Comentarios taurinos:
La magia de un torero a caballo
y el debilitamiento de la fiesta
Alberto Santos Flores
A propósito de la corrida nocturna efectuada en la Plaza “Armillita” el pasado 19 de abril del presente en la que actuó el rejoneador Navarro Pablo Hermoso de Mendoza, quiero hacer algunos comentarios para los lectores que son poco frecuentes a ver las corridas de toros o que simplemente no son aficionados. Primeramente, algo de historia del toreo a caballo, porque fue el elemento primordial para que esta corrida alcanzara un gran éxito en las taquillas quedándose gente afuera del coso y registrando una entrada como nunca se había visto, a pesar del gélido viento que nos acompaño durante el desarrollo del festejo.
Vayamos a la historia, desde el año 711 en que el Islam invade la Península Ibérica, invasión que permanece durante ocho siglos hasta el año 1492, en que expulsado el último rey moro se dio cima a la reconquista. Durante todo ese tiempo, la caballería ocupa el sitio de más relevancia en el orden social, ya que forma parte del sector militar de mayor importancia para la guerra. Y con este fin era necesario mantener las caballerías en forma durante los periodos de paz que permitían las guerras de la reconquista entre moros y cristianos, y en esos periodos de relativa tranquilidad, practicaban el ejercicio de alancear toros para que tanto cabalgadura y jinete mantengan su habilidad y fuerzas en condiciones óptimas como parte de una estrategia militar, primero se utiliza al toro para fin utilitario; la guerra.
Después cuando la reconquista ha terminado, las simples correrías de otros tiempos se convierten en una fiesta o espectáculo de toreo ecuestre restringido, para ser ejercido únicamente por la nobleza y se sustituye la lanza cuyo largo dificulta practicar con lucimiento el toreo a caballo, por el rejón que se quiebra y le da facilidad al jinete de vaciar los toros y manejar con mas soltura al caballo, permitiéndole que evolucione en suertes de mucha exposición ya que las cabalgaduras son ligeras y briosas.
Hay que mencionar que los moros aparte de sus grandes aportaciones al mundo, su importancia es definitiva en el desarrollo del toreo primitivo durante su estadía en España, dándole un sello característico a las suertes. Según se sabe los árabes ya dominaban a su manera el toreo a caballo de la época. Una observación que hacen los historiadores; los musulmanes no habían toreado antes de la conquista ni torearon después de su salida de España.
El Rejoneo se conoce como el Arte de Marialva
Don Pedro Alcántara Menezes (1713-1799 Portugal) alcanza en vida el título del marqués de Marialva, su fama torera es a partir de 1779, cuando en Salvaterra de Magos, su hijo el conde de Arcos, es muerto por un toro que lo desmonta y ante la presencia del público asistente es rematado en forma certera .El marqués, espada en mano, salta a la arena para ultimar al toro que momentos antes cegaba la vida su hijo, en 1790 edita un tratado sobre montería famoso por ser el más completo y enterado libro que sobre caballería se haya escrito, en memoria del marqués y en homenaje a su heroísmo desde entonces el rejoneo se conoce como ARTE DE MARIALVA.
Resumiendo: El rejoneo consiste en demostrar la habilidad en el manejo del corcel, para cortar, quebrar y desviar las acometidas del burel, ejecutando las suertes con elegancia, precisión y armonía con el toro, demostrando además, durante la lidia, las cualidades de la cabalgadura.
Creo que desde los tiempos del propio marqués de Marialva, las evoluciones en la práctica del rejoneo se encontraban francamente estacionadas por lo que el espectáculo se volvía monótono y aburrido, (salvo la actuación de unos pocos rejoneadores que lograron despertar interés por este singular arte a través de la historia moderna) no resultaba atractivo para el público, incluso para muchos aficionados.
Por lo que era práctica común cuando menos aquí en México, a partir de la segunda mitad del siglo pasado, en los carteles en que se anunciara algún rejoneador era para matar únicamente un toro, el cual tenía que salir por delante como lo marca el reglamento, cubriendo muchas veces ese momento en que suena el clarín y el público se desplaza a buscar su lugar, movimiento que invariablemente produce algo de confusión, trayendo como consecuencia que no se le preste atención al matador que inicia el festejo.
