Los funcionarios del gabinete
le fallan al gobernador
Jorge Arturo Estrada García.
El escenario político de Coahuila se modifica. Ha transcurrido un tercio del sexenio del gobernador Rubén Moreira. Ya se marcó el estilo de gobernar. No se ha fortalecido y parece que no se adapta. Pareciera que gobierna solo. No hay mucho apoyo, tampoco muchas ideas y por supuesto, no hay dinero, obras, ni brillantez.
Muy poco se podrá esperar en lo estratégico y en lo material de este sexenio, si se mantiene la inercia actual. Paradójicamente, un personaje tan preparado y conocedor de la entidad como Rubén Moreira, poco aportará para el futuro de Coahuila. Sus colaboradores principales le fallan estrepitosamente. Rubén tiene el perfil adecuado para sacar adelante al estado en esta difícil coyuntura, pero no puede hacerlo solo.
El gobierno estatal necesita cambios y renovarse. Su administración requiere fortalecerse y buscar mejores resultados, mejores proyectos y mejores colaboradores. Se enfila a su tercera elección consecutiva, ya perdió las dos anteriores. En la del 2014, el gobernador se juega no sólo el control del Congreso local, sino también su futuro político, su prestigio y hasta la posibilidad de escoger candidatos al congreso federal en 2015.
No ha contado con gran ayuda. Su equipo quedó integrado con jugadores de la división de ascenso, las figuras desertaron. El gobernador recurrió a personajes de su confianza. Sin embargo, éstos no crecieron, y muestran una escasa estatura profesional y política, que los ha llevado al fracaso. No todos sirven para todo. El Principio de Peter, rápidamente mostró los niveles de incompetencia, de muchos de ellos. Además los pleitos intestinos persisten, como si los problemas de Coahuila fueran poca cosa.
Armando Luna ha fracasado. No tiene el carácter ni la estatura que su cargo demanda. Ni siquiera es muy trabajador para seguirle el paso al jefe. Es comodino y prefiere las excusas que los resultados. Pasa más tiempo grillando a sus compañeros de gabinete, que mejorando la seguridad de los coahuilenses. La inseguridad y la escasez de policías locales es muy grave y motivo de problemas y desprestigio para la administración estatal. El gobernador tiene que salir frecuentemente a dar la cara.
Homero Ramos Gloria, es otro personaje que nunca pudo con el cargo. Los miles de delitos que afectan a los coahuilenses permanecen impunes. Nunca resuelve un solo caso. El índice de impunidad de Coahuila es del 98 por ciento, según el sistema nacional de seguridad y diversos organismos ciudadanos. Sus agentes no lo obedecen y la Procuraduría es un desastre. Además Armando Luna trata de hacerle la vida imposible y se encuentra muy aislado.
Luna, también ha fallado en lo político, ningún dirigente partidista lo escucha, y pocos lo atienden. Este rol ha sido asumido por David Aguillón. El dirigente del PRI es la cabeza política del rubenismo. Sin embargo, la permanente etapa electoral que vive el estado lo ha llevado a adoptar un estilo de choque y agresivo. David tiene experiencia como comunicador, pero es muy nuevo en la política. Su paso por el tricolor ha resultado poco efectivo en las urnas. Sus mejores resultados personales los ha obtenido, en corto, ganándose la confianza del gobernador y operando medios y proveedores.
En sus pugnas con María Esther Monsiváis ha salido victorioso. Ya recuperó su lugar como hombre fuerte del rubenismo. Monsiváis ha ido perdiendo poder y posiciones. Su jefatura de gabinete ya opera sólo como la organizadora de los eventos especiales del gobernador. Comunicación social, Relaciones Públicas y Administrativo ya no están bajo su esfera de mando. Es más, diversas versiones anuncian su salida. Ella iría al Congreso como plurinominal.
María Esther no logró consolidar el gran poder que tuvo a su disposición, le faltó estrategia y amplitud de miras. Ni ella, ni Ramos Oranday, ni nadie controlan al resto de la administración, los programas surgen, desaparecen, se vuelven inoperantes o simplemente fracasan.
Jesús Ochoa no ha podido cumplir con las necesidades de recursos del gobernador para sus programas y proyectos. Tampoco pudo sanear las finanzas y las deudas con proveedores. El gasto se le ha salido de control. Y habrá que contratar deuda de alguna forma u otra. El déficit ya casi alcanza los 4 mil millones de pesos.
Ismael Ramos y Ochoa Galindo lograron reestructurar la megadeuda y llevaron orden a las finanzas estatales. Han cumplido puntualmente con las reglas de las calificadoras. Pero hay poco margen de maniobra. La nómina ya se les disparó, los pagos a medios y proveedores se atrasan sistemáticamente. Las constructoras ya reclaman sus adeudos que vienen desde el 2010.
Dos personajes se han ido consolidando en el ánimo del gobernador. José María Fraustro y Eduardo Olmos. Curiosamente, ambos han recibido fuertes dosis de fuego amigo a través de los medios.
Chema es mencionado para buscar una diputación local el año próximo. En tanto que Olmos sería invitado a colaborar con Rubén en la Jefatura del Gabinete, como secretario de Gobierno o como secretario de Fomento Económico. Lalo y su grupo, junto a María Esther, retuvieron Torreón para el PRI, lo que evitó el desastre electoral. David Aguillón y Samuel Rodríguez perdieron el resto de la entidad.
Sin embargo, se requieren cambios más sustanciales. La elección del año próximo está en riesgo para el PRI. El mejor activo del partido frente al año electoral es un gobierno ampliamente aprobado y bien calificado. Pero en Coahuila las calificaciones rondan el cinco y van a la baja.
