La agonía de Torreón y el bono de marcha.
José María Mena Rentería.
La de Torreón es una ciudad en agonía. Su postración deriva de la inseguridad que las autoridades, estatales y municipales, son incapaces de revertir. En su seno, la comisión de todo tipo de delitos van impunes en tanto a los habitantes de la otrora “Perla de La Laguna”, no queda sino esperar que la violencia no los alcance.
Ocioso es puntualizar en la gama de crímenes que los agobian. De tiempo atrás y ante una incompetencia manifiesta, la ciudadanía ha perdido toda credibilidad en sus autoridades.
Entre ellas, la que pudiese corresponder al presidente municipal Eduardo Olmos Castro, que en tuerto afán, la define valedera. Por ejemplo, la de restauranteros como los que días atrás cerraron sus negocios como acto de protesta debido a los asaltos a mano armada y vejaciones sufridos por todos un día sí y otro también.
¿Y que dice el Edil al respecto? Lo que continuamente menciona: La “coordinación” bajo la que, según su decir, actúan las policías municipal, estatal y federal, milicia incluida, solo que…sin resultados que permitan palpar un abatimiento real de índice delictivo. De ahí que la de Torreón sea una ciudad en agonía.
Lo palpable es que en su perímetro urbano y alrededores, la violencia y la comisión de delitos de toda laya azotan por doquier. Exactamente en el área donde el gobernador Rubén Moreira Valdés expresara, días atrás, el supuesto de que “los torreonenses están a toda madre”.
“BONO DE MARCHA”
Para regidores, síndicos y funcionarios no habrá “bono de marcha”, o sea, el saqueo rutinariamente cometido en perjuicio de la comunidad “disfrazado” con ése término, para que los ubicados a nivel gobierno municipal en turno, tarasqueen el ya muy trasculcado erario público.
Tan “buena noticia” emitió a finales de octubre del año en transcurso, el alcalde Eduardo Olmos Castro, puesta la mira -con sus adláteres- en el objetivo de reunir poco más de 40 millones de pesos para entregar aguinaldos en diciembre próximo.
De Natalia Virgil Orona, síndica del Ayuntamiento, deriva diferente concepto: Aunque quisieran “bono de marcha”, ya no hay dinero para ello”.
No importa, pues según la funcionaria municipal “ya se lo dieron muchos durante cuatro años”. La prueba, según agregó, “es la devastadora situación en que se encuentran las finanzas municipales”.
Evaluar tal caso, finalmente, corresponde a usted, amable lector, ciudadano que paga impuestos y todo lo que los gobiernos estatal y municipal exigen…a cambio de una rapiña inocultable.
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