De fútbol y de ciencia




Profesor Evaristo Velasco Álvarez

Llorosos, trémulos y desangelados; con los ojos rojos y con el alma hecha pedazos, millones de mexicanos en todo el país, principalmente jóvenes, quedaron al sufrir por enésima ocasión con las derrotas constantes de la selección mexicana de fútbol.

Según los que conocen, fue necesario que se aceptaran las importantes solicitudes de nacionalidad mexicana de algunos cracs de ese deporte, porque (también según dicen los que saben), los jugadores mexicanos no tienen la calidad que los partidos requieren.

Y yo me pregunto: “¿será verdaderamente tan importante que México consiga el pase al mundial de fútbol que se realizará en breve en Brasil? ¿Hasta dónde será nuestra desgracia, al no contar con jugadores suficientemente (según dicen los que creen saber), para poder estar al nivel que las circunstancias lo requieren?”.

Me imagino al país sumido en una gran tristeza porque la selección mexicana de fútbol no pudo ganarles a los costarricenses, ni a los panameños, ni a los canadienses, ni a los estadounidenses, ni a los guatemaltecos, ni a los haitianos… Bueno, ya andaban perdiendo con Trinidad y Tobago… ¿Será que estemos tan mal que tengamos que llamar como director técnico de la selección al CHAPULÍN COLORADO? ¿Será que toda la economía, la felicidad de las familias mexicanas esté fundada en el triunfo o en la derrota en un deporte como es el fútbol?

Porque, por otro lado me entero en los medios que año con año se desarrolla una OLIMPIADA DEL CONOCIMIENTO a nivel mundial, en sus diferentes ciencias y disciplinas; y en los últimos cuatro años nuestro país ha obtenido los primeros lugares en varias de las ciencias. El año pasado (2012), el primer lugar mundial en la Olimpiada Internacional del Conocimiento, en Geografía, lo ganó un equipo de jóvenes mexicanos de secundaria y preparatoria… ¡SÍ! ¡Ganaron la medalla de ORO...!

Por ejemplo, este año en la Olimpiada Iberoamericana de Química y de Física, los mexicanos que participaron (jóvenes estudiantes), ganaron el ORO y la PLATA. Por ejemplo, en Física, Rafael Antonio García Mar de Sonora, Adolfo Juanico González de Michoacán, e Ismael Salvador Mendoza Serrano de Nuevo León, fueron los ganadores del ORO de toda Iberoamérica (América del sur, América Central, México, El Caribe, España y Portugal), mientras que Jesús David López Moreno de Yucatán obtuvo la PLATA.

Mientras tanto, Edith Leal Sánchez de Guadalajara y Julio César Gaxiola López de Tamaulipas ganaron el ORO en Química; mientras que la PLATA se la llevaron Arturo Martínez Flores de Michoacán y José Luis Jiménez Santiago de Oaxaca. ¿No es motivo suficiente como para entender que la educación en México es mucho mejor de lo que se dice, y que los profesores en México no son sólo los que se echan a las calles y toman la ciudad de México o las instalaciones de esta y otra parte?

¿No será que los distractores del fútbol y del mundial nos han mantenido fuera del conocimiento de estas extraordinarias situaciones internacionales? ¿No será mejor concentrarnos en los triunfos que el país va teniendo en los terrenos que verdaderamente importan, y que poco a poco vayamos dejando atrás o de lado esas cuestiones de menor importancia, para concentrarnos con todo nuestro poder en apoyar a los connacionales que están poniendo el nombre de nuestro país muy por encima de todo Iberoamérica.

Entonces, cuando me dicen que la selección de fútbol perdió, pero que en repechaje irá de cualquier forma a participar en el mundial de Brasil; y que para poder estar al NIVEL es necesario que se nacionalicen más extranjeros… yo digo como dijera don Arturo de Córdova: “Eso no tiene la menor importancia”. Porque estoy convencido que los mexicanos de corazón guerrero no necesitan que los suplan o los auxilien “estrellitas de otros lados”… lo que necesitan es que se les informe lo que importa; que se haga público lo que vale la pena conocer. Hagamos ¡Que viva México!