La vida política del gobernador se dio, durante años, en los pasillos del Palacio Rosa y de su partido. Pareciera que le gustan más los eventos y las apariciones públicas que la planeación estratégica. Y en el pecado llevará la penitencia.
Su gobierno se caracteriza por escasa obra pública y básicamente por pequeñas obras de alcaldes como canchas, pavimentos, drenajes, etc. Y de la federación podremos esperar muy poco en cuanto a proyectos estratégicos que detonen el desarrollo de la entidad. Hasta en eso fallamos, pedimos poco al candidato Peña Nieto y obtendremos poco del Presidente.
Para Coahuila habrá pocas obras relevantes, en contraste con otras entidades del país. Basta echar un vistazo a la lista de compromisos del Presidente Enrique Peña Nieto, para constatarlo:
Construir y equipar el Centro Oncológico de la región sureste de Coahuila; así como las Universidades Politécnicas de Monclova y Ramos Arizpe. Construcción del Puente Vehicular Abasolo-Periférico de Saltillo, y la rehabilitación del drenaje pluvial de la capital, con la construcción de 2 sistemas y 2 colectores pluviales.
Impulsar obras de infraestructura que permitan mejorar el abasto y la calidad del agua en la Región Lagunera. Concluir la modernización del Segundo Periférico de Gómez PalacioTorreón.
Modernizar el transporte público urbano en la Región Lagunera. Proponer a la Cámara de Diputados un incremento en los recursos del Fondo Metropolitano de La Laguna. Modernizar la carretera San Pedro-Cuatro Ciénegas. Modernizar el libramiento San BuenaventuraHermanas.
Construir un Centro de Convenciones en Torreón. Apoyar la construcción del Parque Industrial de Torreón. Construir la Universidad Politécnica para los municipios Francisco I. Madero, Matamoros y San Pedro. Construir cuatro infotecas en zonas marginadas de La Laguna.
Hasta aquí los compromisos para Coahuila. Que como se ve son modestos y algunos hasta son los mismos compromisos que hizo el candidato Rubén Moreira en campaña. Ahora veamos algunos de las otras entidades:
Construir el tren interurbano México-Toluca. Primera etapa
Construcción del tren transpeninsular desde Mérida, Yucatán hasta Punta Venado, Quintana Roo
Establecer, junto con el gobierno estatal, un sistema de transporte articulado BRT en la ciudad de Tijuana. Construir el Parque Industrial Aeropuerto con Aduana Interior y Recinto Fiscalizado, para atraer inversiones productivas que generen empleos en Zacatecas. Apoyar el proyecto de tren rápido Querétaro-Ciudad de México
Construir la Ciudad del Conocimiento en la Zona Metropolitana de Pachuca. Poner en marcha el Centro Nacional de Innovación y Moda para las industrias textil y del vestido en Hidalgo
Construcción, junto con el Gobierno Estatal, de las líneas 3 y 4 del metro, así como apoyo a los proyectos de Ecovía en Nuevo León. Construir, en coordinación con el Gobierno Estatal, el proyecto Monterrey VI.
Construcción y operación del Centro Nacional de Investigación y Certificación de Materiales Compuestos para la Industria Aeronáutica en Querétaro.
Ampliación del Sistema del Tren Eléctrico Urbano en la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Es evidente que en otros estados sí supieron hacer su cartita a Santa Claus y los proyectos son enormes, relevantes y estratégicos para el desarrollo.
En estos dos años, Rubén abordó dos cosas con mucha seriedad: la seguridad y poner las finanzas en orden. En ambos asuntos ha tenido importantes avances. Sin embargo, su equipo no da para más y se avanza muy lentamente y los problemas saltan a cada paso. Y es el gobernador y su imagen los que salen dañados. Y son los ciudadanos quienes viven con temor y resienten los daños que la delincuencia genera.
Es momento de un golpe de timón, si se siguen haciendo las cosas de igual forma, los resultados serán los mismos: muy malos.
Se requiere reordenar el desastre financiero y reconstruir las corporaciones policiacas, pero hay que hacerlo con mayor velocidad y eficiencia. La herencia maldita de su hermano, es un lastre. Los proyectos son cortos de miras. No son estratégicos. Las agendas apretadísimas aportan poco, para colocar los temas y los aciertos.
El gobierno estatal se aleja cada vez más de los ciudadanos. Es un estilo que no conecta. Los mensajes no convencen. Son anticuados y hasta tóxicos. Los datos se maquillan y se trata de engañar a los ciudadanos. Los coahuilenses no son tan tontos.
La propaganda es tóxica: la luz que genera Coahuila, con base en el carbón, es altamente contaminante según reportes de la ONU. La leche que producen las miles de vacas de La Laguna agotan los mantos freáticos que se contaminaron de arsénico que envenena a la población. Los procesos de Peñoles llenaron de plomo la sangre de los torreonenses; Altos Hornos devoró y secó el Río Monclova, el simbólico cauce que aparece en el escudo de la entidad.
Es decir, se hacen mensajes con elementos del siglo pasado, de la era industrial, de empleos de bajos salarios, con procesos que dañaron sistemáticamente el medio ambiente. Los trabajadores de Coahuila sí son de los más escolarizados pero también son de los que menos comprenden lo que leen y no saben resolver problemas usando la aritmética. Reprobamos las pruebas PISA y ENLACE.
Estamos en el Siglo 21 y debemos resolver los retos del presente, para mantener la viabilidad y competitividad de Coahuila para el futuro. Las demás entidades lo están haciendo como se muestra en la lista de obras que el gobierno federal realiza en ellas.
En dos años el gobernador no mejoró su imagen pública, y ya desgastó gran parte de su capital político. También perdió dos elecciones en fila. Y viene la batalla por el Congreso local. Es momento de hacer cambios drásticos. Es por el bien de todos.
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