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Marzo 2013
Edición No. 289
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elba esther gordillo

El ajusticiamiento de Elba Esther


La aprehensión y encarcelamiento de la líder “moral” del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales, no fue un acto de justicia como pretenden hacerlo creer el gobierno federal, los gobernadores de los estados, los grandes medios de comunicación, la mayor parte de los editorialistas a sueldo y alguno que otro descerebrado o cortesano. Lo que hicieron con Elba Esther fue un ajusticiamiento, para no desentonar del México violento, impune, corrupto y cínico en que vivimos. Fue un acto cobarde del que deberían avergonzarse.

La orden partió del Presidente Enrique Peña Nieto, y la ejecutó la infiltrada, desprestigiada y corrupta PGR, cuyos elementos mostraron -una vez más- que su eficiencia policiaca es exitosa cuando se trata de detener -con cientos de policías en el operativo- a una persona desarmada, que no les hace frente y que además es una mujer de 68 años de edad.

El ajusticiamiento estaba preparado hasta sus últimos detalles: se uniformó el criterio de los medios que no han cesado en adular la “pulcritud legal” del Procurador Jesús Murillo Karam; se le ordenó a los gobernadores de los estados evitar cualquier protesta de los agremiados del SNTE; se amenazó a los corruptos dirigentes del Comité Nacional del sindicato y de las secciones, para que se abstuvieran a defender a su líder, de lo contrario les revisarían sus cuentas.

Cuando tuvieron en sus manos a Elba Esther, la humillaron, le violaron los más elementales derechos humanos, la hicieron delincuente antes del juicio legal, difundieron ilegalmente en Internet su ficha signaléctica y una foto de perfil tras las rejas, agobiada, agotada y mal vestida. Se trataba de reducirla moral y psicológicamente. La aislaron del SNTE y del PANAL, sus dos reductos de poder. En pocas palabras se ensañaron con ella, con cevicia.

Nadie habló a su favor, ni siquiera las comisiones de derechos humanos, al contrario, el Presidente Peña Nieto dio una conferencia de prensa sobre la situación sin mencionar por su nombre a Elba Esther. Desde entonces se convirtió en una innombrable. El líder de la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, agrediendo a la inteligencia, aseguró que la detención sorpresiva de la dirigente sindical no lesionaba la soberanía del SNTE. Lo mismo repetirían horas después los gobernadores en sus respectivos estados.

Es cierto que Elba Esther Gordillo es una líder corrupta, como lo son todos los dirigentes sindicales al servicio del gobierno, pero no es la más corrupta ni el principal problema de México. Elba Esther no se sometió al Presidente, por eso está ahora en la cárcel. No la encarcelaron por haber desviados los miles de millones de pesos que le dieron los ex Presidentes Salinas, Zedillo, Fox y Calderón, sino porque utilizó el dinero del sindicato para costearse sus lujos. Desde cuándo el gobierno defiende a los trabajadores.

Pero Elba Esther hizo algo más que apropiarse de las cuotas sindicales: dignificó política y salarialmente a los profesores, fortaleció al SNTE y defendió su visión de educación pública. Nunca antes los profesores tuvieron tanto respeto de los gobernantes y políticos, por eso se ensañaron con ella, la cevicia con que lo hicieron es proporcional al miedo que le tienen sus captores.

Dice el refrán que “El buen juez por su casa empieza”, pero Peña Nieto nunca ha tenido intención de encarcelar a tanto gobernador y funcionario ladrón que se burló de los ciudadanos, pues él se benefició con ellos...

 

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