Es por eso que muchas figuras del toreo (a pie), que por su larga vigencia dentro del espectáculo se convierten en matadores de mayor antigüedad de alternativa que sus compañeros de cartel, convirtiéndose automáticamente en cabeza del mismo, teniendo la obligación como primer espada , de matar el primer toro según lo establece el reglamento, el cual tiene una excepción cuando actúa un rejoneador, excepción que aprovechan algunos toreros para no ir por delante y no sufrir la indiferencia del público, que se produce en el preludio de la corrida (corrida mixta).
Con la llegada de Pablo Hermoso, se rompió ese marasmo que se había adueñado de este espectáculo ecuestre, logrando darle otra dimensión al arte del rejoneo, por la forma de ejecutar las suertes a la perfección, sobre los lomos de espectaculares y toreras cuadras de hermosos caballos educados a la alta escuela. Con su presencia no solo activa el rejoneo, también le pasó oxígeno al toreo a pie provocando llenos en donde se presenta este ya legendario centauro, para dar una exhibición de torería.Vayamos al festejo, lo primero que hay que destacar es el lleno impresionante, que a pesar del intenso frío la gente acudió al coso a presenciar este fenómeno del rejoneo, que sin duda alguna es el imán de la taquilla.
Volviendo al tema de las antigüedades de alternativa por supuesto dentro del programa se incluye un novillero y se vuelve en una corrida dos veces mixta, cambia el orden de aparición de los matadores sale por delante el novillero y después el rejoneador para éste, evitar ser el primer espada (lo mismo nada más que al revés), supongo que esta nueva salvedad está soportada en el reglamento, por fin da comienzo al festejo ante la algarabía del público sobre todo los que ocupan la galería de sol que por esta vez solamente fueron alumbrados por la luz de una luna todavía tierna y por los céfiros que aletearon como las gruyas en invierno, azotando los rostros de la concurrencia que se apretujaba para aprovechar la calidez del vecino de al lado y así ponerle una barrera al frío que a pesar de su inclemencia no hizo mella en la expectante afición, que mientras alegremente (pásame un Torres 10 decía uno, la cerveza está muy fría y hay que ir al baño.
Claro, pensaba yo, con el frío y el montonal de gente apretujada en los pasillo, es tormento chino y si estás en gayopa no llegas, mejor un Torres 10 ) esperaba el inicio del festejo, admiraba el desfile de jovencitas de hermosos rostros y ajustados talles que causaban admiración en los tendidos, manifestándola a través de gritos y silbidos que animaba a la concurrencia, atenuando con su desfile, la baja temperatura que se adueño de la plaza, pero la raza estaba dispuesta a divertirse, se cachondeaba de los políticos que se placeaban a diestra y siniestra, saludando hasta los postes, de todos es sabido que en una plaza de toros el clamor espontáneo del público aprueba o reprueba la presencia de estos personajes y los somete a la prueba del ácido, que conste que no es beisbol.
Pero como el desprestigio de la casta divina es mucho y la popularidad muy poca, más el clima de esa noche que hacía tanto frío que la plaza se convirtió en una verdadera nevera, y por lo tanto el mercurio no subió de tono y optaron por ocupar sus lugares en forma discreta, eso sí, pudieron percatarse de un fenómeno inusual: el graderío lleno y sin pagar acarreados (oh sueño veraniego, me dice el compañero de al lado, hay que proponerle a los partidos, que los actos políticos se lleven a cabo en la plaza de toros y de preferencia que actué el de Navarra para asegurar el lleno, los acarreados pagarían su boleto el cual les otorgaría el derecho de ser parte de la voz de Dios y los políticos se someterían al aplausómetro de la concurrencia, de acuerdo al turno de aparición, éste se haría por riguroso sorteo ante el juez de plaza y los representantes de los partidos, previo al de las reses bravas.
El resultado tendrá que respetarse y no se podrán cambiar el orden de aparición, a menos que exista un acuerdo entre ellos, pero además en cualquiera de los casos será un secreto entre el juez y los representantes de los partidos políticos, de tal forma que se asegure el reconocimiento del que resulte triunfador, y que al final del festejo tengamos un candidato único. La plaza se encargaría de la vigilancia para evitar que las lideresas regalen boletos a la entrada, y luego adentro hagan la ola para un solo candidato, la cargada tradicional. Los boletos únicamente estarán disponibles en las taquillas y no es necesario presentar la credencial de elector para evitar que le sean retenidas. Continúa y me pregunta, qué te parece esta fórmula económica propia para los momentos de angustia financiera de los partidos. Yo le comento que me parece una idea buena y que antes de proponerla se le hagan algunos ajustes para que quede blindada.
