la gente no fuera a votar; o algunos grupos políticos del PRI traicionaron a su partido y votaron por el candidato del PAN.

Lo cierto es que Chilo López le debe la Alcaldía de Saltillo al PRI, o a algunos grupúsculos priistas que votaron por él. Desde ahora los priistas que se sintieron burlados señalan como responsables de la derrota del PRI en Saltillo a: los enriquistas y los simpatizantes de Jericó. Ellos, según los agraviados, votaron para que otro López del GIS “gobierne” nuestra ciudad...

 
 
 
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