Continuemos pues con la narración, nos quedamos en que los del tendido cálido, se entretienen criticando en forma festiva a los protagonistas de las graderías; observando a detalle todo lo que se mueve, principalmente al de la tina de cervezas. Por esta vez los asiduos concurrentes al tendido caro (léase sombra) que normalmente no les importa el desarrollo del festejo porque desquitan el boleto posando para la ola saltillense, pues ahora si lo desquitaron, la noche emparejó los cartones y por primera vez los de la peña asoleada estuvieron igual de fríos que los normalmente fríos de sombra, pero como el mal de otros es consuelo para los desdichados, ambos lados estuvieron realmente felices.
Descripción breve de los acontecimientos: Por orden de aparición de los matadores, da principio a la función; sale el primer novillo para el joven Antonio Lomelín, éste sin más trámite se desprende del burladero para darle las buenas noches al morito no logra hacerse de él, trata de agradar a la concurrencia pero ésta no corresponde a los esfuerzo del joven novillero. Éste es el momento en que se cumple el estigma y el tendido en general sufre el síndrome de la atención dispersa del primer toro, pues la expectación se centraba en el caballista, motivo por el que el matante opta por cortar por lo sano y ultima a su enemigo. En su segundo, que fue corrido en último lugar anduvo por las mismas, sin pena ni gloria pero con un susto. Se retiró decepcionado por el escaso juego que dieron sus toros.
El segundo de la tarde le corresponde al esperado jinete, culpable de que la plaza esté llena de bote en bote, ahora, si el público le brinda una atronadora ovación mientras recorre el ruedo para calentar a la jaca. Sale el primero de su lote y a lucirse, lo torea en todos los terrenos le pone rejones, banderillas, adornos de todos tipos despliega una exhibición de dominio sobre sus corceles para cada tercio de la lidia, en cada ejecución el público le aplaudía a rabiar, antes de que fuera por el rejón de muerte, retumbaba el grito de torero, torero. Es en ese momento en que se apaga la luz. Se apagaron las luces… y se encendieron los celulares, se asoma la luna, el toro se enamora de ella, el público de Pablo Hermoso que sigue toreando entre el delirio general, y para corresponder al graderío coloca el rejón en buen sitio, el toro cae, orejas y rabo, locura colectiva, me dice mi vecino: ¿esto es parte del show? No, le contesto, no las llegan a tanto, pero ahora yo cavilo, el público y las mujeres son como el ferrocarril, cuando se disponen a descarrilarse no hay quien los pare y la entrega es total.
Arturo Macías; Gimnasia olímpica y calistenia pura. Con el primero de su lote de infame presentación de nombre Rafael en honor a nuestro amigo fallecido recientemente, toro que por su escaso trapío no corresponde a lo que el homenajeado exigía, hace lo mismo de siempre sus faenas son el resultado de la práctica constante, está sobre entrenado y con este tipo de animales es difícil que se `proyecte como el matador que la afición aún espera, se tiene que crear arte emanado del sentimiento, del valor y de la inteligencia, producto de la comunión entre el toro el público y el torero y no de la repetición inveterada de lo mismo. (Nuevamente mi vecino me hace una observación atinadísima: Macías tendrá que cuidarse del astado, porque le puede dar una mordida)
Decía Juan Pellicer: Yo no quiero que maten al torero, pero si quiero que exista esa posibilidad”. El toro le da viabilidad a las corridas, sin él, el espectáculo se acaba, como está sucediendo. El matador cambia la estética por el miedo, el novillo por el toro y cuando este público light que acude a las plazas tenga más preferencia por el torero, entonces abra que cambiar el novillo por el becerro pues ante estos animalitos podrán desarrollar su inventiva plástica, y cuando el becerro estorbe hay que suprimirlo y entonces a torear con la imaginación y el toreo de salón sentara sus reales, ya no tendrá límites y los que pagaron con su vida el empeño de crear arte, los vamos a recordar como los primitivos de la tauromaquia estampados en viejas fotografías colgando de los cuernos de un toro.
Conclusiones: el público no necesariamente debe de saber de toros, entre más ignorante sea es más fácil su manipulación (regla que se aplica a la perfección en la política y en muchas actividades cotidianas) en suma si han salido perros en lugar de novillos nadie lo nota. Espectáculo grande toro chico y descastado , ¿la fiesta va para arriba o va para abajo? El público manda en las taquillas, los críticos en las conciencias.
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